Quedan tres meses para la estación de huracanes 2020
La estación de huracanes del Atlántico de 2020 comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre del mismo año con un pico de actividad entre agosto, septiembre y octubre
La temporada oficial de huracanes en el Atlántico comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre. Fuera de este periodo de tiempo se pueden dar ciclones tropicales nombrados y huracanes, especialmente en abril, mayo y diciembre. Por el contrario, los meses fríos por excelencia, enero, febrero y marzo, EFM, no suelen ser propicios para que se desarrollen ciclones tropicales en Atlántico.
Desde junio a noviembre se da el 97% de la actividad tropical. El resto de los meses no oficiales solo se lleva el 3%, y EFM contribuyen con muy poco al porcentaje.
Meses más fríos, enero, febrero y marzo: pocos huracanes
Pocos ciclones tropicales y huracanes se dan en EFM, ya que las temperaturas del agua del océano son frescas, existe una cizalladura marcada al bajar de latitud el chorro polar, a la vez que las vaguadas activas polares y subtropicales crean un entorno desfavorable. Las ondas del este tropicales no son muy activas.
Una regla empírica muy usada por los predictores (que puede fallar) es que se necesitan temperaturas del agua de al menos 26 ºC para ayudar a generar tormentas tropicales y huracanes. Pero no siempre ocurre esto.
Por lo general, las tormentas tropicales que se forman después de la temporada lo hacen a partir de fuentes no tropicales, incluidos los niveles más bajos y frentes fríos, según Eric Blake, especialista en huracanes del Centro Nacional de Huracanes. Un escenario común es cuando una vaguada en altura se asienta sobre aguas más cálidas que lo normal durante unos días debajo de un patrón de bloqueo.
Además este año los vientos del este en el África continental oeste están enviando pulsaciones de aire seco y polvoriento sobre las aguas oceánicas que no favorecen el desarrollo de sistemas tropicales mínimamente organizados.
¿Con o sin huracanes en los meses fríos?
Aunque EFM son meses poco propensos al desarrollo de intensos ciclones tropicales, han existido algunos, y en determinadas ocasiones se han desarrollado ciclones subtropicales con ciertas características tropicales.
Como botón, un ejemplo: Alex
En 2016, un sistema de baja presión realizó un viaje a través del Océano Atlántico desde cerca de las Bahamas el 6 de enero hasta el Océano Atlántico oriental seis días después.
Luego cruzó el Atlántico antes de formar el huracán Alex.
El mecanismo de formación suele ser, en estos periodos y como se indicó antes, el siguiente: el aire a varios kilómetros de altura sobre la superficie es más frío de lo habitual, digamos a 500 hPa. Esto hizo que la atmósfera sea inestable y permite que se desarrollaran tormentas que se organizan en un ciclón tropical.
Cuando eso sucede, las tormentas organizadas pueden evolucionar: lo que originalmente era un sistema no tropical de núcleo frío en una tormenta subtropical, tormenta tropical o, en el caso de Alex, un huracán en el propio enero.
De ENSO neutral a una La Niña débil
Entre los diversos factores que favorecen el desarrollo de una estación activa de huracanes está el enfriamiento de ciertas zonas del Pacífico tropical central y ligado al fenómeno de La Niña. Actualmente, la situación de El Niño/La Niña es neutra o ENSO neutral, pero ciertos modelos apuntan a un periodo de débil La Niña para los próximos meses.
La tendencia al aumento de las temperaturas en un océano más cálido es otro factor favorecedor para el desarrollo. Además, estamos en un periodo a largo plazo de actividad más alta que el promedio climatológico.
Dentro de poco tendremos los primeros avances científicos de la actividad de la temporada de huracanes de 2020. Atentos.