Una de las noticias del año: incendios forestales sin precedentes en Canadá durante 2023
A lo largo de 2023, varios incendios forestales importantes, como los sufridos en Canadá, Grecia y otras regiones del mundo, tuvieron repercusiones en la atmósfera, la calidad del aire y las comunidades a su alrededor. Los de Canadá fueron los más importantes
El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) ha realizado un seguimiento de las emisiones causadas por estos incendios forestales y los impactos de la contaminación por humo resultante en la atmósfera.
Incendios forestales sin precedentes en Canadá
Los incendios forestales sufridos por Canadá durante 2023 han generado las mayores emisiones de carbono registradas en este país por un amplio margen. Según los datos de GFASv1.2, los incendios forestales que empezaron a producirse a principios de mayo emitieron casi 480 megatoneladas de carbono, lo que supone casi quintuplicar la media de los últimos 20 años y representa el 23% del total de las emisiones mundiales de carbono de los incendios forestales en 2023. La previsión para el total anual de emisiones de incendios a nivel mundial es a 10 de diciembre de 2.100 megatoneladas de carbono.
Los incendios forestales en la Columbia Británica, Alberta, Ontario, Nueva Escocia, los Territorios del Noroeste y Quebec fueron notables no sólo por las emisiones de carbono producidas, sino también por su intensidad, persistencia e impacto en las comunidades locales.
La contaminación por humo generada por los incendios forestales de Canadá afectó gravemente a la calidad del aire no sólo a escala local, sino también en gran parte de Norteamérica y más allá, con varios episodios de desplazamiento de humo a gran distancia a través del Atlántico que provocaron cielos brumosos en partes de Europa.
Mark Parrington, científico sénior del CAMS, comentó: «Los incendios forestales de Canadá fueron lo más relevante en lo que respecta a emisiones mundiales de incendios en 2023.
La escala en buena parte del país y la persistencia de los incendios desde mayo hasta octubre fue de un nivel nunca observado en los registros de datos (que incluyen registros más antiguos que los disponibles en el conjunto de datos del GFAS). Las repercusiones en la calidad del aire en Norteamérica y el hecho de que Europa pueda experimentar cielos brumosos como consecuencia de estos incendios son un claro indicio de su importancia. En el CAMS seguimos de cerca los incendios que afectan a la vegetación en todo el mundo a lo largo del año, con el fin de comprender mejor cómo podrían estar variando las temporadas de incendios y lo que esto significa para la calidad del aire en todo el mundo»
Grecia, Hawái y el hemisferio norte en general
En el hemisferio norte se produjeron varios incendios forestales que consumieron vastas extensiones de bosques y praderas en Canadá, Rusia, Estados Unidos y Europa. Mientras que los incendios forestales de Canadá batieron récords, Estados Unidos y Rusia tuvieron unas temporadas de incendios mucho más tranquilas de lo habitual, con unas emisiones que se estiman por debajo de la media de los 20 años anteriores.
La región mediterránea de Europa, tradicionalmente más susceptible a los incendios forestales, y Grecia en particular, sufrieron incendios devastadores en julio y agosto. Los incendios de Rodas, en julio, y en la región de Evros, cerca de la frontera turca, de Macedonia Oriental y Tracia, en agosto, tuvieron importantes repercusiones en las comunidades locales. Las emisiones combinadas de carbono de los incendios forestales de julio y agosto fueron las terceras en magnitud desde que hay registros, por detrás de las de 2007 y 2021, al sumar cerca de 2 megatoneladas de carbono.
Los incendios de finales de marzo en España, en la frontera entre Aragón y la Comunidad Valenciana, y en Asturias, fueron los primeros grandes incendios forestales del año en el país y provocaron las emisiones más elevadas de ese mes en los 21 años de los datos recogidos por el GFAS del CAMS. Durante el mes de agosto, Tenerife y las Islas Canarias experimentaron las mayores emisiones de carbono desde 2003.
Los incendios forestales en la isla hawaiana de Maui durante el mes de agosto también fueron notables, tanto en términos de emisiones como de impacto local, causando importantes pérdidas de vidas humanas e infraestructuras.
En varias regiones de Eurasia, como Rusia, Kazajstán y Mongolia, también se produjeron importantes incendios estacionales en abril y mayo.
Incendios forestales en el hemisferio sur
La influencia de El Niño provoca un aumento de las temperaturas, condiciones de sequedad anormales y un mayor riesgo de incendios en los trópicos del hemisferio sur. El número y las emisiones de los incendios en Indonesia se incrementaron por el fenómeno de El Niño entre agosto y noviembre en comparación con los tres años anteriores, si bien no alcanzaron el nivel experimentado en 2015 y 2019 (durante los respectivos años de El Niño y de la fase positiva del dipolo del océano Índico). Las regiones tropicales de Australia también experimentaron en octubre y noviembre el mayor número de incendios forestales y emisiones de la última década. Se prevé que el riesgo de incendios forestales siga siendo muy elevado en amplias regiones del país, sobre todo en Queensland y Nueva Gales del Sur, y el CAMS continuará vigilando de cerca la situación en esas zonas durante el nuevo año.
Sudamérica sufrió importantes incendios forestales a principios de año en Chile y Argentina. El pico característico de emisiones de incendios de la región amazónica durante agosto y septiembre fue en general inferior a la media, aunque aumentó de forma significativa entre finales de octubre y mediados de noviembre.
Las emisiones de incendios aumentaron notablemente en Bolivia y los estados del sur de Brasil alrededor de los humedales del Pantanal en relación con la sequía actual y el aumento de las temperaturas.
Cambio climático e incendios forestales
La relación entre el cambio climático y los incendios forestales es compleja, ya que las emisiones de los incendios forestales no son uno de los principales impulsores del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, aunque el incremento de las temperaturas asociado a niveles más elevados de estos gases sí aumenta la probabilidad de que se produzcan incendios forestales.
A medida que las olas de calor se hacen más frecuentes, en combinación con unas condiciones de sequía de larga duración, aumenta la probabilidad de que se produzcan incendios forestales sin precedentes como los acontecidos en Canadá. Por tanto, es clave realizar un seguimiento constante de la evolución de las emisiones de los incendios forestales para evaluar y mitigar su impacto en la calidad del aire y la salud humana.