Los científicos analizan el origen de los microplásticos en el aire: ¿de dónde vienen y a dónde van?

La forma en que las diminutas partículas de plástico entran en la atmósfera es una cuestión importante, ya que los microplásticos transportados por el aire son una amenaza potencial para la salud. Ahora los científicos han analizado en detalle sus orígenes.

Fuentes (azul) y sumideros (naranja) de microplásticos atmosféricos. Crédito: npj Climate and Atmospheric Science (2025). DOI: 10.1038/s41612-025-00914-3



Utilizando un modelo de transporte químico global, los investigadores han aportado pruebas de que, contrariamente a afirmaciones anteriores, el océano no es una fuente importante de microplásticos para la atmósfera, sino un sumidero significativo.

Microplásticos en todas partes

El polvo de plástico está contaminando el medio ambiente mundial: se han detectado microplásticos (partículas de menos de 5 mm de diámetro) no solo en el suelo, el agua dulce y el océano, sino también en el aire que respiramos. Esto podría suponer una amenaza para la salud humana, ya que las partículas más pequeñas en particular pueden entrar en el sistema respiratorio y el torrente sanguíneo.

Además, los microplásticos atmosféricos son transportados y depositados en los rincones más remotos del planeta. Pero, ¿cómo llegan a la atmósfera ?

En general, las fuentes de microplásticos se encuentran en la tierra: por ejemplo, fibras de ropa sintética en las aguas residuales domésticas o polvo de neumáticos de automóviles en las calles. Estudios anteriores han sugerido que una de las principales vías por las que ingresan a la atmósfera es a través del océano: los microplásticos son arrastrados a los ríos y llevados al mar, donde se acumulan.

Las burbujas de aire creadas por la espuma del mar, el viento y las olas pueden sacarlos del agua y llevarlos a la atmósfera. Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por investigadores del Instituto Max Planck de Meteorología (MPI-M) muestra que el papel del océano es principalmente el de sumidero, no el de fuente, como se creía anteriormente.

El océano: ¿una fuente masiva o insignificante de microplásticos?

La hipótesis de que el océano actúa como fuente de microplásticos para la atmósfera se basaba en un modelo inverso. En este método, las fuentes de una sustancia se infieren a partir de mediciones de su distribución de concentración atmosférica.

Aplicado a los microplásticos, llevó a los científicos a creer que existía una fuente oceánica de microplásticos que llegaban a la atmósfera de varios cientos de millones o incluso miles de millones de kilogramos por año.

El mecanismo exacto de cómo funciona esta transferencia fue investigado luego en experimentos de laboratorio que llevaron a una conclusión muy diferente: sólo unos pocos miles o cientos de miles de kilogramos por año parecían plausibles.

Utilizando un modelo global de transporte químico atmosférico, un equipo internacional de investigadores, entre los que se encontraban Shanye Yang, ex investigador visitante del MPI-M, y Guy Brasseur, líder del grupo del MPI-M, investigó si la suposición de una pequeña fuente oceánica conduce a una distribución atmosférica de microplásticos que sea coherente con las observaciones. El artículo se publicó en la revista npj Climate and Atmospheric Science.

El resultado fue positivo. Más que una fuente, el océano parecía ser un sumidero, donde se deposita el 15% de todos los microplásticos transportados por el aire.


El estudio también muestra cómo el tamaño determina el transporte de microplásticos en la atmósfera: las partículas más grandes se depositan con relativa rapidez, ya sea en tierra o cerca de las costas. Las partículas microplásticas pequeñas pueden permanecer en la atmósfera hasta un año, lo que facilita su transporte alrededor del mundo.

Por ejemplo, el modelo muestra que las partículas pequeñas, aunque se emiten en el continente, viajan hasta la región del Ártico y se depositan en la nieve y el hielo. Esto muestra el impacto global de la contaminación por microplásticos.

Estos conocimientos pueden orientar las estrategias de reducción de la contaminación, que deben centrarse en las fuentes continentales en lugar de en el papel del océano como fuente de microplásticos.

Referencia

Shanye Yang et al, Global atmospheric distribution of microplastics with evidence of low oceanic emissions, npj Climate and Atmospheric Science (2025). DOI: 10.1038/s41612-025-00914-3

Esta entrada se publicó en Noticias en 21 Mar 2025 por Francisco Martín León