La ola de calor provocó la caída de piedras en Notre Dame

Un pavoroso incendio afectó directamente a la techumbre de la catedral el 15 de abril de 2019. Los bomberos intervinieron rápidamente soltando ingentes cantidades de agua que han afectado a la coherencia estructural de las piedras y morteros que la mantienen unidas a dichas piedras.

Los cambios bruscos a altas temperaturas de junio y julio de 2019 (con temperaturas récords de más de 40 ºC) están afectando al resto de las piedras que mantienen a la catedral. Y ese no es el principal peligro.

¿Qué pasará en el futuro cercano?

El otoño e invierno se acercan en este final de verano y las borrascas atlánticas con fuertes vientos y precipitaciones (lluvia y nieve) harán acto de presencia en uno meses, o incluso antes.

Algunos expertos han advertido que las condiciones meteorológicas adversas pueden afectar a la estructura de la catedral, especialmente los vientos intensos y racheados.

Las tormentas intensas de lo que queda de verano que pasen por París y la zona de la catedral podrían ser otro elemento de peligro para la estructura.

Por ahora, los daños por el calor no son graves, pero la caída de piedras muestra que la catedral del siglo XII sigue en riesgo de un colapso.