Futuro cementerio de CO2 en Noruega
Noruega es el mayor productor de hidrocarburos de Europa occidental, pero también cuenta con las mejores perspectivas de almacenamiento de CO2 del continente, especialmente en sus agotados yacimientos petrolíferos del Mar del Norte
Los métodos de captura y almacenamiento de carbono, CCS por sus siglas en inglés, son ensayados en muchas partes del mundo. Noruega se ha sumado a esta tarea.
Sumidero y cementerio de CO2
La futura terminal bombeará toneladas de dióxido de carbono licuado capturado desde la parte superior de las chimeneas de las fábricas en toda Europa hacia cavidades en las profundidades del lecho marino.
El proyecto en el municipio occidental de Oygarden tiene como objetivo evitar que el gas ingrese a la atmósfera y contribuya al calentamiento global.
Es "la primera infraestructura de transporte y almacenamiento de acceso abierto del mundo, que permite que cualquier emisor que haya capturado sus emisiones de CO2 entregue ese CO2 para su manipulación, transporte y almacenamiento permanente seguros", dijo el director del proyecto, Sverre Overa.
Mientras el planeta lucha por cumplir sus objetivos climáticos, algunos expertos en clima ven la técnica, llamada captura y almacenamiento de carbono, o CCS, como un medio para reducir parcialmente las emisiones de las industrias basadas en combustibles fósiles.
Noruega es el mayor productor de hidrocarburos de Europa occidental, pero también cuenta con las mejores perspectivas de almacenamiento de CO2 del continente, especialmente en sus agotados yacimientos petrolíferos del Mar del Norte.
El gobierno ha financiado el 80 por ciento de la infraestructura, poniendo 1.700 millones de euros (1.700 millones de dólares) sobre la mesa como parte de un plan estatal más amplio para desarrollar la tecnología.
Una fábrica de cemento y una planta de conversión de residuos en energía en la región de Oslo están listas para enviar su CO2 al sitio.
Proyecto innovador
Pero la característica más original del proyecto está en el lado comercial: invitar a las empresas extranjeras a enviar su contaminación de CO2 para que sea enterrada fuera de peligro.
El uso de CCS para frenar la contaminación por carbono no es una idea nueva, pero a pesar de los generosos subsidios, la tecnología nunca ha despegado, principalmente porque es muy costosa.
Una de las instalaciones de captura de carbono más grandes del mundo, en la planta de carbón de Petra Nova en Texas, fue suspendida en 2020 porque no era económica.
Solo hay un par de docenas de proyectos CCS operativos en todo el mundo, según el Global CCS Institute, administrado por la industria.
Pero el hecho de no reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París y una afluencia masiva de subsidios gubernamentales han insuflado nueva vida a la tecnología.
Los gigantes energéticos Equinor, TotalEnergies y Shell han establecido una asociación, denominada Northern Lights, que será el primer servicio de transporte y almacenamiento de CO2 transfronterizo del mundo en su lanzamiento programado para 2024.
Los socios de Northern Lights han anunciado un primer acuerdo comercial transfronterizo.
En su primera fase, el esquema Northern Lights podrá procesar 1,5 millones de toneladas de CO2 por año, luego entre cinco y seis millones de toneladas.
Pero eso es solo una pequeña fracción de las emisiones anuales de carbono en toda Europa.
Los críticos advierten que CCS podría prolongar la extracción de combustibles fósiles justo cuando el mundo está tratando de volverse hacia la energía limpia y renovable.