Las estrellas están desapareciendo debido a la contaminación lumínica
Un análisis sorprendente de Globe at Night —un programa de ciencia ciudadana impulsado por NOIRLab de NSF— concluye que las estrellas están desapareciendo de la vista humana a un ritmo sorprendente y todo ello debido a la contaminaoción luminca que introduce el ser humano
El estudio reveló que para los ojos humanos, la luz artificial ha ocultado el cielo nocturno más rápido de lo que indican las mediciones satelitales. Además, destaca las importantes contribuciones que los científicos ciudadanos pueden realizar en campos de investigación esenciales. Este gráfico ilustra cómo cuanto mayor es la cantidad de contaminación lumínica y, por lo tanto, el brillo del cielo, menos estrellas son visibles.
Un sorprendente análisis de Globe at Night, un programa de ciencia ciudadana dirigido por NOIRLab de NSF y AURA, concluyó que las estrellas están desapareciendo de la vista humana a un ritmo asombroso. El estudio reveló que para los ojos humanos, la iluminación artificial ha oscurecido el cielo nocturno más rápidamente de lo que indican las mediciones satelitales. El estudio publicado en la revista Science muestra las contribuciones que los científicos ciudadanos pueden realizar en distintos campos de investigación.
Cada vez se ven menos estrellas desde el suelo por el ser humano
El ojo humano sin ayuda debería ser capaz de percibir aproximadamente 3.000 estrellas en una noche clara y oscura. Desafortunadamente, la creciente contaminación lumínica priva a cerca del 30% de las personas en todo el mundo, y aproximadamente al 80% de las personas en los Estados Unidos, la posibilidad de ver en la noche a simple vista su galaxia natal, la Vía Láctea. Un nuevo artículo publicado en la revista Science sugiere que el problema está empeorando rápidamente.
Esta nueva investigación realizada por científicos ciudadanos da señales de alerta sobre el problema del "resplandor del cielo", que consiste en la iluminación difusa del cielo nocturno, una forma de contaminación lumínica. Los datos para este estudio provienen de observaciones de múltiples fuentes recopiladas en todo el mundo a través del programa Globe at Night que dirige NOIRLab de NSF y que fue desarrollado por Connie Walker, astrónoma de NOIRLab. La investigación revela que el brillo del cielo está aumentando más rápidamente de lo que se muestra en las mediciones satelitales.
"A este ritmo de cambio, un niño nacido en un lugar donde se veían 250 estrellas podría ver menos de 100 cuando cumpla 18 años", explicó Christopher Kyba, investigador del Centro Alemán de Investigación de Geociencias y autor principal del artículo que detalla estos resultados.
Otros problemas ligados a la contaminación lumínica
La contaminación lumínica es un problema que tiene muchos efectos perjudiciales, no solo para la astronomía, sino que también tiene un impacto en la salud humana y en la vida silvestre, ya que interrumpe la transición cíclica de la luz solar en el día, a la luz de las estrellas en la noche: un ciclo con el cual han evolucionado los sistemas biológicos. Además, la pérdida de estrellas visibles es una trágica pérdida del patrimonio cultural humano. Hasta hace relativamente poco tiempo, los humanos a lo largo de la historia tenían una vista impresionante del cielo nocturno estrellado, y el efecto de este espectáculo nocturno es evidente en las culturas antiguas, desde los mitos que inspiró hasta las estructuras que se construyeron alineadas con los cuerpos celestes.
A pesar de que se trata de un problema bien conocido, los cambios en el brillo del cielo a lo largo del tiempo no están bien documentados, particularmente en escala global.
El programa ha estado recopilando datos sobre la visibilidad de las estrellas cada año desde 2006 [1]. Cualquier persona puede enviar sus observaciones mediante la Aplicación web de Globe at Night desde un computador o un teléfono inteligente. Luego de ingresar los datos relevantes, la hora y el lugar, a los participantes se les muestra una serie de mapas estelares. Entonces, pueden registrar cuál de ellos coincide mejor con lo que pueden ver en el cielo sin la ayuda de telescopios u otros instrumentos.
Esto entrega una estimación de lo que se llama magnitud límite a simple vista, que consiste en una medición de la brillantez que requiere un objeto para ser visto. Esto se puede utilizar para estimar el brillo del resplandor del cielo, ya que mientras el cielo brilla, los objetos más débiles desaparecen de la vista.
Los autores del artículo científico analizaron más de 50 mil observaciones enviadas a Globe at Night entre 2011 y 2022, asegurando la coherencia al omitir las entradas que se vieron afectadas por factores como la nubosidad y la luz de la Luna. Su foco fue en los datos de Europa y América del Norte, ya que estas regiones tenían una distribución suficiente de observaciones en el área terrestre, así como a lo largo de la década estudiada. El documento destaca que es probable que el cielo se ilumine más rápidamente en los países en desarrollo, donde las observaciones satelitales indican que la iluminación artificial está creciendo a un ritmo mayor.
Los autores también encontraron que la pérdida de estrellas visibles reportadas por Globe at Night indican un incremento en el brillo del cielo de 9,6% por año durante la última década. Esto es muy superior al aumento global de aproximadamente el 2% anual en el brillo de la superficie medido por satélites.
“Esto demuestra que los actuales satélites no son suficientes para estudiar cómo está cambiando la noche en la Tierra”, señaló Kyba. “Hemos desarrollado una forma de ‘traducir’ las observaciones de Globe at Night de la visibilidad de las estrellas realizadas en distintos lugares año a año, en tendencias de cambio de brillo del cielo en todo el continente. Esto demuestra que Globe at Night no es sólo una interesante actividad de difusión, sino una medición esencial de una de las variables ambientales de la Tierra”.
Los satélites actuales no son adecuados para medir el brillo del cielo tal como lo ven los humanos, porque de todos los instrumentos que monitorean la Tierra, no existe alguno que pueda detectar longitudes de onda menores a 500 nanómetros, lo que corresponde al color cyan, o azul verdoso. Sin embargo, las longitudes de onda corta contribuyen de manera desproporcionada al brillo del cielo, porque se dispersan de manera más efectiva en la atmósfera. Los LED blancos, que son cada vez más utilizados en la iluminación exterior, tienen un máximo de emisión entre 400 a 500 nanómetros.
“Dado que los ojos humanos son más sensibles a estas longitudes de onda corta durante la noche, las luces LED tiene un fuerte efecto en nuestra percepción del brillo del cielo” señaló Kyba. “Esto podría ser una razón importante detrás de la discrepancia entre mediciones satelitales y las condiciones del cielo reportadas por los participantes de Globe at Night”.
Más allá de las diferencias de longitud de onda, los instrumentos situados en el espacio no miden muy bien la luz emitida horizontalmente, como por ejemplo desde letreros o ventanas iluminados, pero estas fuentes inciden significativamente en el brillo del cielo visto desde el suelo. Por lo tanto, las observaciones de las personas siempre serán invaluables para investigar los efectos humanos directos del brillo del cielo.
“El aumento en el brillo del cielo en la década pasada subraya la importancia de redoblar nuestros esfuerzos y desarrollar nuevas estrategias para proteger los cielos oscuros”, señaló la científica de NOIRLab y líder de Globe at Night, Connie Walker. “El conjunto de datos de Globe at Night es indispensable en nuestra evaluación de los cambios en el brillo del cielo, por lo que motivamos a todas y todos a sumarse y unirse en la protección del cielo nocturno estrellado”, finalizó.
20 enero 2023
La NASA en Español