El polen afecta a la formación de nubes y a los patrones de precipitación, según los científicos

Observaciones realizadas desde el suelo y desde satelitales muestran que el aumento de las concentraciones de polen en primavera produce más hielo en las nubes y más precipitaciones en ciertas zonas de los EE.UU.

Representación esquemática del efecto glacial propuesto por el polen en las nubes de fase mixta. Durante la temporada de polen (b), la fracción de hielo en las nubes aumenta en comparación con situaciones con baja concentración de polen (a), lo que conduce en consecuencia a un aumento en la frecuencia de lluvia. Crédito: Environmental Research Letters , (2024). DOI: 10.1088/1748-9326/ad747a



Observaciones terrestres y satelitales en Estados Unidos muestran que el aumento de las concentraciones de polen en primavera produce más hielo en las nubes y más precipitaciones, incluso a temperaturas entre menos 15 y menos 25 grados Celsius.

"Esto está respaldado por los resultados de laboratorio que muestran que el polen actúa como un núcleo de hielo, influyendo en la temperatura de congelación del agua en las nubes y promoviendo la precipitación", dice el meteorólogo Dr. Jan Kretzschmar, autor principal del estudio. Sin estas partículas nucleadoras de hielo (INP), el agua en las nubes solo se congela a temperaturas inferiores a -38 grados Celsius. Los hallazgos fueron publicados en Environmental Research Letters.

"En el proyecto Breathing Nature Cluster of Excellence nos preguntamos si este efecto se podía detectar fuera del laboratorio y cómo lo afectan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad", explica el coautor, el profesor Johannes Quaas, catedrático de Meteorología Teórica en Leipzig y portavoz del consorcio Breathing Nature.

El papel del polen en las nubes

A escala global, el efecto del polen en la formación de hielo es relativamente pequeño en comparación con, por ejemplo, el del polvo, pero es significativo a escala regional y estacional. Especialmente en primavera, se liberan grandes cantidades de polen que ascienden a la atmósfera y penetran en las capas de aire frío.

"Debido a su tamaño, el polen permanece en la atmósfera durante poco tiempo", explica Kretzschmar. "Nuestro estudio pone de relieve la importancia de los fragmentos de polen más pequeños, que se forman cuando el polen se rompe en condiciones de humedad. Estas partículas más pequeñas permanecen en el aire durante más tiempo y, en cantidades suficientes, pueden entrar en las capas atmosféricas frías, donde desencadenan la formación de hielo".

El cambio climático intensifica el impacto del polen: la biodiversidad, un factor clave

El cambio climático antropogénico está modificando el inicio de la temporada de polen, alargándola y aumentando las concentraciones de polen en el aire. Se espera que estas tendencias se intensifiquen hacia finales de siglo, lo que podría dar lugar a precipitaciones locales más frecuentes e intensas.

Otro aspecto del estudio es la importancia de la biodiversidad. Muchas especies de plantas liberan grandes cantidades de polen al mismo tiempo cada primavera, lo que afecta a la formación de nubes y a la cantidad de partículas de hielo en la atmósfera. Estas interacciones requieren más investigación para comprender mejor el papel del polen en la evolución del clima e incorporarlo a los futuros modelos climáticos.

"Si podemos simular correctamente el efecto del polen y cómo interactúa con el clima, podremos hacer predicciones más precisas", dice Kretzschmar.

En el estudio participaron el Instituto de Meteorología de la Universidad de Leipzig, el Instituto Leibniz de Investigación Troposférica (TROPOS), el Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) Halle-Jena-Leipzig y el Instituto Max Planck de Biogeoquímica.

Referencia

Jan Kretzschmar et al, From trees to rain: enhancement of cloud glaciation and precipitation by pollen, Environmental Research Letters (2024). DOI: 10.1088/1748-9326/ad747a

Esta entrada se publicó en Noticias en 09 Oct 2024 por Francisco Martín León