Homenaje y recordatorio a Frank Kroonenberg, meteorólogo KNMI
Emocionante homenaje y recordatorio al meteorólogo europeo de la KNMI que ha fallecido recientemente: Frank Kroonenberg
Esta situación de crisis y que me haya jubilado recientemente han provocado que me llegara casi tres meses tarde la triste noticia del fallecimiento de Frank Kroonenberg
Lo último que había sabido, al inicio de la pandemia, era que estaba luchando contra la innombrable, y acostumbrado a que Frank ganara todas las batallas que disputaba por difíciles que fueran, estaba convencido de su recuperación justo porque no había sabido nada. La pérdida de este colega entrañable ha despertado la necesidad de compartir lo que Frank ha supuesto para la meteorología europea.
Frank se consideraba un tipo afortunado, y no solo por nacer el día de Navidad (de 1953), sino por dedicarse a una profesión que le entusiasmaba. Ese era el origen de su eterna sonrisa, según él mismo explicaba. Le conocí en 2007 cuando España organizó la reunión del WGCEF (Working Group on Cooperación of European Forecasters) coincidiendo con la presentación de Meteoalarm (plataforma europea de visualización de los avisos de fenómenos meteorológicos adversos). Me incorporé entonces al WGCEF y a EMMA (el grupo de Eumetnet que sustenta Meteoalarm), y el recibimiento de Frank no pudo ser más cordial.
Frank compatibilizaba su trabajo como jefe de turno de predicción en la sede central del servicio meteorológico holandés en De Bilt, KMNI, con la coordinación y asesoramiento meteorológico en situaciones de crisis. Y además pertenecía a los grupos internacionales señalados. Lideró el WGCEF varios años y fue uno de los padres de la idea de poner nombre a las borrascas más significativas. Pero su tema favorito era como iba evolucionando el papel del predictor meteorológico, pasando de cubrir las carencias de los modelos numéricos a asesorar a los distintos usuarios en la toma de decisiones en base a la situación meteorológica.
En EMMA llevó la comunicación del grupo y la coordinación del equipo director (primero Advisory Board y luego MEG, Meteoalarm Expert Group, al que pertenecía España), y del desarrollo de las ampliaciones en fenómenos y países miembros. Su principal interés era la armonización de umbrales y criterios. Era habitual su presentación, tanto en el plenario del grupo (que se reunía una vez al año), como en la del MEG (dos o tres veces al año) sobre las estadísticas de avisos y contrastarlas con la climatología de fenómenos extremos de los países. Promovió herramientas (internas de Meteoalarm, y desarrolladas por Holanda) para que los responsables nacionales tuvieran conciencia de este asunto y pudieran corregir las tendencias a sobreavisar, en la mayoría de los casos, o infraavisar en casos puntuales.
El otro aspecto crucial era la evaluación de los posibles impactos en la que era necesaria la coordinación con las protecciones civiles. Nuevamente me encontré colaborando con Frank en este ámbito en el Grupo de Tareas sobre sistemas de avisos de la OMM, desde 2011 a 2013. El grupo lo formaban representantes de los servicios meteorológicos de Austria, Reino Unido, Hungría, Suecia, Finlandia y Holanda. Elaboramos material guía para la cooperación entre países vecinos, poniendo ejemplos de buenas prácticas y analizando las experiencias acumuladas. También se analizaban las herramientas disponibles y sus avances en modelización numérica, el uso de predicciones probabilistas, y la posibilidad de disponer de guías regionales elaboradas por consorcios europeos como el ECMWF. Además proporcionamos material para la coordinación con las protecciones civiles, y como comunicar y difundir los avisos, recurriendo a las posibilidades que ofrecían las nuevas tecnologías, entre ellas las redes sociales y la cooperación con Google, y al tiempo como gestionar la presión mediática que se produce en las situaciones meteorológicas de gran impacto. El modelo era Meteoalarm, y el establecimiento de sistemas de toma de decisiones en colaboración. También se tenía en cuenta la aparición de empresas privadas que comenzaban a generar avisos.
Cuando dejé predicción por aeronáutica, seguimos en contacto y me ayudó con información sobre el servicio de asesoramiento que el KNMI había montado en el aeropuerto de Schiphol que en parte ha servido como modelo para lo que AEMET está implantando para colaborar con AENA en los grandes aeropuertos.
Compartimos muchas horas de trabajo en las que la naturaleza tranquila y reflexiva de Frank conseguía que aportaras lo mejor de lo que eras capaz. También compartimos muchas horas de asueto, en las que la sonrisa de Frank, bajo su cabello blanco, su voz característica y cuando la ocasión lo permitía la habitual copa de vino blanco contribuían a generar un ambiente entrañable. Cuando me enteré de su fallecimiento me puse en contacto con algunos de sus colegas, y era común el sentimiento de pérdida de un gran profesional de la meteorología, pero también de un amigo entrañable.
Nota. Frank Kroonenberg fue entrevistado en su día en la RAM
Ángel Alcázar