Los científicos descubren que los océanos emiten azufre y enfrían el clima más de lo que se creía
Por primera vez, los investigadores han cuantificado las emisiones globales de un gas de azufre producido por la vida marina, revelando que enfría el clima más de lo que se pensaba, especialmente en el Océano Austral.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, muestra que los océanos no sólo capturan y redistribuyen el calor del sol, sino que producen gases que forman partículas con efectos climáticos inmediatos; por ejemplo, a través del brillo de las nubes que reflejan este calor.
El azufre marino y sus efectos
Esto amplía el impacto climático del azufre marino porque añade un nuevo compuesto, el metanotiol, que hasta ahora había pasado desapercibido. Los investigadores detectaron el gas hace poco, porque hasta entonces era notoriamente difícil de medir. Los trabajos anteriores se habían centrado en los océanos más cálidos, mientras que los océanos polares son los puntos calientes de las emisiones.
La investigación ha sido liderada por un equipo de científicos del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y del Instituto de Química Física Blas Cabrera (IQF-CSIC) en España, entre ellos el Dr. Charel Wohl, anteriormente en el ICM-CSIC y ahora en la Universidad de East Anglia (UEA) en el Reino Unido.
Sus hallazgos representan un avance importante en una de las teorías más innovadoras propuestas hace 40 años sobre el papel del océano en la regulación del clima de la Tierra.
Esto sugiere que el plancton microscópico que vive en la superficie de los mares produce azufre en forma de gas, sulfuro de dimetilo, que, una vez en la atmósfera, se oxida y forma pequeñas partículas llamadas aerosoles.
Los aerosoles reflejan parte de la radiación solar hacia el espacio y, por lo tanto, reducen el calor retenido por la Tierra. Su efecto de enfriamiento se magnifica cuando intervienen en la formación de nubes, con un efecto opuesto (pero de la misma magnitud) al de los gases de efecto invernadero conocidos como el dióxido de carbono o el metano.
Los investigadores sostienen que este nuevo trabajo mejora nuestra comprensión de cómo se regula el clima del planeta al añadir un componente que antes se había pasado por alto, y que el trabajo ilustra la importancia crucial de los aerosoles de azufre. También destacan la magnitud del impacto de la actividad humana en el clima y que el planeta seguirá calentándose si no se toman medidas.
El Dr. Wohl, del Centro de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas de la UEA y uno de los autores principales, dijo: "Este es el elemento climático con la mayor capacidad de enfriamiento, pero también el menos comprendido. Sabíamos que el metanotiol salía del océano, pero no teníamos idea de cuánto y dónde. Tampoco sabíamos que tenía un impacto tan grande en el clima.
"Los modelos climáticos han sobrestimado en gran medida la radiación solar que llega realmente al océano Austral, en gran medida porque no son capaces de simular correctamente las nubes. El trabajo realizado aquí cierra parcialmente la brecha de conocimiento que existía desde hace mucho tiempo entre los modelos y las observaciones".
Con este descubrimiento, los científicos ahora pueden representar el clima con mayor precisión en modelos que se utilizan para hacer predicciones de calentamiento de +1,5 ºC o +2 ºC, una enorme contribución a la formulación de políticas.
“Hasta ahora pensábamos que los océanos emitían azufre a la atmósfera únicamente en forma de dimetilsulfuro, un residuo del plancton que es el principal responsable del evocador olor del marisco”, explica el doctor Martí Galí, investigador del ICM-CSIC y otro de los autores principales del estudio.
El Dr. Wohl añadió: "Hoy, gracias a la evolución de las técnicas de medición, sabemos que el plancton también emite metanotiol y hemos encontrado una forma de cuantificar, a escala global, dónde, cuándo y en qué cantidad se produce esta emisión. Conocer las emisiones de este compuesto nos ayudará a representar con mayor precisión las nubes sobre el Océano Austral y a calcular de forma más realista su efecto de enfriamiento ".
Los investigadores reunieron todas las mediciones disponibles de metanotiol en agua de mar, sumaron las que habían realizado en el Océano Austral y en la costa mediterránea y las relacionaron estadísticamente con la temperatura del agua de mar, obtenida mediante satélites.
Esto les permitió concluir que anualmente y en promedio global, el metanotiol aumenta las emisiones marinas de azufre conocidas en un 25%.
“Puede que no parezca mucho, pero el metanotiol es más eficiente oxidando y formando aerosoles que el sulfuro de dimetilo y, por tanto, su impacto climático se magnifica”, afirma el doctor Julián Villamayor, investigador del IQF-CSIC y codirector del estudio.
El equipo también incorporó las emisiones marinas de metanotiol en un modelo climático de última generación para evaluar sus efectos sobre el balance de radiación del planeta. Demostró que los impactos son mucho más visibles en el hemisferio sur, donde hay más océano y menos actividad humana, y por lo tanto la presencia de azufre procedente de la quema de combustibles fósiles es menor.
Referencia
Charel Wohl et al, Marine emissions of methanethiol increase aerosol cooling in the Southern Ocean, Science Advances (2024). DOI: 10.1126/sciadv.adq2465