Tren de borrascas y cambio de tiempo: ventiladoras y quitanieves
Después de un tiempo frenético invernal de inicios de enero de 2021 con la borrasca Filomena, nevadas amplias, abundantes e históricas. y una ola de frío intensa extensa y duradera, el tiempo cambiará a un temporal atlántico con un tren de borrascas con aires suaves y húmedos
Un tren de borrascas se dirige hacia la Península. Las borrascas están conducidas por un chorro de los oestes y no se espera que interaccione con nada similar como lo hizo Filomena. Las borrascas traerán lluvias en la parte occidental de la Península y un suavizado de las temperaturas. Bienvenidas sean con "peros".
Cambio absoluto del tiempo
Tras un inicio de enero de 2021 con el paso de la borrasca Filomena, las fuertes nevadas asociada a dicha borrasca y la primera ola de frío de 2021, con temperaturas muy bajas en todo lo que llevamos de mes, y un episodio de alta contaminación en la Comunidad de Madrid, se pasará a un temporal atlántico a partir del martes 19 de enero con borrascas y frentes que entrarían por Galicia y posteriormente, y durante toda la semana afectará a la fachada atlántica y barrería la península de oeste a este con lluvias abundantes y vientos suaves y húmedos.
Las borrascas se acercan bien cargadas de humedad, como se aprecia en esta secuencia de agua precipitable donde se observan dos lenguas de humedad.
Con la entrada de estas masas de aires con flujos de oestes y suroestes, las heladas desaparecerán y el frío gélido nocturno irá remitiendo con una subida marcada de las temperaturas mínimas y máximas.
A partir del martes, 19 de enero, el frente y las borrascas irían entrando por Galicia y se internarán por la Península. Para el miércoles, 20, las precipitaciones serán más intensas y persistentes en la mitad occidental peninsular. Cuando este aire más suave y con lluvias llegue a las zonas nevadas, podría generar un deshielo parcial de la gran cantidad de nieve caída.
Esta situación de oestes continuará en gran parte de esta semana. Las heladas intensas desaparecerán a lo largo de la semana a la vez que arrecirá la mala mar en zonas costeras atlánticas.
Borrascas "quitanieves" y "ventiladoras": deshielos a la vista
Es muy es probable que se incrementen los caudales de ciertos ríos por las lluvias y deshielos, aquellos en los que ha caído mucha nieve en sus cuencas: Tajo, Duero y Ebro. Estos hechos comenzarían el martes 19, y se incrementarán y se mantendrán para el miércoles y jueves, 20 y 21, respectivamente.
Las zonas que han sufrido altos niveles de contaminantes por las altas condiciones de estabilidad y viento calma, como zonas de la Comunidad de Madrid, se verán favorecidas por la llegada de vientos que limpiarán y ventilarán las áreas con altos índices de contaminantes (NO2, PM2.5, SO2, etc.). Los vientos predecesores a las borrascas en capas bajas podrían llegar antes que la lluvia.
Sí algunas de estas borrascas generan un temporal intenso de viento con adversas consecuencias, sería nombrada como Gaetan, que va después de la borrasca Filomena.
Otros efectos indirectos: deshielo y viento
En las zonas nevadas y con hielos, se deberán vigilar el deshielo y las posibles inundaciones locales debido a que muchos sumideros están sucios y obstruidos. La lluvia caída y el deshielo pueden generar problemas en calles, túneles bajos, zonas hundidas, etc., por acumulaciones locales de agua. La sal vertida en las calles se verá menguada por su disolución de las aguas del deshielo y lluvias.
El viento será moderado en algunas zonas, pero puede ser peligroso en zonas donde los árboles han sufrido mucho con ramas semi caídas y rotas por el peso de la nieve. Un viento ligero y moderado podría hacer caer estas ramas semi sueltas al suelo con las consiguientes consecuencias.
En este sentido, la ventilación y la limpieza del aire están garantizadas.
Bienvenido sea este tren de borrascas atlánticas que normalizarán el tiempo, frío invernal de estos días, fundirían gran parte de a nieve caída en zonas llanas y mesetarias del interior peninsular, y limpiará el aire contaminado, pero habrá que vigilar y prever los deshielos abundantes.
Y todo ello, con una pandemia desbocada por la COVID-19, con contagios en aumento y más restricciones para la población española. Enero de 2021 ha empezado frenéticamente.