Impacto de la COVID-19 en el sistema de observación meteorológica
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha manifestado su preocupación por el efecto de la pandemia de la COVID-19 en la cantidad y la calidad tanto de las observaciones y los pronósticos meteorológicos como de la vigilancia atmosférica y climática
El Sistema Mundial de Observación (SMO) de la OMM es la piedra angular de todos los servicios y productos meteorológicos y climáticos que los 193 Estados y territorios Miembros de la Organización proporcionan a sus ciudadanos. Facilita observaciones sobre el estado de la atmósfera y la superficie del océano por medio de instrumentos terrestres, marinos y espaciales. Gracias a esos datos, se elaboran análisis, pronósticos, advertencias y avisos meteorológicos.
“Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) siguen desempeñando sus funciones vitales sin interrupción a pesar de los colosales retos que entraña la pandemia de la enfermedad provocada por el coronavirus”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas. “Aplaudimos su abnegada dedicación a la labor de proteger vidas y bienes, pero también somos conscientes de que la capacidad y los recursos son cada vez más limitados”, explicó.
“Las consecuencias del cambio climático y de la creciente cantidad de desastres de naturaleza meteorológica no cesan. La pandemia de la COVID-19 conlleva un desafío adicional, y puede agravar los riesgos asociados a múltiples peligros en países concretos. Por consiguiente, es fundamental que los gobiernos presten atención a sus capacidades nacionales de observación meteorológica y emisión de alertas tempranas a pesar de la crisis de la COVID-19”, apuntó el señor Taalas.
Partes importantes del sistema de observación —por ejemplo, sus componentes satelitales y muchas redes terrestres de observación— son parcial o totalmente automáticas. Así pues, se espera que sigan funcionando sin experimentar un deterioro importante durante varias semanas, o en algunos casos durante períodos más largos. Pero si la pandemia se prolonga más allá de algunas semanas, las labores de reparación, mantenimiento y aprovisionamiento que se dejarán de hacer, así como la falta de nuevos despliegues, serán cuestiones cada vez más preocupantes.
Algunas partes del sistema de observación ya se están viendo afectadas. En particular, cabe destacar el evidente efecto de la notable disminución del tráfico aéreo. Las mediciones de la temperatura ambiente y la velocidad y dirección del viento realizadas durante los vuelos son una fuente de información muy importante tanto para la predicción meteorológica como para la vigilancia del clima.
Datos meteorológicos de aeronaves
Las aeronaves comerciales contribuyen al Programa de Retransmisión de Datos Meteorológicos de Aeronaves (AMDAR) de la OMM, que se sirve de sensores, computadoras y sistemas de comunicaciones a bordo de aeronaves para recopilar, procesar, dar formato y transmitir automáticamente observaciones meteorológicas a las estaciones terrestres a través de enlaces satelitales o de radio.
Con el sistema de observación del Programa AMDAR se producen más de 800 000 observaciones diarias de alta calidad de la temperatura del aire y la velocidad y dirección del viento, junto con los datos temporales y de posición requeridos, y se obtiene un número creciente de mediciones de la humedad y la turbulencia. Actualmente, 43 líneas aéreas y varios miles de aeronaves contribuyen al Programa AMDAR, del que se espera una notable ampliación en los próximos años a raíz de la participación de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) en el mismo.
En muchas partes del mundo, y en particular en Europa y en los Estados Unidos de América, la reducción en la cantidad de vuelos comerciales ha supuesto una disminución de las mediciones de parámetros meteorológicos realizadas desde plataformas de aeronaves que oscila entre el 50 y más del 80 % en las dos últimas semanas (véase el gráfico proporcionado por la Red de Servicios Meteorológicos Europeos (EUMETNET)). Los países afiliados a EUMETNET, una organización en cuyo seno colaboran los 31 Servicios Meteorológicos Nacionales de Europa, analizan actualmente mecanismos que permitan potenciar las capacidades a corto plazo de otros componentes de sus redes de observación a fin de mitigar parcialmente esta pérdida de observaciones realizadas desde aeronaves.
Además, la OMM, EUMETNET y los asociados nacionales del Programa AMDAR han colaborado con la empresa de aviónica FLYHT para que toda observación adicional realizada desde aeronaves de su propia red de líneas aéreas se facilite a la OMM y sus Miembros durante el período de emergencia debido a la COVID-19.
Observaciones de superficie
En la mayoría de los países desarrollados, las observaciones meteorológicas de superficie son casi totalmente automáticas. Sin embargo, en muchos países en desarrollo todavía no se ha completado el proceso de transición que les permitirá automatizar las observaciones, y la comunidad meteorológica aún debe recurrir a las observaciones que los observadores meteorológicos realizan manualmente y luego transmiten a las redes internacionales para su uso en modelos meteorológicos y climáticos mundiales.
La OMM ha constatado una notable reducción de ese tipo de observaciones manuales en las dos últimas semanas. Ello puede atribuirse, en parte, a la actual situación provocada por el coronavirus, pero no se puede descartar por completo la incidencia de otros factores. La Organización está analizando esa cuestión.
“Por el momento, se prevé que la disminución en la cantidad de observaciones afectará de manera relativamente limitada a la calidad de los productos de predicción meteorológica. Sin embargo, cada vez se dispone de menos observaciones meteorológicas de aeronaves, y puede que los pronósticos experimenten una pérdida gradual de fiabilidad”, dijo Lars Peter Riishojgaard, director de la Sección del Sistema Tierra del Departamento de Infraestructura de la OMM.
“Ocurrirá lo mismo si continúa la reducción en las observaciones meteorológicas de superficie, en particular si la pandemia de la COVID-19 empieza a repercutir de manera más amplia en la capacidad de los observadores para hacer su trabajo en grandes zonas del mundo desarrollado. La OMM seguirá vigilando de cerca la situación, y trabaja con los Miembros para atenuar sus consecuencias todo lo posible”, dijo.
Con objeto de mitigar parcialmente los efectos de la reducción de observaciones realizadas desde aeronaves, algunos Miembros de la OMM, en particular en Europa, han incrementado la cantidad de lanzamientos de radiosondas. Esos instrumentos se lanzan con la ayuda de globos meteorológicos y en su recorrido desde la superficie hasta altitudes que llegan a ser de 20 a 30 kilómetros transmiten mediciones de variables meteorológicas fundamentales.
La OMM también supervisa el intercambio de observaciones procedentes de sistemas de observación marina, que brindan datos de importancia decisiva sobre las dos terceras partes de la superficie terrestre que están cubiertas por los océanos. La mayoría de esos sistemas son sumamente autónomos, pero con el paso del tiempo, la cantidad de observaciones que realizarán disminuirá a causa de las labores de reparación, sustitución o reaprovisionamiento que no se podrán llevar a cabo a causa del brote de la COVID-19. Actualmente, se ha evidenciado una leve reducción en la cantidad de observaciones procedentes de buques y algunas plataformas de observación autónomas. Sin embargo, las consecuencias todavía no son graves.
Observaciones desde el espacio
Como aspecto positivo cabe destacar que la situación actual pone de manifiesto la importancia y la estabilidad del componente espacial del sistema de observación, en el que confían cada vez más los Miembros de la OMM. Actualmente, 30 satélites meteorológicos y 200 satélites de investigación proporcionan observaciones ininterrumpidas y sumamente automatizadas. Los satélites los operan miembros del Grupo de Coordinación de los Satélites Meteorológicos (GCSM) y del Comité sobre Satélites de Observación de la Tierra (CEOS). Aunque se prevé que, a corto plazo, el componente espacial del sistema de observación no se verá afectado y se mantendrá plenamente operativo, la OMM está en contacto con los operadores de satélites meteorológicos para evaluar las posibles repercusiones a largo plazo de la pandemia de la COVID-19.
Asimismo, más de 10 000 estaciones meteorológicas de superficie, automáticas o dotadas de personal, 1 000 estaciones en altitud, 7 000 buques, 100 boyas fondeadas y 1 000 boyas a la deriva, cientos de radares meteorológicos y 3 000 aeronaves comerciales especialmente equipadas miden a diario parámetros clave de la atmósfera, la tierra y la superficie del océano.
Para más información, diríjase a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: [email protected]. Teléfono móvil: +41 79 709 1397.
7 mayo 2020
WMO OMM