¿Está relacionado el riesgo de cáncer con el tamaño de los seres vivos? Los científicos dan pistas a esta pregunta
Un estudio reciente ha tratado de encontrar la relación de tener cáncer con el tamaño de los seres vivos y los resultados son sorprendentes, ya que van en contra de lo que se creía.
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La investigación, realizada por investigadores de la Universidad de Reading, el University College de Londres y la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, examinó datos sobre el cáncer de 263 especies de cuatro grupos animales principales: anfibios, aves, mamíferos y reptiles.
Los hallazgos desafían la "paradoja de Peto", una idea de larga data basada en observaciones de 1977 que sugerían que no había vínculo entre el tamaño de un animal y su riesgo de cáncer.
A mayor tamaño, mayor riesgo de padecer cáncer
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, reveló que los animales más grandes muestran sistemáticamente una mayor prevalencia de tumores tanto benignos como malignos. Los investigadores también descubrieron que las especies que evolucionaron para ser más grandes más rápidamente, como los elefantes, desarrollaron mejores defensas naturales contra el cáncer.
El profesor Chris Venditti, autor principal de la investigación en la Universidad de Reading, dijo: "Todo el mundo conoce el mito de que los elefantes le temen a los ratones, pero cuando se trata del riesgo de cáncer, los ratones son los que tienen menos que temer. Hemos demostrado que las especies más grandes, como los elefantes, se enfrentan a tasas de cáncer más altas, exactamente lo que cabría esperar dado que tienen muchas más células que podrían fallar".
Mantener el cáncer bajo control
El estudio implicó el análisis del conjunto de datos más grande de su tipo hasta la fecha. Los investigadores estudiaron registros de cáncer de autopsias veterinarias de 31 anfibios, 79 aves, 90 mamíferos y 63 reptiles. Utilizaron métodos estadísticos avanzados para analizar cómo las tasas de cáncer se relacionaban con el tamaño corporal, teniendo en cuenta la evolución de las diferentes especies.
Se observaron por separado aves y mamíferos (que dejan de crecer al alcanzar un tamaño determinado) y anfibios y reptiles (que pueden crecer durante toda su vida). A pesar de estas diferencias en los patrones de crecimiento, ambos grupos mostraron la misma tendencia general: las especies más grandes tenían tasas más altas de cáncer.
Sin embargo, el estudio muestra que las especies que evolucionaron rápidamente hasta alcanzar grandes tamaños en escalas evolutivas cortas, como los elefantes, desarrollaron mecanismos mejorados para controlar el crecimiento celular y prevenir tumores. Un elefante, por ejemplo, tiene aproximadamente el mismo riesgo de cáncer que un tigre, un animal que tiene apenas una décima parte de su tamaño.
La Dra. Joanna Baker, coautora de la Universidad de Reading, agregó: "Cuando las especies necesitaron crecer más, también desarrollaron defensas extraordinarias contra el cáncer. Los elefantes no deberían temer su tamaño: desarrollaron herramientas biológicas sofisticadas para mantener el cáncer bajo control. Es un hermoso ejemplo de cómo la evolución encuentra soluciones a desafíos complejos".
La medicina moderna dificulta saber exactamente cómo los seres humanos encajan en este patrón de tamaño-cáncer. La investigación muestra una tendencia general según la cual las especies más grandes tienen tasas de cáncer más altas, pero también revela cómo algunas especies desarrollaron mejores defensas contra el cáncer a medida que crecían.
En general, los hallazgos respaldan la idea de qué mecanismos superiores de defensa celular, como un mejor control del crecimiento celular, han evolucionado en momentos específicos y en especies más grandes. Esto abre la puerta a nuevos enfoques para comprender los mecanismos responsables del cáncer, lo que podría proporcionar información novedosa sobre la enfermedad humana y su tratamiento.
Periquitos contra ratas topo desnudas
En promedio, las especies más grandes padecen más cáncer que las más pequeñas. Sin embargo, los investigadores también identificaron un subconjunto de especies que padecen mucho más o mucho menos cáncer de lo que cabría esperar dado su tamaño corporal.
Por ejemplo, se ha descubierto que el periquito común (Melopsittacus undulatus) tiene tasas de cáncer más de 40 veces superiores a las esperadas para su tamaño corporal (menos de 30 gramos de peso). Por el contrario, la rata topo desnuda (Heterocephalus glaber) casi no tiene prevalencia registrada de cánceres.
El Dr. George Butler, autor principal de la investigación en el University College de Londres y Johns Hopkins, afirmó: "Encontrar qué animales son naturalmente mejores para combatir el cáncer abre nuevos y apasionantes caminos para la investigación. Al estudiar estas especies exitosas , podemos entender mejor cómo se desarrollan los cánceres y potencialmente descubrir nuevas formas de combatir la enfermedad. Esto podría conducir a tratamientos innovadores en el futuro".
Referencia
Butler, George et al, No evidence for Peto's paradox in terrestrial vertebrados, Proceedings of the National Academy of Sciences (2025). DOI: 10.1073/pnas.2422861122