El papel de las ingenierías en el desarrollo sostenible
Una característica que define el inicio del siglo XXI es la aceptación creciente que nuestro mundo (medio ambiente, economía, política y cultura) es muy diverso pero fuertemente interrelacionado e interdependiente
Una característica que define el inicio del siglo XXI es la aceptación creciente que nuestro mundo (medio ambiente, economía, política y cultura) es muy diverso pero fuertemente interrelacionado e interdependiente. Ser un profesional responsable implica tener en cuenta que la práctica de la profesión contribuye a la sociedad, además de considerar los efectos que las propias actitudes y acciones tienen sobre la profesión.
Tres ingenieros se plantean qué significa hoy en día y qué responsabilidad tienen las ingenierías en el desarrollo sostenible de la sociedad contemporánea. Josep Maria Basart, profesor del Departamento de Ingenierías de la Información y las Comunicaciones (UAB); Mireia Farrús, miembro del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la UPF y Montse Serra, miembro de los Estudios en Informática, Multimedia y Comunicaciones (UOC), lo desarrollan en un artículo publicado el pasado septiembre en la revista IEEE Technology and Society Magazine.
Los autores indican que, hoy en día, un ingeniero profesional debe ser consciente de que su profesión implica dos dimensiones: una técnica, para ser un profesional competente (conocimientos y habilidades), y otra social, para ser un profesional comprometido (valores, objetivos y principios). Así pues, la dimensión social acentúa el valor de servicio que las ingenierías hacen a la sociedad y el ingeniero-a toma conciencia de que su tarea contribuye a una empresa social abierta, más que una mera forma de ganarse la vida o de triunfar.
El artículo se hace eco de la Agenda para el Desarrollo Sostenible para 2030 que fue promulgada por las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015, y señala que la Agenda define setenta y cinco metas de desarrollo sostenible, muchas de las cuales implican tareas y proyectos de ingeniería relacionadas con aspectos cruciales para la sociedad en materia de sanidad, energía, agua, crecimiento económico, producción responsable, empleo, etc. Entonces, la cuestión es: ¿Cuáles son las prioridades que deben considerar los ingenieros profesionales competentes y comprometidos para adaptarse a estos retos globales?
Inspirados en la agenda de las Naciones Unidas, además de las capacidades inherentes a la profesión de ingeniero, los autores del trabajo formulan algunas nuevas capacidades que deberían reunir los ingenieros-eras "conscientes" de la relevancia social que conlleva su profesión.
Los ingenieros del siglo XXI deben tener una amplia comprensión del contexto tecnocientífico y socioeconómico en el que trabajan; frente a unos recursos finitos, deben ser capaces de trabajar optimizándolos; deben tener la capacidad de guiarse en entornos complejos: "Se pueden producir problemas inesperados cuando un producto o sistema tecnológico se transfiere a un entorno para el que no ha sido diseñado", señalan los autores; deben ser conscientes de su responsabilidad social y medioambiental, entre otros aspectos.
Finalmente, con respecto a la cuestión de género, "en la profesión, las características de la masculinidad: procedimientos orientados a resultados, relaciones jerárquicas, fuerza, competencia, etc. se imponen por encima de los de la feminidad: relaciones interpersonales, apoyo, colaboración etc., y el resultado de este sesgo empobrece las posibilidades de la ingeniería", indican los autores.
La ingeniería sostenible requerirá ingenieros conscientes que trabajen en organizaciones conscientes. Por tanto, el ingeniero ideal, se puede concebir como un ingeniero capaz de integrar lo mejor de su tradición profesional con las exigencias de nuestro presente cambiante e incierto, concluye el trabajo.
UPF (Universitat Pompeu Fabra)