Las nuevas normas sobre emisiones de los buques mejoraron la calidad del aire pero aceleraron el calentamiento global

Un nuevo estudio concluye que parte del calor récord de 2023, casi el 20%, probablemente se debió a la reducción de las emisiones de azufre de la industria naviera. Gran parte de este calentamiento se concentra en el hemisferio norte.

El trabajo, dirigido por científicos del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste del Departamento de Energía, fue publicado en la revista Geophysical Research Letters.

Nuevas regulaciones en las emisiones de azufre: mejora del aire, menos aerosoles, más calentamiento global

Las normas que la Organización Marítima Internacional puso en vigor en 2020 exigieron una reducción de aproximadamente el 80 % del contenido de azufre del combustible para transporte marítimo utilizado a nivel mundial. Esa reducción significó que se emitieron menos aerosoles de azufre a la atmósfera terrestre.

Cuando los barcos queman combustible, el dióxido de azufre fluye hacia la atmósfera. La mezcla de sustancias químicas en la atmósfera, energizada por la luz solar, puede estimular la formación de aerosoles de azufre. Las emisiones de azufre, una forma de contaminación, pueden provocar lluvia ácida. El cambio se realizó para mejorar la calidad del aire en los alrededores de los puertos.

Además, al agua le gusta condensarse en estas diminutas partículas de sulfato, formando finalmente nubes lineales conocidas como estelas de barcos, que tienden a concentrarse a lo largo de las rutas de navegación marítima. El sulfato también puede contribuir a la formación de otras nubes después de que haya pasado un barco. Debido a su brillo, estas nubes son excepcionalmente capaces de enfriar la superficie de la Tierra al reflejar la luz solar.

Los autores utilizaron un enfoque de aprendizaje automático para escanear más de un millón de imágenes satelitales y cuantificar la disminución del recuento de huellas de barcos, estimando una reducción del 25 al 50% en las estelas visibles. Allí donde el recuento de nubes disminuyó, el grado de calentamiento aumentó en general.

En un trabajo posterior, los autores simularon los efectos de los aerosoles de los barcos en tres modelos climáticos y compararon los cambios en las nubes con los cambios observados en las nubes y la temperatura desde 2020.

En el futuro cercano, es probable que se produzca un mayor calentamiento a medida que se desarrolle la respuesta climática.

Muchos factores, desde los patrones climáticos oscilantes hasta las concentraciones de gases de efecto invernadero, determinan el cambio de temperatura global. Los autores señalan que los cambios en las emisiones de azufre no son el único factor que contribuye al calentamiento récord de 2023. La magnitud del calentamiento es demasiado significativa como para atribuirse únicamente al cambio en las emisiones, según sus hallazgos.

Debido a sus propiedades refrescantes, algunos aerosoles enmascaran una parte del calentamiento provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque los aerosoles pueden viajar grandes distancias y tener un fuerte efecto sobre el clima de la Tierra, su vida útil es mucho más corta que la de los gases de efecto invernadero.

Sin embargo, es difícil estimar exactamente cuánto calentamiento puede producirse como resultado. Los aerosoles son una de las fuentes más importantes de incertidumbre en las proyecciones climáticas.

"Mejorar la calidad del aire más rápido que limitar las emisiones de gases de efecto invernadero puede estar acelerando el cambio climático", dijo el científico de la Tierra Andrew Gettelman, quien dirigió el nuevo trabajo.

"A medida que el mundo se descarboniza rápidamente y reduce todas las emisiones antropogénicas, incluidas las de azufre, será cada vez más importante comprender cuál podría ser la magnitud de la respuesta climática. Algunos cambios podrían producirse con bastante rapidez".

El trabajo también ilustra que los cambios de temperatura en el mundo real pueden ser resultado de cambios en las nubes oceánicas, ya sea de manera incidental con el azufre asociado con los gases de escape de los barcos o con una intervención climática deliberada al agregar aerosoles sobre el océano.

Pero aún quedan muchas incertidumbres. Un mejor acceso a la posición de los barcos y a datos detallados sobre emisiones, junto con modelos que capturen mejor la posible retroalimentación del océano, podrían ayudar a fortalecer nuestra comprensión.

Además de Gettelman, el científico de la Tierra Matthew Christensen también es autor del trabajo del PNNL.

Referencia

A. Gettelman et al, Has Reducing Ship Emissions Brought Forward Global Warming?, Geophysical Research Letters (2024). DOI: 10.1029/2024GL109077