Los científicos apuntan que uno de cada dos fenómenos de El Niño podría volverse extremo en 2050

El fenómeno climático global conocido como El Niño ha sido vinculado a temperaturas récord y fenómenos meteorológicos extremos desde mediados de 2023 hasta mediados de 2024, siendo uno de los eventos de El Niño más fuertes registrados. ¿Está detrás el cambio climático?

Anomalías de la temperatura de las aguas del Pacífico con un evento de El Niño en progreso con anomalías positivas y cálidas en rojo. Imagen de archivo de NASA



El último evento de El Niño provocó calor generalizado, inundaciones y sequías a nivel mundial.

Un estudio reciente publicado el 25 de septiembre en 'Nature' por un científico climático de la Universidad de Colorado Boulder y sus colaboradores revela que si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan sin control, los fenómenos extremos de El Niño podrían volverse mucho más comunes en 2050.

"Da miedo pensar que el año 2050 no está muy lejos", dijo Pedro DiNezio, coautor principal del estudio y profesor asociado del Departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas. "Si estos fenómenos extremos se vuelven más frecuentes, la sociedad podría no tener tiempo suficiente para recuperarse, reconstruirse y adaptarse antes de que se produzca el próximo fenómeno de El Niño. Las consecuencias serían devastadoras".

El Niño y su impacto en el clima mundial

El Niño se produce cuando las temperaturas del agua a lo largo del ecuador en el océano Pacífico aumentan al menos 0,9 °F por encima del promedio durante un período prolongado. Este aumento aparentemente pequeño puede provocar cambios en los patrones de viento y las corrientes oceánicas, que desencadenan fenómenos meteorológicos inusuales, como olas de calor, inundaciones y sequías en todo el mundo.

Un fenómeno de El Niño extremo se clasifica cuando las temperaturas aumentan 3,6 °F por encima del promedio. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, NOAA, de los Estados Unidos ha registrado cuatro fenómenos de El Niño extremos desde la década de 1950. Durante estos fenómenos extremos, los impactos climáticos globales son más graves. Por ejemplo, durante El Niño de 1997-98, California experimentó precipitaciones récord que provocaron deslizamientos de tierra, y se perdió el 15% de los arrecifes de coral del mundo debido al calentamiento prolongado de los océanos.

En el caso más reciente de El Niño, que casi alcanzó una magnitud extrema, DiNezio explicó que "los fenómenos de El Niño son difíciles de simular y predecir porque hay muchos mecanismos que los impulsan. Esto ha obstaculizado nuestra capacidad de producir predicciones precisas y ayudar a la sociedad a prepararse y reducir los posibles daños", dijeron.

Simulación del futuro de los fenómenos de El Niño

DiNezio y su equipo utilizaron modelos informáticos para simular los fenómenos de El Niño ocurridos durante los últimos 21.000 años, a partir del pico de la última Edad de Hielo de la Tierra. Su investigación muestra que, a medida que el planeta se calentó después de la Edad de Hielo, tanto la frecuencia como la intensidad de los fenómenos de El Niño aumentaron.

El equipo de investigación validó sus modelos comparando datos simulados con datos reales de temperatura oceánica obtenidos de las conchas fosilizadas de foraminíferos, un tipo de organismo unicelular que se encuentra en el océano. Al analizar los compuestos de oxígeno preservados en estas conchas antiguas, pudieron reconstruir los cambios de temperatura relacionados con El Niño en el Océano Pacífico, que coincidían con las simulaciones.

"Somos los primeros en mostrar un modelo que puede simular de manera realista fenómenos de El Niño del pasado, lo que aumenta nuestra confianza en sus predicciones futuras. También estamos orgullosos de la sólida técnica que desarrollamos para evaluar nuestro modelo, pero desafortunadamente no nos trajo buenas noticias", dijo DiNezio.

Su modelo predice que si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual, uno de cada dos eventos de El Niño podría volverse extremo en 2050.

El papel de los bucles de retroalimentación atmosférica

El equipo de investigación identificó que la retroalimentación de Bjerknes, un proceso en el que los vientos debilitados y el agua más cálida se refuerzan mutuamente durante El Niño, ha desempeñado un papel clave en el control de la frecuencia e intensidad de los eventos de El Niño desde la última Edad de Hielo.

A medida que el planeta se calienta debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, este bucle de retroalimentación se vuelve más fuerte, lo que conduce a eventos de El Niño más frecuentes e intensos.

DiNezio destacó la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar futuros fenómenos extremos de El Niño y ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse a las condiciones meteorológicas extremas. "Ahora entendemos cómo ocurren estos fenómenos extremos y solo necesitamos la voluntad de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles", dijeron. "Nuestros hallazgos enfatizan la necesidad urgente de limitar el calentamiento a 1,5 °C para evitar impactos climáticos catastróficos".

Referencia

Thirumalai, K., DiNezio, P.N., Partin, J.W. et al. Future increase in extreme El Niño supported by past glacial changes. Nature (2024). https://doi.org/10.1038/s41586-024-07984-y

Esta entrada se publicó en Noticias en 07 Oct 2024 por Francisco Martín León