Pérdida de oxígeno en lagos
Los niveles de oxígeno en los lagos templados de agua dulce del mundo están disminuyendo más rápidamente que en los océanos
Aunque los lagos solo representan un 3% de la superficie terrestre, contienen una concentración desproporcionadamente alta de la biodiversidad del planeta. Los niveles de oxígeno en los lagos templados de agua dulce del mundo están disminuyendo rápidamente; bastante más rápido que en los océanos. Esta tendencia está impulsada en gran medida por el cambio climático global. Esta disminución del oxígeno amenaza la biodiversidad de agua dulce y la calidad del agua potable.
Este es el sombrío resultado de un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores, entre los que se encuentran Stephen F. Jane y Kevin Rose, ambos del Instituto Politécnico Rensselaer en Estados Unidos.
Los investigadores analizaron un total combinado de más de 45.000 perfiles de oxígeno disuelto y temperatura recogidos desde 1941 en casi 400 lagos de todas las partes del mundo. La mayoría de los registros a largo plazo se recogieron en la zona templada, que abarca de los 23 a los 66 grados de latitud norte y sur. Además de afectar a la biodiversidad, la concentración de oxígeno disuelto en los ecosistemas acuáticos influye en las emisiones de gases con efecto invernadero, la biogeoquímica de los nutrientes y, en última instancia, la salud humana.
Aunque las pérdidas generalizadas de oxígeno disuelto en los lagos estudiados están relacionadas con el cambio climático global, el proceso que empieza con el aumento de las temperaturas y culmina con la disminución de los niveles de oxígeno en el agua dulce no consta para el caso de las aguas superficiales de los mismos pasos que para las aguas profundas. En cada caso opera un mecanismo distinto.
La desoxigenación de las aguas superficiales se produce principalmente por la vía más directa: la física. La saturación de oxígeno; es decir, la cantidad de oxígeno que puede contener el agua, disminuye a medida que aumenta la temperatura. Conforme la temperatura de las aguas superficiales aumentaba en 0,38 ºC por década, las concentraciones de oxígeno disuelto en las aguas superficiales disminuían en 0,11 miligramos por litro por década.
Sin embargo, algunos lagos experimentaron simultáneamente un aumento de las concentraciones de oxígeno disuelto y un calentamiento. Estos lagos tendían a estar más contaminados con escorrentías ricas en nutrientes procedentes de cuencas agrícolas y similares y a tener altas concentraciones de clorofila. Aunque el estudio no incluyó mediciones taxonómicas del fitoplancton, las altas temperaturas y el elevado contenido de nutrientes favorecen la proliferación masiva de cianobacterias, cuya fotosíntesis es conocida por causar sobresaturación de oxígeno disuelto en las aguas superficiales. Las cianobacterias pueden generar toxinas cuando proliferan masivamente.
La pérdida de oxígeno en aguas profundas, donde las temperaturas del agua han permanecido en gran medida estables, sigue una serie de pasos más compleja, probablemente ligada al aumento de las temperaturas de las aguas superficiales y a un periodo cálido más largo cada año. El calentamiento de las aguas superficiales combinado con la estabilidad de las temperaturas de las aguas profundas significa que la diferencia de densidad entre estas capas, conocida como “estratificación”, está aumentando. Cuanto más fuerte es esta estratificación, menos probable es que se produzca la mezcla entre las capas. El resultado es que es menos probable que el oxígeno de las aguas profundas se reponga durante la estación cálida de estratificación, ya que la oxigenación suele proceder de procesos que ocurren cerca de la superficie del agua.
Las concentraciones de oxígeno regulan muchas otras características de la calidad del agua. Cuando los niveles de oxígeno disminuyen, las bacterias que prosperan en esas aguas –como por ejemplo las que producen metano, gas con un potente efecto invernadero– comienzan a proliferar. Esto plantea la posibilidad de que los lagos liberen mayores cantidades de metano a la atmósfera debido a la citada pérdida de oxígeno.
FUENTE: Nature