Las últimas predicciones estacionales del Centro Europeo presentan una señal de La Niña más fuerte que las anteriores
La Niña ha ido amagando su aparición durante el verano de 2024, cuando se la esperaba, al menos, como un fenómeno de débil a moderado para la segunda parte de 2024. Ahora parece que las aguas del Pacífico ecuatorial central se enfrían a un ritmo que hará que La Niña pueda ser realidad muy pronto.
En sus últimas predicciones oficiales de la NOAA, se esperaba que iban a persistir las condiciones de ENSO-neutral por los próximos meses, con el favorecimiento del surgimiento de La Niña durante septiembre-noviembre (66% de probabilidad), y persistiría hasta el invierno del hemisferio norte de 2024-25 (74% de probabilidad durante noviembre-enero). De hecho, los modelos numéricos de predicción daban leves señales de una La Niña débil cuya formación se ha ido retrasando con el tiempo.
Pero ahora, el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo, ECMWF por sus siglas en inglés, ha dado un cambio en sus últimas predicciones, algo conservadoras en las predicciones anteriores del fenómeno de La Niña, y ahora apunta a que podría darse incluso un evento de intensidad moderada.
¿Qué es La Niña?
La Niña es un fenómeno climático que forma parte de un ciclo natural-global del clima conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS, El Niño-Southern Oscillation, ENSO por su acrónimo en inglés) en el Pacífico ecuatorial. Este ciclo global tiene dos extremos: una fase cálida, conocida como El Niño y una fase fría, precisamente conocida como La Niña.
Cuando exista un régimen de vientos alisios fuertes desde el este al oeste, las temperaturas ecuatoriales disminuyen y comienza la fase fría o La Niña. Cuando la intensidad de los alisios disminuye, las temperaturas superficiales del mar aumentan y comienza la fase cálida de El Niño.
Tanto La Niña como El Niño generan alteraciones en los patrones atmosféricos que controlan al tiempo en muchas regiones del planeta. Así, La Niña favorece la aparición de tormentas tropicales y huracanes en el Atlántico Norte y El Niño tiende a crear un ambiente poco propicio para el desarrollo de estos ciclones tropicales en dicha cuenca.
El Índice Niño 3.4
Para estudiar la evolución de El Niño o La Niña se suele usar el Índice Niño 3.4, que marca las anomalías de temperatura superficial de las aguas en una región concreta del Pacífico Central.
En términos generales, se considera que La Niña puede comenzar cuando alcanza unos valores mantenidos de -0,5 º a -0,8˚C, mientras que el Índice Niño 3.4 es inferior a -1,0˚C, se considera un evento de La Niña moderado.
Para que se dé el fenómeno de La Niña (o El Niño) de forma completa, el sistema atmósfera-océano debe estar acoplado en cuanto a otros parámetros atmosféricos: distribución de vientos, priones a ambos lados del Pacífico ecuatorial, distribución de las precipitaciones, etc.
Este índice relativo compara las anomalías de la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial central con el resto de los trópicos globales y se ajusta más a cómo puede responder la atmósfera.
Predicciones del ECMWF para La Niña
Las últimas predicciones de La Niña del ECMWF muestran señales claras del desarrollo de La Niña a lo largo de 2024 y más allá, como ponen de manifiesto en estos mapas:
Pronto, se tendrá una nueva actualización de los expertos de la NOAA de las tendencias de La Niña/El Niño en los próximos días de septiembre de 2024 para varios meses vista. Atentos.