Las tormentas tropicales “dopadas” por el cambio climático
Algunos científicos han demostrado que en un mundo más cálido los ciclones tropicales pueden hacerse más intensos, más lentos y causar mayor impacto. Dorian podría ser un buen ejemplo
Si bien la ciencia que vincula el cambio climático y el estancamiento de los huracanes está en la vanguardia de los estudios, y aún está en discusión, existe un consenso mucho más amplio sobre las otras formas en que el calentamiento global está afectando a las tormentas tropicales.
El número total de huracanes no está aumentando, pero más se están convirtiendo en poderosas tormentas tropicales de categoría 4 y 5 (huracanes y tifones mayores).
Factores principales y efectos
Hay tres factores principales, a saber:
- El exceso de calor del calentamiento global ha sido absorbido principalmente por los océanos. Lo que significa que las tormentas tropicales pasan sobre aguas más cálidas que transportan más energía potencial que se traduce en lluvia y vientos más fuertes. El calentamiento ha sido aún más pronunciado en el Océano Atlántico, que se ha calentado en aproximadamente 0.3 ºC por década desde la década de 1970.
- El aumento del nivel del mar hace que la tormenta aumente y sea más extensa.
- El aire más cálido retiene más humedad y puede dejar más lluvia.
Todo ellos se traduce además en:
- Intensificaciones más rápidas. Un estudio realizado por investigadores de EE. UU, publicado en la revista Nature en febrero de 2019 identificó otra tendencia: los huracanes están experimentando cada vez más una "intensificación rápida" en un corto período de tiempo, y los científicos vinculan el fenómeno al cambio climático antropogénico.
El porcentaje de huracanes en el Atlántico que han experimentado una rápida intensificación se ha triplicado desde la década de 1980, y no es algo que podamos explicar por la variabilidad natural del clima, dicen los expertos
- Ciclones tropicales más lentos. Un estudio reciente así lo demuestra: los ciclones tropicales se han desacelerado en ambos hemisferios y en todas las cuencas oceánicas, excepto el Océano Índico septentrional.
Los ciclones tropicales se han desacelerado un 20 por ciento en el Atlántico, un 30 por ciento en el Pacífico norte occidental y un 19 por ciento en la región australiana. Estas tendencias están aumentando el total de precipitaciones locales y las inundaciones con un riesgo de mortalidad muy alto.
Gran parte de las últimas conclusiones se han visto con Dorian. Pero:
No es posible atribuir un evento particular, como el huracán Dorian, al cambio climático. Lo que se puede decir, de acuerdo con las simulaciones climáticas que se han realizado en todo el mundo y que han sido sintetizadas por el IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), es qué la proporción de ciclones, al menos las categorías 4 y 5 aumenten probablemente con el calentamiento global. Por el contrario, el número total de ciclones en el planeta, que son alrededor de 80 a 90 tormentas tropicales en total por año, no aumentará, sino que disminuirá según el consenso entre los modelos climáticos.