Detectados puntos de emisión de metano en el Ártico
El Ártico es uno de los lugares con calentamiento más rápido del planeta y esto tiene consecuencias y estas se miden por la NASA
A medida que aumenta la temperatura, la capa de suelo perpetuamente congelada, llamada permafrost, comienza a descongelarse, liberando metano y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Estas emisiones de metano pueden acelerar el calentamiento futuro, pero para averiguar en qué medida lo harán, necesitamos saber cuánto metano se puede emitir, cuándo y qué factores ambientales pueden influir en su liberación.
Esa información es muy difícil de obtener. El Ártico abarca miles de kilómetros, con muchos lugares inaccesibles mediante métodos convencionales. Esta inaccesibilidad ha hecho que las observaciones realizables desde tierra queden limitadas a lugares con infraestructura existente, los cuales constituyen una mera fracción del vasto y variado terreno ártico. Además, las observaciones satelitales no son lo suficientemente detalladas para que los científicos identifiquen patrones clave e influencias ambientales a menor escala en las concentraciones de metano.
Un sensor para detectar el metano desde el aire
En un nuevo estudio, unos científicos del ABoVE (Arctic Boreal Vulnerability Experiment) de la NASA han encontrado una manera de superar ese obstáculo. Utilizaron aviones equipados con el espectrómetro AVIRIS-NG (Airborne Visible Infrared Imaging Spectrometer - Next Generation), un instrumento altamente especializado, para sobrevolar unos 30.000 kilómetros cuadrados del paisaje ártico con la esperanza de detectar puntos de emisión de metano. El instrumento no decepcionó las esperanzas puestas en él. Detectó 2 millones de estos puntos críticos en el terreno sobrevolado.
Tal como explica Clayton Elder, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California, y miembro del equipo de investigación, los autores del estudio consideran que un punto de emisión de metano es tal cosa cuando muestra un exceso de 3.000 partes por millón de metano entre el sensor aerotransportado y el suelo.
Al analizar los datos reunidos, el equipo también descubrió un patrón: en promedio, los puntos de emisión de metano se concentraron principalmente en un radio de no más de unos 40 metros alrededor de cuerpos de agua, como lagos y arroyos. Más lejos de esa frontera de los 40 metros, la presencia de puntos de emisión gradualmente se volvió más escasa, y a unos 300 metros del cuerpo de agua, desaparecieron casi por completo.
Los científicos que trabajan en este estudio aún no tienen una respuesta clara de por qué 40 metros es el "número mágico" en la región escrutada, pero se espera que estudios adicionales aporten datos esclarecedores.
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