Nuevas perspectivas de la temporada de huracanes en el Atlántico
La NOAA - NWS ha actualizado sus predicciones de 2021 y se prevé una estación de tormentas tropicales y huracanes por encima de lo normal, pero lejos de la habida en 2020
Entramos en el corazón de máxima actividad climatológica de la estación de huracanes, agosto, septiembre y octubre, y la NOAA prevé entre 15 a 21 tormentas tropicales, de las cuales de 7 a 10 se convertirán en huracanes y de tres a cinco de las cuales se convertirán en Categoría 3 o más, huracanes mayores.
En este sentido, la NOAA da una probabilidad del 65 % de que se cumpla esta tendencia, 25% a que sea una temporada normal y un 10% de que sea inferior a la normal. Hay que recordar que en promedio del periodo de referencia de 30 años (1991-2020) se dan 14 tormentas tropicales con nombre, siete huracanes y tres huracanes mayores.
Hasta la fecha se han desarrollado 5 tormentas tropicales y la perspectiva ya las incluye. La última fue Elsa y llegó a ser un huracán a inicios de julio. Desde entonces ha habido una vacío de tormentas tropicales en el Atlántico.
Base científica para generar estas tendencias
Las tendencias de predicción de huracanes se realizan básicamente analizando varios ingredientes, a saber:
- Las temperatura del agua del Atlántico, Caribe y Golfo de México. En este sentido, las aguas de la Cuenca Atlántica son más cálidas que el promedio en varias zonas, como se observa en la figura siguiente.
Como puede observar las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico tropical entre África y las Antillas Menores se han enfriado en los últimos días y están más cerca del promedio o ligeramente más frías. Las ondas africanas del este están encontrando este entorno poco favorable para su desarrollo. El resto de las zonas tienen anomalías positivas (Caribe, golfo de México,etc)
- Aire seco africano. Hasta ahora el aire del Atlántico tropical central ha estado recorrido por aire seco africano, que tiende a crear un entorno poco favorable para el desarrollo de tormentas tropicales. En los últimos días estas entradas han ido disminuyendo. También será necesario vigilar la prevalencia de la cizalladura del viento y el aire seco a través del Atlántico durante los próximos meses.
- Ondas del este y tropicales. Hasta ahora se han desarrollado pocas ondas africanas del este y tropicales: unas en medio del Atlántico tropical y otras que saltan desde África Occidental. estos últimos días se ha activado dichas ondas.
- ENSO neutral y La Niña. La Niña está asociada a un enfriamiento periódico del Océano Pacífico central y oriental ecuatorial. Cuando La Niña se da, entonces hay una tendencia a disminuir la cizalladura vertical del viento en el Atlántico tropical y favorecer el desarrollo y mantenimiento de estos sistema tropicales. Lo contrario ocurre con El Niño.
Un periodo de La Niña terminó a principios de este año y ahora se dan condiciones de ENSO-neutral, sin embargo ahora se prevé un repunte de La Niña para los periodos de septiembre a noviembre y duraría hasta el próximo invierno. En 2020, se vivió un periodo activo de La Niña.
Pero aunque La Niña se ha desvanecido por ahora, es probable que su influencia en la atmósfera permanezca en su lugar durante el resto de la temporada de huracanes.
La tendencia activa de los patrones atmosféricos de los últimos años hacen que las predicciones de la temporada de 2021 siga en la misma línea.
Lo llamativo de este año es la presencia de este vacío donde no se ha generado ninguna tormenta tropical nombrada desde el 9 de julio al 5 de agosto de 2021. No es la primera vez que ocurre.
De cualquier manera, exista o no exista tendencias de mucha o poca actividad, basta que un huracán o tormenta tropical afecte a una zona poblada para que cause graves daños en la población y en propiedades. Habrá que estar atentos a la evolución del Atlántico en sus aspectos tropicales.