Presente y futuro de las olas de calor marinas
Las olas de calor en zonas habitadas de tierra firme se han vuelto bastante frecuentes en años recientes
Cuando esos picos de calor ocurren en verano y en una gran ciudad, mucha gente se ve afectada y a veces surgen incluso emergencias médicas. Pero el fenómeno de las olas de calor no es exclusivo de tierra firme. Una nueva investigación ha explorado ahora la incidencia de las olas de calor en el mar.
Cuando es lo bastante gruesa, la capa más superficial del mar actúa como un amortiguador ante un calentamiento extremo del aire. Esa capa ocupa desde la superficie del mar hasta una profundidad que suele ser de entre 20 y 200 metros. La capa se caracteriza, entre otras cosas, por mantener en ella una temperatura constante.
El grosor de esta capa es un factor clave en las olas de calor: cuanto más gruesa es la capa, más puede actuar como un amortiguador para proteger al agua de abajo del aire caliente del exterior. Pero a medida que esta armadura se adelgaza, la capa se vuelve más susceptible a las rápidas oscilaciones de temperatura.
El equipo de Dillon Amaya, de la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, ha comprobado que esa capa es cada vez más delgada. Cuanto más fina sea, más fácil será su calentamiento. Los resultados del nuevo estudio podrían explicar las recientes olas de calor marinas, y perfilan un futuro con episodios de calentamiento oceánico más frecuentes y destructivos a medida que el calentamiento global siga avanzando.
“Las olas de calor marinas serán más intensas y ocurrirán con más frecuencia en el futuro”, resume sombríamente Amaya.
Amaya y sus colaboradores utilizaron una combinación de observaciones oceánicas y modelos digitales para estimar la profundidad de la capa superficial amortiguadora desde 1980 en adelante, y también para el futuro. Determinaron que en los últimos 40 años, la capa se ha adelgazado casi 3 metros en algunas regiones del Pacífico Norte. Y para el año 2100, la capa será 4 metros más delgada, un 30% menos de lo que es hoy. Según los investigadores, esta delgada capa amortiguadora, combinada con el aumento global de las temperaturas, preparará el escenario para que se produzcan drásticas oscilaciones de las temperaturas oceánicas, que darán lugar a fenómenos de calentamiento mucho más frecuentes y extremos.
Ya ha comenzado a suceder. Un ejemplo es el de la ola de calor de 2019 en el Pacífico nororiental. El debilitamiento de los vientos y el aumento de las temperaturas del aire se combinaron para calentar las aguas de esa zona del océano Pacífico en unos 3 grados centígrados. El adelgazamiento de la capa superficial amortiguadora seguramente tuvo una parte importante de culpa, como sospechan los autores del estudio. Y la situación empeorará.
“Si tomamos las mismas condiciones que se dieron en 2019 y les aplicamos la capa estimada para el año 2100, obtenemos una ola de calor marina que es 6,5 ºC más cálida que la de 2019", explica Amaya. “Un suceso como ese devastaría los sensibles ecosistemas marinos a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos”.
FUENTE: NCYT Amazings