Un deslizamiento de tierra provoca un megatsunami de 200 metros de altura en un estrecho fiordo

Los megatsunamis son uno de los fenómenos potencialmente más dañinos de la Tierra y se pueden generar por diversas causas, preferentemente por terremotos marinos o terrestres. Pero en determinadas condiciones se pueden generar por otras causas. Ahora se ha estudiado uno que generó olas de hasta 200 m.

Los megatsunamis son uno de los fenómenos potencialmente más dañinos de la Tierra. Imagen sólo para ilustración

El 16 de septiembre de 2023, una ola gigantesca azotó un fiordo de la costa este de Groenlandia. En algunos lugares, las huellas de la inundación alcanzaron los 200 metros de altura.

Los investigadores dirigidos por Angela Carrillo Ponce, del Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ), han analizado las señales sísmicas de las estaciones de medición de terremotos de todo el mundo y han descubierto otro fenómeno inusual: una ola estacionaria, provocada por el megatsunami, se agitó de un lado a otro en la estrecha bahía del deshabitado fiordo Dickson durante más de una semana.

El equipo internacional ha publicado su trabajo en The Seismic Record.

Desprendimiento de rocas como evento desencadenante

El tsunami fue provocado por un gran deslizamiento de tierra. Las estaciones de medición de terremotos ubicadas a una distancia de hasta 5.000 kilómetros registraron el temblor provocado por el deslizamiento como una señal de corta duración. Sin embargo, también hubo una señal de período muy largo (VLP, por sus siglas en inglés) que fue registrada por los sismómetros durante más de una semana.

Angela Carrillo Ponce, estudiante de doctorado en la sección de “Física de terremotos y volcanes” del GFZ, afirma: “El mero hecho de que la señal VLP de una onda que se mueve de un lado a otro provocada por un deslizamiento de tierra en una zona remota de Groenlandia pueda observarse en todo el mundo y durante más de una semana es emocionante. Es por eso que en sismología nos hemos preocupado tanto por esta señal”.

Vista general de las estaciones sísmicas de Groenlandia (triángulos negros), la ubicación del tsunami (círculo rojo) y la estación sísmica más cercana (triángulo rojo), cuyas señales filtradas se muestran. Crédito: adaptado de The Seismic Record (2024). DOI: 10.1785/0320240013

Afortunadamente, añade la investigadora, no hubo daños personales. Sólo quedó devastada una base militar que se encontraba sin personal en el momento del tsunami.

Olas gigantes por el megatsunami de un deslizamiento de tierras

El análisis de las señales sísmicas ( ondas de choque que recorren miles de kilómetros en la corteza terrestre) mostró que después del deslizamiento de tierras se formó en el fiordo una denominada onda estacionaria. Inicialmente, las partes del flanco que cayeron al agua provocaron una ola gigante que se extendió por todo el fiordo hasta la isla de Ella, situada frente a la costa, a más de 50 kilómetros de distancia. Cerca del punto donde el deslizamiento de rocas entró en el fiordo, la altura máxima fue de más de 200 metros, y a lo largo de la costa, una media de 60 metros.

Al parecer, partes de la ola se desbordaron desde las escarpadas orillas del estrecho fiordo y se formó una ola estacionaria que se movió de un lado a otro durante más de una semana. Sin embargo, esta ola solo medía alrededor de un metro de altura.


La onda estacionaria persistió durante un período inusualmente largo

Estas ondas estacionarias y las señales de largo período resultantes ya se conocen en la investigación. Estas señales VLP suelen estar asociadas a grandes desprendimientos de los bordes de los glaciares.

"En nuestro caso también registramos una señal VLP", comenta Carrillo Ponce y añade que "lo inusual fue la larga duración".

Lo que más impresionó fue que los datos de las estaciones sísmicas de Alemania, Alaska y otras partes de Norteamérica eran de muy buena calidad para el análisis. Una comparación con imágenes satelitales confirmó que la causa de las primeras señales sísmicas se correspondía bien con la fuerza y la dirección del desprendimiento de rocas que desencadenó el megatsunami. Además, los autores pudieron modelar la lenta decadencia y el período de oscilación dominante de las señales VLP.

Esto da esperanzas a los investigadores de que podrán detectar y analizar otros eventos similares del pasado. Es obvio que el retroceso de los glaciares, que antes llenaban valles enteros, y el deshielo del permafrost están provocando un aumento de los deslizamientos de tierra.

El cambio climático está acelerando el derretimiento de los glaciares y, por lo tanto, podría aumentar el riesgo de megatsunamis.

Referencia

Angela Carrillo-Ponce et al, The 16 September 2023 Greenland Megatsunami: Analysis and Modeling of the Source and a Week-Long, Monochromatic Seismic Signal, The Seismic Record (2024). DOI: 10.1785/0320240013

Esta entrada se publicó en Noticias en 13 Ago 2024 por Francisco Martín León