Hacia el inicio del pico anual de la temporada de huracanes en el Atlántico
Ahora nos dirigimos al mes de agosto, típico mes donde se da el pico de la actividad de huracanes, junto con septiembre. Mientras julio ha sido un mes muy tranquilo
Julio de 2022 ha sido un mes muy tranquilo respecto a la actividad de tormenta tropicales y huracanes en el Atlántico. Solo la tormenta tropical Colin de corta duración se formó y disipó cerca de la costa de Carolina del Norte el 3 de julio.
Como apuntan varios expertos de meteorología tropical, esta relativa tranquilidad de la actividad tropical no es inusual y ha sido similar a la del año pasado, cuando ninguna tormenta tropical recorrió el Atlántico durante más de un mes entre principios de julio y principios de agosto.
Temporada 2022 de huracanes en el Atlántico
La temporada de huracanes va desde el 1 de junio al 30 de noviembre, pero la mayoría de los años, los dos primeros meses de la temporada suelen ser bastante tranquilos. Junio promedia solo una tormenta tropical con nombre cada dos años, y julio tiene un promedio de una tormenta con nombre por año desde 1950, según la base de datos de huracanes para la cuenca.
Los periodos más activos son, climatológicamente y como se muestra en la figura anterior, agosto, septiembre y octubre cuando se dan la mayoría de las tormentas tropicales y huracanes. Con agosto, la actividad gana fuerza hasta el pico de inicios de septiembre.
Las predicciones y tendencias de diferentes centro especializados (CSU, NOAA, Met Office, etc.) pronostican una estación de huracanes más activa de los normal. Así y por ejemplo, el Centro de Predicción Climática de la NOAA emitió sus pronósticos para la temporada, pronosticando un 65% de probabilidad de actividad por encima del promedio y un 25 % de probabilidad de actividad por debajo del promedio, con 14–21 tormentas tropicales nombradas, 6–10 huracanes y 3– 6 grandes huracanes.
Hasta ahora todo sigue a los valores normales y climatológicos.
Algunas ondas del este de origen africano se han desarrollado y solo una ha conseguido generar una tormenta tropical, Bonnie, que atravesó el Atlántico tropical y saltó a la cuenca del Pacífico nororiental, llegando ser un huracán.
Hay que hacer notar que pocas ondas del este se han desarrollado este año y las que lo han hecho han sido dentro de lenguas de aire seco y polvoriento asociadas a irrupciones de aire del Sahara que inhiben los desarrollos de tormentas tropicales.
Varios son factores que contribuyen al aumento estacional que comienza en agosto y se prolonga a lo largo de septiembre:
- Las ondas africanas del este son las más activas y, a menudo, sirven como semilla para la formación de tormentas tropicales y huracanes.
- Las irrupciones de aire del Sahara, oleadas de aire seco en la cuenca del Atlántico central y oriental que normalmente evitan el desarrollo tropical en esas áreas, tienden a ceder en agosto a medida que el desfile de olas del este de África agrega humedad gradualmente. Esto abre terrenos más favorables para el desarrollo de ciclones tropicales.
- La cizalladura del viento, el cambio en la velocidad y/o dirección del viento con la altura, que puede destrozar a un aspirante a ciclón tropical, tiende a ser baja. estamos en fase de La Niña y así continuaremos hasta casi final de año. La Niña favorece los desarrollos de las tormentas tropicales.
- Las temperaturas de la superficie del mar alcanzan su punto máximo a finales del verano y a principios del otoño, proporcionando más energía potencial para un ciclón tropical.
- La inestabilidad, la capacidad de la atmósfera para generar convección (tormentas) para ayudar a iniciar los ciclones tropicales, también aumenta hacia un pico a principios del otoño.
El NHC no prevé a fecha de 30 de julio de 2022 que se pueda formar una tormenta tropical o zona monitorizada potencial ciclónica a 5 días vistas. Agosto será otro cantar, así lo esperamos.
La próxima tormenta tropical nombrada llevaría el nombre de Danielle.