Los peligros y las repercusiones de las tormentas de arena y polvo en un mundo cada vez más cálido
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha publicado su informe anual sobre la incidencia de las tormentas de arena y polvo, así como las repercusiones que estas tienen en la sociedad.
Según se desprende del informe de la OMM, las concentraciones de polvo en las zonas más afectadas en 2023 fueron superiores al promedio a largo plazo, pero ligeramente inferiores a las registradas en 2022.
Las tormentas de arena y polvo en 2023
La tormenta más fuerte del año asoló Mongolia en marzo de 2023, donde afectó más de 4 millones de kilómetros cuadrados, entre los que se cuentan 20 provincias de China, de acuerdo con el Boletín de la OMM sobre el polvo en suspensión en el aire. La publicación del informe coincidió con el Día Internacional de la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo, que se celebró el 12 de julio.
Cada año, unos 2.000 millones de toneladas de polvo entran en la atmósfera, oscureciendo los cielos y deteriorando la calidad del aire en regiones que pueden estar a miles de kilómetros de distancia, y afectando a las economías, los ecosistemas, el tiempo y el clima. Se trata en buena medida de un proceso natural, aunque gran parte de ello es fruto de una gestión inadecuada de los recursos hídricos y de las tierras.
Predicciones y alertas tempranas
La exactitud del monitoreo y las predicciones ha mejorado en los últimos años gracias al progreso de los modelos numéricos y los sistemas de observación. El Sistema de Evaluación y Asesoramiento para Avisos de Tormentas de Arena y Polvo de la OMM (SDS-WAS), creado en 2007, se esfuerza por mejorar los avisos a través de centros regionales especializados y combina labores operacionales y de investigación.
Zonas críticas
En 2023, el promedio global de las concentraciones medias anuales de polvo en superficie fue ligeramente inferior al de 2022, lo que se debió principalmente a la disminución de las emisiones de polvo en varias regiones del mundo con un mayor nivel de polvo, como el norte de África, la península arábiga, la meseta iraní, el norte de la India, Australia central y el noroeste de China.
Sin embargo, la concentración media anual de polvo en superficie registrada en 2023 en la parte occidental de Asia central, el norte y centro de China y el sur de Mongolia fue superior a la de 2022, según se indica en el Boletín.
La concentración de un contaminante atmosférico se expresa en microgramos (una millonésima de gramo) por metro cúbico de aire o µg m–3. Desde el punto de vista espacial, la concentración media anual máxima estimada de polvo en superficie se registró en algunas zonas del Chad, en el norte y centro de África (aproximadamente entre 800 y 1 100 µg m–3). En el hemisferio sur, las concentraciones de polvo alcanzaron su nivel más alto en partes de Australia central y la costa occidental de Sudáfrica.
Desde estas conocidas zonas de fuentes de polvo, los aerosoles de polvo pueden ser arrastrados por el viento hasta muchas regiones del mundo, a distancias de cientos a miles de kilómetros. Las regiones más vulnerables al transporte de polvo a larga distancia son la parte septentrional del océano Atlántico tropical, entre África occidental y el Caribe, América del Sur, el mar Mediterráneo, el mar Arábigo, el golfo de Bengala y el centro y este de China.
En 2023, el polvo africano transportado a través del Atlántico invadió partes de la región del mar Caribe, y los aerosoles de polvo de Asia oriental procedentes del desierto de Gobi continuaron alcanzando el mar de Bohai y el mar Amarillo.
En las zonas más afectadas, la concentración media anual de polvo en superficie registrado en 2023 superó la media climatológica. Se detectaron zonas críticas en América del Sur y en partes del norte y centro de África.
El polvo y los océanos
Existen, no obstante, algunos hechos positivos.
En el Boletín de la OMM, se menciona un nuevo estudio en el cual se constató que la deposición de polvo del Sáhara en aguas libres del Atlántico afecta la pesca del bonito de vientre rayado al suministrar hierro, fósforo y elementos que favorecen el crecimiento de fitoplancton. La nueva materia orgánica resultante se transfiere desde los peces pequeños hasta los grandes depredadores a través de la red alimentaria, lo que repercute positivamente sobre totalidad del ecosistema marino. De hecho, el polvo desempeña un papel relevante en la gestión internacional de la pesca.
Desde los años cincuenta del siglo pasado hasta los años veinte del actual, las capturas anuales en el Atlántico de bonito de vientre rayado se han incrementado desde menos de 1.000 toneladas hasta un nivel medio de 250.000 toneladas.
Durante la década 1990 y de los 2000, las capturas de bonito de vientre rayado en la zona oriental del Atlántico fueron aproximadamente ocho veces superiores a las de la zona occidental. En el último decenio, las capturas en la zona oriental del Atlántico representaron aproximadamente el 90 % del total de capturas en el Atlántico, un dato que pone de manifiesto la gran cantidad de biomasa de bonito de vientre rayado que no se encuentra en África occidental y que se sustenta gracias al efecto fertilizante del polvo.
Más información de la nota de prensa de la OMM, aquí.