Cuando azotan las grandes borrascas o huracanes, las conversaciones en las RRSS pueden eclipsar a los mensajes oficiales

Cuando ocurren los desastres, las redes sociales, RRSS, como Facebook y X (antes conocida como Twitter) pueden ser herramientas poderosas de comunicación pública, pero a menudo los equipos de rescate y los funcionarios gubernamentales tienen dificultades para hacerse oír por encima del bullicio general.

Las redes sociales son fundamentales para comunicar mensajes oficiales cuando un desastre va a ocurrir o está ocurriendo pero a la vez se inundan de mensajes de otras fuentes o personas que reducen la efectividad de los oficiales.

Así lo pone de manifiesto una nueva investigación del Instituto Tecnológico Stevens muestra que durante cuatro huracanes importantes recientes, los mensajes importantes de seguridad pública se vieron eclipsados por contenido social más trivial, como personas que tuiteaban sobre mascotas, compartían historias de interés humano o discutían sobre política. Eso es un gran problema para los funcionarios que trabajan para comprender dónde se necesita ayuda y comunicarse de manera efectiva con las personas afectadas por los desastres, dice el Dr. José Ramírez-Márquez de la Escuela de Sistemas y Empresas Stevens.

"Es como estar en una fiesta llena de gente: si todos discuten en voz alta sobre política, es difícil hacerse oír por encima del ruido", explica.

El bullicio de la RRSS en situaciones adversas para la población

En colaboración con el candidato a doctorado de Stevens, Yefang Liang, el Dr. Ramírez-Márquez analizó los mensajes publicados en X durante cada uno de los cuatro huracanes recientes (Harvey, Imelda, Laura y Florence) e identificó los grupos de tuits que atrajeron la mayor atención y participación antes, durante y después de las tormentas.

Sus hallazgos, publicados en el International Journal of Disaster Risk Reduction, muestran que en muchos casos los temas que generaron el mayor interés en línea no tenían ninguna relación con los mensajes de seguridad o el trabajo de rescate.

Durante el huracán Harvey, por ejemplo, 24 de los 50 temas más activos se referían a perros afectados por las inundaciones. En cambio, sólo siete de los 50 temas más activos se referían a mensajes de seguridad pública.

"Eso es obviamente un problema si eres un funcionario público que intenta garantizar que la gente sepa cómo mantenerse a salvo durante una tormenta tropical", dice el Dr. Ramírez-Márquez.

Durante otras tormentas también se observaron patrones similares. Durante el huracán Florence, más de la mitad de los temas de mayor participación se relacionaron con charlas sobre animales o discusiones políticas, mientras que solo 19 de los 50 temas principales se relacionaron con mensajes de rescate o seguridad pública. Mientras tanto, durante el huracán Imelda, los debates sobre el cambio climático representaron casi una cuarta parte de todos los temas de mayor participación, eclipsando los mensajes de seguridad de mayor importancia.

"Esto es realmente una cuestión de suma cero: si las conversaciones sobre animales o política ocupan todo el espacio, es mucho más difícil que otros mensajes, potencialmente más importantes, lleguen a oídos de la gente", advierte la Dr. Ramírez-Márquez.

La investigación del equipo sugiere algunas maneras en que las autoridades pueden maximizar las posibilidades de que los mensajes de seguridad lleguen a una amplia audiencia. Por ejemplo, los mensajes descriptivos sobre tormentas tropicales tienden a tener mejores resultados que los mensajes de seguridad, por lo que combinar ambos mensajes y entretejer las notificaciones o advertencias de seguridad pública en publicaciones más descriptivas en las redes sociales podría ayudar a aumentar el alcance de dichos mensajes.

"También es importante que los funcionarios se mantengan concentrados durante los desastres y no se dejen arrastrar inadvertidamente a conversaciones políticas que podrían distraerlos de su mensaje principal", agrega el Dr. Ramírez-Márquez.

Sin embargo, la realidad es que el uso de las redes sociales para apoyar las iniciativas de seguridad y recuperación tras desastres naturales seguirá siendo un desafío, porque a muchos usuarios les gusta interactuar con contenido que no cumple una función de seguridad pública. Para superar eso, las propias redes sociales probablemente tendrían que intervenir.

Por ejemplo, amplificar activamente los mensajes oficiales relacionados con el desastre para los usuarios de las comunidades afectadas podría ayudar a garantizar que esas personas obtengan la información que necesitan y al mismo tiempo permitir que los usuarios de otras áreas charlen libremente sobre temas no relacionados.

En términos más generales, el estudio destaca la fragilidad de las comunidades de las redes sociales. Si bien el estudio actual se centró en el impacto de las conversaciones inofensivas, el Dr. Ramírez-Márquez señala que los actores maliciosos también pueden secuestrar o distorsionar deliberadamente las conversaciones en línea al difundir información tentadora pero falsa.

"Como hemos visto en las últimas semanas, con la desinformación en torno a los desastres naturales en Florida, Georgia y Carolina del Norte, las redes sociales siguen siendo muy vulnerables a la desinformación", dice el Dr. Ramírez-Márquez.

Para remediarlo, las redes sociales podrían trabajar para crear mecanismos que ayuden a los usuarios a determinar en quién confiar en línea, o que faciliten el filtrado de información falsa o que pueda distraer durante los desastres.

"La clave aquí es que las propias redes tendrán que tomar la iniciativa en la tarea de reconstruir la confianza en línea", afirma el Dr. Ramírez-Márquez. "Este no es un problema que los funcionarios gubernamentales puedan resolver por sí solos".

Referencia

Yefeng Liang et al, Harnessing text information for enhanced hurricane resilience and public engagement: Unveiling disaster perspectives through social media, International Journal of Disaster Risk Reduction (2024). DOI: 10.1016/j.ijdrr.2024.104849

Esta entrada se publicó en Actualidad en 22 Oct 2024 por Francisco Martín León