Danas, nevadas, bajada de temperaturas y primer temporal de los noes
Un cambio de tiempo se está produciendo en este final del otoño meteorológico y algunos titulares de la temperie en algunos medios son poco realistas
La predicción meteorológica se ha convertido en algunos medios en un espectáculo total donde la información del tiempo está llena de grandilocuencias imprecisiones, inexactitudes, exageraciones y elementos pocos clasificadores: asustan, más que informan. Otros, y cada vez más y eso es lo bueno, son más realistas y la información meteorológica es adecuada, divulgadora y realmente informativa.
AEMET, en sus notas informativas habla de “Episodio de tiempo invernal en la Península” para esta semana con la llegada de una primera dana (depresión aislada en niveles altos) por el norte peninsular, procedente de latitudes altas, y evolucionará durante los días siguientes a una borrasca fría con un cambio drástico del tiempo con precipitaciones, algunas de nieve en cotas relativamente bajas en amplias zonas de la Península, precipitaciones intensas y persistentes en el cuadrante noreste peninsular, así como un descenso brusco de las temperaturas.
Este episodio ha sido realzado en algunos medios de forma que la información útil y eficaz ha sido inundada por mensajes con elementos dramáticos, asustadizos, y poco realistas. Veamos algunos de ellos.
NO hay ola de frío polar
En las predicciones de esta semana se habla de descenso brusco de temperaturas con esta entrada de norte, y cambio de tiempo. El frío en estas fechas es algo normal y el descenso térmico también lo es. Las nevadas en zonas altas de montaña y en algunas zonas más bajas han realzado algunos titulares de que “estamos viviendo o vamos a vivir la primera ola de frío” después del verano. No es así, la bajada de temperaturas será acusada y generalizada pero no cumple los criterios de ser ola de frío. Y así no lo recoge la nota informativa de AEMET.
NO hay una situación de “Filomena”
No, no llegará otra “Filomena 2.0” o algo parecido. La verdadera Filomena de enero de 2021 fue una borrasca invernal excepcional, extraordinaria y rara.
La situación de esta semana es completamente diferente desde el punto de vista dinámico, térmico y de sus efectos en superficie. En esta situación de norte, se pueden generar senos de bajas presiones en el Mediterráneo, pero la borrasca Filomena vino desde Canarias después de recorrer y cargarse de humedad en el Atlántico subtropical e interaccionar con otros ingredientes fríos venidos del norte.
Sí AEMET, o algún país de los SMN del Suroeste, nombra a una borrasca la semana que viene sería con el nombre de Celia y no de Filomena, como es lógico y según la lista de nombres de borrascas para 2021-2022.
NO nos afectará el chorro polar
Por algunos motivos, el chorro polar ha entrado en los titulares de algunos medios, pero el chorro polar no nos va a afectar, porque es imposible.
El chorro polar es un río de aire muy intenso del orden de 150-200 km, o más, a una altura de 9000-11000 m, que circula de oeste a este alrededor de cada polo y que ocasionalmente se ondula en meandros con entradas norte-sur o sur-norte. Es un elemento rector o conductor de las borrascas, anticiclones, danas, etc., de latitudes medias y desde "arriba". El chorro polar no nos afectará directamente, lo hacen o lo harán los sistemas atmosféricos que él conduce. Por lo tanto, no llegará o nos afectará el chorro polar invernal.
NO ha entrado el invierno duro
El invierno (climatológico y astronómico) se van acercando poco a poco, por razones obvias, a medida que el calendario avanza en estos días otoñales. La entrada de aire frío y el descenso de temperaturas serían las primeras, amplias y generalizadas de este invierno 2021-2022 pero ni hay ola de frío, como se comentó, ni tampoco entrará el invierno duro, eso queda para más adelante en el tiempo de los próximos meses.
Y ya solo faltaba que esta situación de entrada de danas y descenso de temperaturas está relacionada, o no, con el cambio climático, o que estaba prevista por las “cabañuelas”. Pero ahí no entramos, por razones obvias y lógicas.
Seamos optimistas a que la información meteorológica sea cada vez más informativa y menos catastrofista en los medios de comunicación. Poco a poco se está consiguiendo con buenos comunicadores y profesionales.
Atentos a los impactos de esta situación con las tormentas, nevadas, descenso de temperaturas, etc., que es lo que interesa a la gente.