El cambio climático amplifica a los ciclones tropicales, borrasca y tormentas con más humedad

Los científicos han encontrado que los últimos ciclones tropicales como el huracán Helene y el tifón Yagi, han sido más destructivos debido a su mayor carga de humedad en un mundo más cálido.

Imagen del huracán Helene frente a la costa de Florida el 26 de septiembre de 2024, tomadas por el instrumento MODIS a bordo del satélite Aqua de la NASA. Crédito: NASA Worldview.


Esto es lo que revelan las últimas investigaciones sobre cómo el cambio climático está potenciando los ciclones tropicales (el término genérico para ambos fenómenos meteorológicos), borrascas y tormentas con más humedad disponible y calor almacenado en la atmósfera y mares.

Más calor, más humedad en la atmósfera y más calor almacenado en los océanos

Las superficies oceánicas están cada vez más cálidas y liberan más vapor de agua, lo que proporciona energía adicional para los ciclones tropicales , borrascas y tormentas, que a su vez intensifican sus vientos. Una atmósfera más cálida también les permite retener más agua, lo que aumenta las precipitaciones intensas, si se dan otras circunstancias.

En promedio, el potencial destructivo de los huracanes ha aumentado alrededor de un 40 por ciento debido al calentamiento de 1 ºC.

El exceso de calor de récord almacenado en las aguas muy cálidas del Golfo de México y provocado por el cambio climático preparó el terreno para Helene, que alcanzó su punto máximo como huracán de categoría 4 con una rápida intensificación mientras era una "bomba de humedad". El contenido de calor oceánico de récord actúa como un "combustible de primera" y potencial para que una tormenta tropical se intensifique rápidamente hasta llegar a ser un huracán.

De hecho el experto Ben Noll afirmaba en un tuit que: "septiembre de 2024 fue el segundo septiembre más húmedo registrado en el planeta, poniendo fin a una racha de 14 meses consecutivos de humedad récord que comenzó en julio de 2023. Fue sólo un poco menos húmedo que septiembre de 2023, y mucho más húmedo que todos los septiembres de 1940 a 2022".

Retroalimentación positiva

El aumento del vapor de agua, un potente gas de efecto invernadero, también aumenta la temperatura media global. Esto puede provocar mayores tasas de evaporación, lo que añade aún más vapor de agua a la atmósfera, lo que aumenta aún más la temperatura y contribuye a un ciclo de retroalimentación positiva.

El hecho de que exista más humedad no implica precipitaciones más abundantes en todas las zonas del mundo. Para que se den precipitaciones se deben dar otros factores como inestabilidad y mecanismos de disparo para que se desarrolle las precipitaciones. Si se dan están condiciones las precipitaciones serán más eficientes e intensas. Por el contrario, si el aire desciende, por ejemplo en los amplios anticiclones, entonces las precipitaciones no se darán.

Esta entrada se publicó en Noticias en 07 Oct 2024 por Francisco Martín León