¿Por qué es tan poderosa la borrasca atlántica Elsa?
Después de que la borrasca Daniel barriera España, al inicio de esta semana, ahora una gran y poderosa borrasca atlántica, llamada Elsa, se echa encima sobre la Península. Pero ¿por qué es tan activa y adversa?
Vamos a analizar a Elsa: su intensidad y su potencial adversidad. Hay que indicar que la baja en superficie se encuentra muy alejada de la Península, pero Elsa es más que el centro de la baja en superficie. Y sus efectos ya se dejan sentir por el noroeste peninsular, hoy 18 de diciembre de 2019, aunque lo peor está por venir.
Un chorro polar muy intenso
El flujo conductor que condiciona y “dirige” a esta poderosa borrasca es un chorro polar intenso, que en 300 hPa los vientos son del orden de 130-160 kt, pero la zona que afecta es muy amplia, extensa y persistente. Y todo ello de componente oeste con largo recorrido oceánico y con un gran espesor en la vertical que se extiende hacia niveles bajos.
Una masa de aire muy húmeda
La masa de aire que está desplazando el sistema chorro polar- baja en su lado ecuatorial es muy húmedo, como se aprecia en la lengua de humedad que aparece en la siguiente imagen de agua precipitable total. Dicha lengua de humedad presagia persistentes precipitaciones, preferentemente en forma de lluvia en la Península.
El aspecto granulado dentro de la lengua de humedad atlántica es señal de convección embebida en ella.
Alta inestabilidad
Las masas puestas en juego son muy inestables, tanto en su lado polar como en el lado ecuatorial del chorro. Los valores de la CAPE son muy marcados en el lado ecuatorial, donde se observa la entrada de una lengua de inestabilidad. En el lado polar, la inestabilidad se pone de manifiesto en la presencia de presencia de focos convectivos organizados y sin organizar.
Su tamaño y complejidad
El tamaño de Elsa y su estructura compleja es señal de su potencial adversidad. Pocas borrascas dan una señal tan significativa en las imágenes de satélite.