La nieve del Ártico muestra hasta 71 veces más PFAS, sustancias químicas para siempre, durante los meses soleados

Los PFAS son sustancias que no se produce de forma natural y muy duraderas (también llamadas sustancias químicas permanentes o para siempre) y se sospecha que varias de ellas afectan negativamente a los seres humanos y a la naturaleza.

Investigadores tomando muestras del agua e hielo del Ártico. NASA

Estos productos químicos, que se utilizan en prendas de vestir, utensilios de cocina y agentes impermeabilizantes, se encuentran en la naturaleza y en los cuerpos de animales y humanos de todo el mundo. Por ejemplo, se ha encontrado un tipo de PFAS llamado PFOS en la sangre de osos polares.

"Se han medido niveles de PFOS similares en osos polares y en humanos que viven cerca de fábricas de PFAS en China. Es asombroso que los osos polares en lugares tan remotos tengan los mismos niveles de PFOS que las personas en las áreas más contaminadas del mundo", dice William Hartz, investigador postdoctoral en la Universidad de Örebro.

PFAS y PFOS en el zonas del Ártico

En colaboración con otros investigadores, ha publicado los datos de un estudio iniciado en 2019, cuando vivió de enero a agosto en Svalbard, un archipiélago del océano Ártico y cuya ciudad, Longyearbyen, es uno de los lugares habitados más septentrionales del mundo.

El artículo, traducido, "Fuentes y variaciones estacionales de sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS) en la nieve superficial del Ártico" se publica en Environmental Science and Technology.

Imagen de los PFAS y otros compuestos en el Ártico y el papel del Sol. Ver texto para detalles. Crédito: Environmental Science & Technology (2024). DOI: 10.1021/acs.est.4c08854

"Sabemos por experimentos de laboratorio que la luz solar puede transformar los PFAS de la atmósfera en otros tipos de PFAS, y quería investigar cómo ocurre esto en un lugar remoto ", explica Hartz.

Seleccionó un glaciar que visitó diez veces durante sus ocho meses en la isla. Las fuerzas de la naturaleza decidieron cómo viajaría (en moto de nieve, con esquís o a pie) y cuándo podría tomar muestras. Monitoreó de cerca los pronósticos meteorológicos para evitar salir cuando había vientos fuertes o alto riesgo de avalanchas.

"Recogí entre 10 y 20 kg de nieve por visita. En total, se transportaron unos 100 kg de nieve derretida desde el aeropuerto de Longyearbyen hasta Suecia".

En el laboratorio de la Universidad de Örebro, Hartz y sus colegas encontraron concentraciones de PFAS en la nieve hasta 71 veces más altas para el ácido trifluoroacético (TFA) durante los períodos de sol, cuando el sol brilla todo el día, en comparación con los meses más oscuros, cuando el sol nunca sale.

"A pesar del conocimiento de los procesos químicos, el equipo se sorprendió por la diferencia estacional extrema en los niveles de PFAS", dice Hartz.

El TFA es una de las denominadas sustancias PFAS ultracortas, compuestas de uno a tres átomos de carbono. Los investigadores también han encontrado niveles de PFOA y PFOS entre 13 y 22 veces más altos en la nieve que cae durante el verano en comparación con el invierno. El PFOA y el PFOS se fabricaron en grandes cantidades en la década de 1950 y se utilizaron en productos como el teflón y la espuma para extintores. Si bien estas sustancias todavía se utilizan en varias industrias, están prohibidas en la UE.

La luz solar inicia reacciones fotoquímicas que provocan que los PFAS presentes en la atmósfera se transformen en otros tipos de PFAS. Estos PFAS atmosféricos se originan principalmente en fábricas y en la gestión de residuos y pueden viajar miles de kilómetros antes de precipitarse en forma de lluvia o nieve.

"Esto podría explicar por qué un estudio anterior encontró la sustancia química GenX en la superficie del océano Ártico. Desde que comenzó la producción de GenX en 2009, no ha pasado suficiente tiempo para que llegue al océano Ártico si se vierte en el mar del Norte. Aun así, medimos niveles 41 veces más altos de GenX después de que brillara el sol, lo que sugiere que su presencia en el Ártico podría deberse a procesos atmosféricos".

Hartz considera que la investigación es una pieza esencial del rompecabezas para comprender la propagación de los PFAS en todo el mundo. A pesar de los resultados aparentemente sombríos, Hartz sigue siendo cautelosamente optimista sobre el futuro. "Si podemos detener las emisiones de ciertas sustancias, podríamos ver niveles más bajos de PFAS en la lluvia y la nieve en tan solo unos años", afirma.

Texto e imagen de la Universidad de Örebro.

Referencia

William F. Hartz et al, Sources and Seasonal Variations of Per- and Polyfluoroalkyl Substances (PFAS) in Surface Snow in the Arctic, Environmental Science & Technology (2024). DOI: 10.1021/acs.est.4c08854

Esta entrada se publicó en Noticias en 20 Dic 2024 por Francisco Martín León