Borrascas otoñales atlánticas en pleno verano: cambio de tiempo temporal con entrada de norte
El calor estará con nosotros hasta el 2-3 de agosto, dependiendo de la zonas, cuando una borrasca atlántica de tipo otoñal genere una entrada de norte que nos traerá un refrescamiento generalizado: más intenso en el norte y, menos acusado, cuanto más al sur
La situación actual, de finales de julio e inicio de agosto de 2023, está dominada por un anticiclón en el sur de Europa que nos dejará tiempo estable y muy soleado. Las temperaturas serán altas en casi toda España y por esos motivos están activados los avisos por altas temperaturas en zonas peninsulares y en Canarias. La nubosidad de retención y frentes poco activos cruzarán de oeste a este el norte peninsular dejando lloviznas y lluvias con temperaturas muy llevaderas.
Más al norte, un tren de borrascas atlánticas está afectado a las Islas Británicas y zonas de Europa Occidental. Estas borrascas están conducidas por un chorro polar muy intenso en altura, a unos 10 km. Este chorro está orientado de oeste a este y su intensidad y posición es más común de la época otoñal que la veraniega, ya que debería ser menos intenso y situado más al norte.
Este flujo intenso en altura conduce a borrascas muy activas para la época del año con bajadas de presión y vientos en superficie que pueden ser intensos. Los modelos de predicción dan presiones mínimas previstas del orden de 985 hPa, o menos, y rachas del orden de 100 km/h, o incluso más: en algunos momentos incluso huracanadas. Estos datos son típicos de borrascas otoñales.
A partir del mediodía del miércoles, 2 de agosto, un frente atlántico, con vientos de componente noroeste, nos traerá la entrada de aire más fresco en casi toda España, iniciándose el descenso por el noroeste peninsular.
Cambios paulatinos a partir del miércoles 2 de agosto: vientos del norte, descenso térmico y precipitaciones en el tercio norte
A mediados de semana el chorro intenso, y más propio del otoño, se intensificará aún más, bajará de latitud y se ondulará de forma que un ramal norte-sur, de carácter frío, quedará orientado hacia el norte de la Península.
El resultado es la presencia de una entrada de vientos de componente norte-noroeste que traerá un descenso de temperatura, que será más notorio en el norte y Mediterráneo Occidental y menos cuanto más al sur. Los vientos intensos en el norte harán que la sensación térmica sea más baja.
Los descensos (colores azules) y ascensos (rojos-naranjas) térmicos, a nivel sinóptico y general, se pueden ver a la altura de 1500 m / 850 hPa, previstos para la segunda parte de la semana.
Los descensos del mercurio afectarán a las temperaturas máximas y mínimas, siendo más notorios cuanto más al norte y este.
Esta caída térmica será más sensible después de un julio muy cálido con ola de calor incluida.
La irrupción de aire fresco llegará incluso a Canarias para la segunda parte de la semana.
Precipitaciones
Las precipitaciones, por el paso de las colas de los frentes, se centrarán en Galicia, Cantábrico y zonas del Pirineo. Algunas tormentas se podrían dar en el noreste peninsular e interior este de la Península en zonas de montaña. Algunos chubascos podrían afectar a Baleares.
Algún copo de nieve se podría ver en zonas muy altas del sistema Cantábrico y Pirineos, pero solo de forma testimonial y anecdótica.
Zonas de Europa muy afectadas
Esta irrupción de aire frío afectará a otras zonas del continente. En Francia los vientos podrían ser incluso huracanados en zonas de la costa atlántica y el descenso térmico será tan acusado que podría nevar durante unos días en zonas altas de los Alpes, a partir de 1900-2000 m, en pleno verano. Zonas de los Países Bajos, Bélgica, Suiza y otros países se podrían ver afectados por estas raras borrasca "otoñales" en pleno verano. Alguna borrasca podría ser nombrada por sus impactos costeros en el viejo continente.
En resumen, calor para el 31 agosto y 2 de agosto, para después experimentar un cambio de tiempo temporal a mediados de semana debido a una corriente en chorro intensa y ondulada en pleno verano. Este chorro se fortalecerá y podría "zambullirse" en dirección sur y orientado hacia la Península, trayendo condiciones meteorológicas que, temporalmente, recordarán un poco más al otoño que al verano, tanto más cuanto más al norte. Esta situación se vivirá de forma temporal y es muy posible que para el fin de semana e inicios de la próxima entremos de nuevo en un periodo de altas temperaturas veraniegas, con las lógicas incertidumbres a tan largo plazo. El verano aún no ha terminado.