Cambio Climático: Del año más cálido al invierno del siglo en España

La histórica borrasca Filomena llevó a España la gran paradoja del cambio climático: finaliza el año 2020 como el más cálido e inicia el año 2021 con un intenso extremo invierno por sus características probablemente “el Invierno del Siglo”.

Imagen de masas de aire de la borrasca Filomena a fecha de 9 de enero de 2021. Eumetrain

La borrasca Filomena la sexta borrasca de la temporada que afecta a España, llegó el 7 de enero golpeando con mayor intensidad el centro y este de España, colapsando a Madrid afectando todos los servicios públicos de la ciudad y a los sectores de alimentación, comercio y transporte, con una nevada que superaba la ocurrida hace 50 años, ocurrida el 8 marzo 1971 con tres días de nevadas con una capa de 30 cm de nieve en Madrid (Agencia Estatal de Meteorología- AEMET).

El 11 de enero gran parte del territorio español estaba cubierto de nieve, según el Ministerio del Interior 138 carreteras del país permanecían cortadas y otras casi 700 estaban “afectadas” al igual que los servicios de trenes, aterrizaje y despegue de aviones y la navegación. En la madrugada del día 12 la Estación AEMET de Bello en Teruel registraba a las tres de la madrugada -25.4ºC.

La Gran Paradoja del Cambio Climático: Entre más cálidos sean los veranos de los años del calentamiento global, más intensos y extremos serán sus inviernos.

De acuerdo al último Informe climatológico de la agencia estadounidense NOAA (Administración Nacional Atmosférica y Oceánica) publicado el 8/12/2020, el año 2020 ha sido el más cálido en España y en el mundo, sus diez primeros meses han sido los más calurosos en la superficie del hemisferio norte desde 1.880 cuando comienzan a registrarse las temperaturas mundiales.

Según la Agencia Estatal de Meteorología de España en un informe publicado el 11/91/2020 indica que el año 2020 ha sido el año más cálido en España desde el comienzo de la serie en 1961, empatado con el 2017.

El extremo calentamiento en el Norte del océano Atlántico y el Norte del océano Pacifico crean las condiciones mínimas para la formación de Gigantescas Borrascas, en combinación con los Chorros de aire ártico que se producen por el desplazamiento del Vórtice Polar Ártico aseguran las históricas nevadas como Filomena, que marcarán los extremos inviernos en el Hemisferio Norte en especial en Norteamérica y Europa.

Lo anteriormente expuesto corresponde al Efecto Ártico; el deshielo ártico como consecuencia del calentamiento global altera los Patrones de Viento de la Región Ártica y la salinidad oceánica en el Atlántico Norte, alterando el clima de la referida región, lo cual lleva a ciclos de años con veranos muy cálidos que tienden a extenderse hasta el otoño e intensos inviernos que pueden prolongarse hasta la primavera.

Cuanto más cálidos sean los veranos de los años del calentamiento global, más intensos y extremos serán sus inviernos, lo cual podría llevar a un ciclo de inviernos con temperaturas árticas a regiones de Europa y Norteamérica.

La alteración de los patrones de viento en el Ártico producido por el deshielo ártico como consecuencia del calentamiento global altera las Altas Presiones y Borrascas de la Región y afectan el Vórtice Polar Ártico expandiéndolo hacia el Sur y desplazando aire ártico sobre las regiones medias de Norteamérica, Europa y Asia.

La Región de Siberia por su gran extensión tiene un papel fundamental en la intensidad de los inviernos, un extremo enfriamiento hace más extensa la capa de nieve y la bóveda de aire de Siberia comienza a expandirse llevando olas de aire ártico al cálido Pacifico Norte generando gigantescas borrascas que se desplazan sobre el Oeste de Norteamérica.

El contraste entre el Norte del océano Atlántico muy cálido, una cálida Corriente del Golfo, la Fría Corriente de Labrador repotenciada por un intenso invierno ártico y el agua dulce causada por la fusión de hielo del Ártico y Groenlandia, son elementos que se conjugan para la generación de Gigantescas Borrascas las cuales se desplazan desde Terranova a Irlanda hasta la península Ibérica (España y Portugal).

La alteración de los Patrones de Viento Ártico posibilita intensos inviernos en Europa desde la Escandinavia hasta la Región del Mediterráneo, intensidad que es marcada por la frecuencia y magnitud de las borrascas que se generan en el Atlántico Norte.

Con relación al Efecto Ártico, y un posible enfriamiento del Hemisferio Norte similar a una Pequeña Edad de Hielo, por las condiciones actuales generadas por el calentamiento global el enfriamiento invernal es eventual, los inviernos pueden prolongarse hasta la primavera, el calentamiento de los océanos traerán de nuevo veranos extremadamente cálidos, por lo cual los inviernos con fríos árticos podrían ser frecuentes en los próximos años.

Un estudio publicado en la revista Science el 11/01/2019 concluye que los océanos están calentándose en promedio un 40 por ciento más rápido de lo que había calculado un comité científico de las Naciones Unidas hace cinco años.

Es probable que la temperatura superficial del planeta siga aumentando, un reciente pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido ( Met Office Britanic ) informó que la concentración media anual de CO2 según el Observatorio Mauna Loa, Hawái, será 2,29 +/- 0,55 partes por millón (ppm) más alta en 2021 que en 2020. El referido aumento se debe a las emisiones de la quema de combustibles fósiles y la deforestación.

Es importante destacar que la Borrasca Filomena ocurrió en España en pleno confinamiento causado por el repunte del COVID-19 y en el inicio de las Jornadas de vacunación masiva contra la citada pandemia, lo cual lleva a una reflexión; en la actualidad existe un consenso mundial de urgencia entre gobiernos y científicos contra el COVID-19 lo cual permite visualizar una fecha tentativa para el final de la citada pandemia.

Para enfrentar los efectos devastadores del cambio climático a diferencia de COVID-19 no existe un consenso mundial de urgencia similar, a pesar de representar un gran reto para la sobrevivencia humana.

Después que finalice la pandemia, al igual que a sus inicios, los graves eventos adversos con sus costos materiales y humanos ocasionados por el cambio climático nos traerán de vuelta a nuestra realidad.

Erik Quiroga, Ambientalista


Promotor de la creación del “Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono”, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (Resolución 49/114 del 23/01/95) promovido el 16 de septiembre.



Esta entrada se publicó en Actualidad en 14 Ene 2021 por Francisco Martín León