Extrañas nubes nocturnas invaden Europa
Lejos de sus lugares de origen, allá por latitudes muy altas, algunos europeos están divisando raras nubes nocturnas en los cielos a inicios de julio de 2020 ¿Qué son?
Las nubes divisadas en Londres, Paris, Praga, etc., son nubes noctilucentes o ``nocturnas'' o mesosféricas polares (Noctilucent Cloud, NLC en inglés). Son nubes muy raras para estas latitudes más bajas con colores y formas características.
En el hemisferio norte, es un fenómeno de verano. Son nubes raras y visibles cuando el Sol está debajo del horizonte del espectador, iluminando estas tenues nubes. Durante el invierno en el hemisferio norte desaparecen pero a finales de primavera, inicios del verano, se “encienden” alrededor del Polo Norte. A primeros de verano se expanden a latitudes mas bajas. Lo mismo ocurre en el Polo Sur en su verano.
Mencionadas por primera vez en 1885, solo dos años después de la erupción volcánica de Krakatoa, una de las más destructivas registradas, alguna vez se los consideró un fenómeno meteorológico raro, pero no es así. Las nubes se han ubicado con mayor frecuencia en los últimos años, vinculadas por muchos al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Gracias a una red dedicada de rastreadores de las NLC, se observan cada vez en latitudes más bajas.
¿Qué es exactamente una nube noctilucente?
Las NLC se forman en la mesosfera, a 80-83 km de altura, en la parte superior y más compleja de la atmósfera de la Tierra. Mientras que la atmósfera inferior se calienta durante este período, la circulación atmosférica empuja el aire hacia arriba, donde se expande y se enfría. Esto significa que la mesosfera está lo suficientemente fría como para que el vapor de agua se congele en nubes de cristales de hielo que se forman en el polvo meteórico y otras partículas que se encuentran en el llamado borde del espacio.
La atmósfera enrarecida en estas altitudes está cargada eléctricamente y algunas de estas cargas se transfieren a los cristales de hielo, creando un llamado plasma polvoriento en la región.
Considerado el cuarto estado de la materia, el plasma, o gas cargado eléctricamente, es omnipresente en el universo. Para estudiar los plasmas polvorientos, los científicos han llevado la investigación de plasma a la órbita terrestre baja, donde la ingravidez permite que las partículas se suspendan y se estudien más fácilmente.
El experimento Plasma Kristall-4, PK-4, un esfuerzo conjunto europeo-ruso desde 2006, acaba de realizar su décima campaña en la Estación Espacial Internacional, EEI o ISS.
La receta es simple: aplique corriente eléctrica para crear un tubo lleno de plasma y partículas de polvo coaxial para que se comporten como átomos y formen estructuras cristalinas tridimensionales. Al ajustar el voltaje a través de la cámara del experimento, los científicos pueden adaptar sus interacciones y observar cada partícula como en cámara lenta.
Usando PK-4, los investigadores de todo el mundo pueden seguir cómo se derrite la materia, cómo se propagan las ondas en los fluidos y cómo cambian los flujos a nivel atómico.
Un equipo de científicos ya ha utilizado los conocimientos técnicos adquiridos al desarrollar el experimento ISS, para construir dispositivos de plasma que desinfecten las heridas a temperatura ambiente. Esta revolución en el cuidado de la salud tiene muchas aplicaciones prácticas, desde la higiene de los alimentos hasta el tratamiento de enfermedades de la piel, la purificación del agua e incluso la neutralización de malos olores.
En cuanto a estas nubes noctilucentes, son visibles desde la Tierra y también en el espacio. Los astronautas de la ESA Luca Parmitano y Tim Peake también tomaron fotos de las nubes durante sus misiones a bordo de la Estación Espacial Internacional.