Coronavirus, PM 2.5 y Copernicus
Brote de coronavirus: Copernicus monitoriza la reducción de los niveles de partículas finas (PM 2,5) en China
Después de que se adoptasen medidas para frenar la propagación del COVID-19, el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) ha detectado una reducción de los niveles de PM 2,5 que seguramente esté relacionada con la implementación de dichas medidas
La noticia del brote de COVID-19 en la provincia de Hubei (China) empezó a difundirse a finales de diciembre de 2019. A partir de entonces, el Gobierno chino empezó a adoptar medidas para reducir el riesgo de propagación de la enfermedad. En consecuencia, se ha producido una disminución considerable de la intensidad de las actividades cotidianas durante las últimas semanas, como el tránsito de vehículos o la actividad industrial. Uno de los probables efectos secundarios de estas medidas ha sido la reducción de los niveles de partículas finas (PM 2,5) en febrero en comparación con los tres años anteriores, según lo observado por el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS). Las partículas PM 2,5 constituyen uno de los contaminantes atmosféricos más importantes en términos de efectos perniciosos para la salud, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. La nomenclatura de PM 2,5 se emplea para describir aquellas partículas que tienen un tamaño máximo de 2,5 micrómetros. Dichas partículas, ya sea en su forma sólida, gaseosa o líquida, albergan el potencial para plantear graves problemas para la salud cuando se inhalan y pasan al sistema respiratorio, además de desencadenar o agravar las enfermedades crónicas y otros problemas respiratorios.
El CAMS monitoriza la presencia de partículas PM 2,5 en China al combinar observaciones satelitales y modelos informáticos detallados de la atmósfera que dan lugar a la elaboración de análisis diarios. Al comparar la diferencia entre la media mensual de febrero de 2020 y el promedio de las medias mensuales de febrero de 2017, 2018 y 2019, se observa claramente que los resultados indican una reducción de aproximadamente un 20%-30% de los niveles de partículas PM 2,5 en superficie en amplias regiones de China en febrero de 2020, sobre la base de la información recopilada mediante las observaciones vía satélite. Seguramente, la reducción de los niveles de estas partículas finas pueda atribuirse parcialmente a la ralentización de la actividad debido a las medidas aplicadas para atajar la propagación del COVID-19.
A pesar de estos resultados, Vincent-Henri Peuch, director del CAMS, invita a la cautela y destaca que: «Además del parón de actividad, otras variables podrían incidir en la disminución que hemos monitorizado». Y explica: «Por ejemplo, China está intentando activamente reducir sus emisiones, y también es necesario tener en cuenta la variabilidad meteorológica entre los diferentes años. De cara a dejar estas variables fuera de la ecuación, fijamos un periodo de tres años, entre 2017 y 2019, para tener una estimación de las condiciones de actividad habituales con el fin de disponer de una estimación representativa de la media mensual de febrero, al tiempo que descartamos recurrir a un periodo de tiempo excesivamente largo durante el que las emisiones varían considerablemente debido a las tendencias a largo plazo».
Por lo general, los satélites miden las proporciones de partículas correspondientes a las cantidades distribuidas en perfil vertical y no registran directamente los valores en superficie, que son los que realmente importan desde el punto de vista de la contaminación atmosférica y los efectos para la salud. El CAMS emplea modelos numéricos avanzados de la atmósfera para lograr que la información obtenida a raíz de observaciones satelitales y de otra índole pueda dar lugar a la elaboración de datos que se puedan explotar de manera más directa, como las concentraciones en superficie. La principal limitación de emplear los modelos numéricos radica en la necesidad de contar con estimaciones anteriores de las emisiones de sustancias contaminantes, para lo cual se recurre a los denominados inventarios de emisiones. Estos inventarios no suelen tener en cuenta los cambios «imprevistos» o «temporales» en las emisiones, como puede ser la posible disminución de estas debido a las medidas para hacer frente al COVID-19. Sin embargo, la combinación de estos modelos con las observaciones mediante el uso de métodos inicialmente concebidos para realizar predicciones meteorológicas numéricas nos permite obtener análisis que, en principio, pueden retener los datos de las observaciones satelitales y calcular su efecto en las concentraciones en superficie.
Para corroborar aún más este hallazgo, el CAMS también ha elaborado el mismo cálculo que analiza la diferencia en términos de niveles de partículas entre febrero de 2020 y la media de febrero para el periodo entre 2017 y 2019 sin tener en cuenta las observaciones satelitales. Dado que en este caso los valores de partículas PM 2,5 tan solo dependen de los datos de las emisiones y de las condiciones meteorológicas, los resultados pueden servir como referencia en relación con el cálculo que analiza la diferencia recurriendo también a datos satelitales. La imagen muestra claramente una diferencia nula entre 2020 y el periodo 2017-2019 en la mayor parte de la superficie de China.
Notas a redactores:
Copernicus es el programa insignia de observación de la Tierra de la Unión Europea que opera a través de seis servicios temáticos: atmósfera, mares, tierra, cambio climático, seguridad y emergencias. Ofrece servicios y datos operativos de acceso libre que brindan a los usuarios información fiable y actualizada sobre el planeta y el medio ambiente. La Comisión Europea coordina y gestiona el Programa, que se implementa en colaboración con los Estados miembro, la Agencia Espacial Europea (AEE), la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT), el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM), las Agencias de la UE y Mercator Océan, entre otros.
El CEPMPM opera dos servicios del programa insignia de observación de la Tierra de la Unión Europea: el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) y el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus de Copernicus (CAMS). También contribuye al Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus (CEMS). El Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM) es una organización independiente intergubernamental conformada por 34 países. Constituye tanto un instituto de investigación como un servicio que opera de forma ininterrumpida para producir y divulgar predicciones meteorológicas numéricas a sus Estados miembro. Estos datos están totalmente disponibles para los servicios meteorológicos nacionales de dichos Estados miembro. El superordenador (y su archivo de datos) del CEPMPM es uno de los más potentes de su tipo en Europa y los Estados miembro pueden utilizar el 25 % de su capacidad para sus propios fines.
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Reading, 4 de marzo de 2020
Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) ECMWF