Temperatura crítica en los bosques tropicales
Todos los seres vivos tienen puntos de inflexión: puntos sin retorno, más allá de los cuales no pueden prosperar y los bosques tropicales lo tienen
Un reciente informe publicado en la revista Science muestra que las temperaturas máximas diarias por encima de 32.2 ºC (aproximadamente 90 ºF ) hacen que los bosques tropicales pierdan el carbono almacenado más rápidamente. Para evitar este escape de carbono a la atmósfera, los autores, incluidos tres científicos afiliados al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, recomiendan medidas inmediatas para conservar los bosques tropicales y estabilizar el clima.
El dióxido de carbono es un importante gas de efecto invernadero, liberado a medida que quemamos combustibles fósiles. Es absorbido por los árboles a medida que crecen y almacenados como madera. Cuando los árboles se calientan demasiado y se secan, pueden cerrar los poros de sus hojas para ahorrar agua, pero eso también les impide absorber más carbono. Y cuando los árboles mueren, liberan el carbono almacenado a la atmósfera.
Los bosques tropicales contienen alrededor del 40 por ciento de todo el carbono almacenado por las plantas terrestres. Para este estudio, los investigadores midieron la capacidad para almacenar carbono de los bosques tropicales en distintos sitios.
“Los bosques tropicales crecen en una amplia gama de condiciones climáticas”, comentó Stuart Davies, director de Smithsonian ForestGEO, una red mundial de 70 sitios de estudio forestal en 27 países. “Al examinar los bosques en los trópicos, podemos evaluar su resistencia y sus respuestas a los cambios en las temperaturas globales. Muchos otros estudios exploraron cómo los bosques individuales responden a las fluctuaciones climáticas a corto plazo. Este estudio adopta un enfoque novedoso al explorar las implicaciones de las condiciones térmicas experimentadas actualmente por todos los bosques tropicales”.
Al comparar el almacenamiento de carbono en los árboles en casi 600 sitios en todo el mundo, que forman parte de varias iniciativas diferentes de monitoreo forestal como RAINFOR, AfriTRON, T-FORCES y ForestGEO del Smithsonian, el equipo de investigación dirigido por Martin Sullivan de la Universidad de Leeds y la Universidad Metropolitana de Manchester encontró grandes diferencias en la cantidad de carbono almacenado por los bosques tropicales en América del Sur, África, Asia y Australia. Los bosques de América del Sur almacenan menos carbono que los bosques del Viejo Mundo, tal vez debido a las diferencias evolutivas en las especies de árboles que crecen allí.
También encontraron que los dos factores más importantes que predicen cuánto carbono pierden los bosques son la temperatura máxima diaria y la cantidad de precipitación durante las épocas más secas del año.
Los árboles pueden lidiar con aumentos en la temperatura mínima durante la noche (un fenómeno de calentamiento global observado en algunos sitios), pero no con aumentos en la temperatura máxima durante el día.
Predicen que los bosques de América del Sur serán los más afectados por el calentamiento global porque las temperaturas allí ya son más altas que en otros continentes y las proyecciones para el calentamiento futuro también son más altas para esta región. El aumento de carbono en la atmósfera puede contrarrestar parte de esta pérdida, pero también exacerbaría el calentamiento.
Los bosques pueden adaptarse a las altas temperaturas, pero lleva tiempo. Las especies de árboles que no pueden soportar el calor mueren y son reemplazadas gradualmente por especies más tolerantes al calor. Pero eso puede llevar varias generaciones humanas.
“Este estudio destaca la importancia de proteger los bosques tropicales y estabilizar el clima de la Tierra”, comentó Jefferson Hall, coautor y director del Proyecto Agua Salud del Smithsonian en Panamá. “Una herramienta importante será encontrar nuevas formas de restaurar la tierra degradada, como plantar especies de árboles que ayuden a que los bosques tropicales sean más resistentes a las realidades del siglo XXI”. El proyecto Agua Salud estudia la interrogante de cómo se pueden usar las especies nativas de árboles, adaptadas a un área para administrar el agua, almacenar carbono y promover la conservación de la biodiversidad en un punto crítico donde se unen América del Norte y del Sur.
Uno de los sitios de estudio de bosques tropicales permanentes más antiguos, ubicado en Isla Barro Colorado en Panamá, no está siendo monitoreado por primera vez en 40 años como resultado de la pandemia de COVID-19, lo que les da a los científicos menos información sobre los efectos recientes del cambio climático. Steve Paton, director del programa de monitoreo físico de STRI señala que en el 2019 hubo 32 días con temperaturas máximas de más de 32 ºC en una estación meteorológica en el dosel del bosque en la isla y un primer vistazo a sus datos indica que estos días excepcionalmente calurosos se están convirtiendo más comunes.
Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales