Impacto del cambio climático en los corales mediterráneos
Las olas de calor marinas están afectando gravemente a los ecosistemas marinos de todo el mundo y el mar Mediterráneo no es una excepción
En el Mediterráneo, estos eventos climáticos extremos y los consiguientes episodios de mortalidad masiva de especies son cada vez más intensos y frecuentes. Hasta ahora, la mayoría de estudios han analizado los efectos de estas perturbaciones en especies y poblaciones concretas, si bien aún se desconoce cómo afectan al funcionamiento de los ecosistemas implicados.
Un nuevo estudio coliderado por el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y la Universidad de Barcelona (UB) ha constatado que las olas de calor marinas están teniendo un fuerte impacto en el funcionamiento del hábitat coralígeno, uno de los hábitats más emblemáticos del Mediterráneo por la elevada diversidad de especies que alberga y el gran número de servicios ecosistémicos que proporciona.
La investigación constata la pérdida de las pocas especies que otorgan complejidad estructural a estas comunidades del hábitat coralígeno, es decir, que son los arquitectos de estos hábitats. Un ejemplo de ello son las gorgonias, que actúan como los árboles en los bosques y ofrecen refugio a una gran cantidad de especímenes marinos. Según se ha comprobado en el estudio, las gorgonias se han visto gravemente afectadas durante los últimos años por diversos episodios de mortalidad masiva que las olas de calor marinas han provocado en el Mediterráneo.
“Las gorgonias son especies muy sensibles al cambio climático. De hecho, en algunos de los puntos muestreados en los que se habían producido olas de calor, su abundancia se ha visto reducida en un 93%. Esto es realmente preocupante, ya que estos organismos desempeñan una función crítica en el coralígeno, proporcionando una estructura tridimensional única donde pueden vivir más de 1.600 especies”, explica Daniel Gómez-Gras, investigador predoctoral del ICM-CSIC y de la UB.
“Gracias al nuevo estudio hemos podido comprobar que el coralígeno está perdiendo la dominancia de funciones clave, que son precisamente las que proporcionan las gorgonias”, explica la profesora ICREA Cristina Linares, que es catedrática del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Biología y miembro del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la UB. “Ello implica la posible pérdida de servicios ecosistémicos esenciales y la consiguiente disminución de algunas especies de gran valor comercial —por ejemplo, el cabracho o la langosta—, cuya presencia se vería mermada por la desaparición de hábitats estructuralmente complejos”, subraya la experta.
A diferencia de lo que ocurre en las zonas tropicales, donde hay muchas especies que pueden actuar de arquitectos en este tipo de hábitats, en el Mediterráneo hay muy pocas y, por tanto, es probable que su función se acabe perdiendo, alertan los expertos. Las más conocidas son el coral rojo (Corallium rubrum) y la gorgonia roja (Paramuricea clavata), que son las especies en las que se ha centrado este trabajo.
“La pérdida de la complejidad estructural hace que el coralígeno sea más vulnerable a las perturbaciones, ya que la desaparición de algunas especies dificulta la supervivencia de otras, y eso acelera el proceso de degradación de la comunidad. Es como si en un edificio se hunde el techo y se rompen las ventanas: si no se hacen reparaciones, el edificio entero se acabará hundiendo”, apunta el investigador del ICM-CSIC Joaquim Garrabou, que también ha participado en la investigación.
Para realizar el estudio se han analizado los resultados obtenidos en programas de seguimiento en el Parque Nacional de Port-Cros y en la Reserva Natural de Scandola (Francia), dos de las áreas marinas protegidas del Mediterráneo más antiguas y efectivas en protección y conservación de los recursos naturales. Dichos programas, desplegados desde hace más de una década, han estado a cargo del Grupo de Investigación Biología de la Conservación en Ecosistemas Marinos (MedRecover).
A partir del análisis de los rasgos demográficos y funcionales de las especies del coralígeno, los expertos han estudiado cómo han afectado a las funciones de estas comunidades las distintas olas de calor en las dos zonas protegidas. En el trabajo también han colaborado equipos de la Universidad de Hawái (Estados Unidos) y de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia (Reino Unido).
Los resultados del estudio ponen de relieve los efectos devastadores del cambio climático global, tanto dentro como fuera de las áreas marinas protegidas, en hábitats tan esenciales para la vida marina del Mediterráneo como el coralígeno. Este «se verá gravemente comprometido en un futuro próximo por culpa de las olas de calor marinas», avanzan los autores.
El estudio, titulado «Climate change transforms the functional identity of Mediterranean coralligenous assemblages», se ha publicado en la revista académica Ecology Letters.
La investigación se ha financiado gracias a diferentes proyectos en los que participan la UB y el ICM. En concreto, el proyecto HEATMED (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) y los proyectos europeos MPA-Engage (Interreg MED) y FutureMARES (programa Horizonte 2020). El objetivo de todos ellos es analizar los efectos del calentamiento del océano en los ecosistemas marinos costeros, así como promover la eficiencia de las soluciones basadas en la naturaleza como uno de los pilares de la estrategia de adaptación al cambio climático y para su mitigación.
FUENTE: Universidad de Barcelona / Ecology Letters