Borrasca profunda y atípica con conexión tropical
Durante los días 8, 9 y 10 de agosto de 2019 una rara y profunda borrasca atlántica va a traer precipitaciones, convección, tormentas y mala mar en el norte peninsular. Y todo ello con una conexión polar-tropical
Así se muestra en las imágenes y campos derivados de satélite, donde la conexión es evidente en los campos de agua precipitable total, TPW, y en el campo de inestabilidad de la CAPE, por citar solo algunos.
La profunda borrasca y ciclogénesis: frente convectivo
La profunda borrasca ha sufrido un proceso de ciclogénesis en pleno verano, que es típico de los meses fríos, de aquí su rareza. Un sistema intenso en altura de chorro polar-vaguada ha interaccionado con una baja en superficie profundizándola.
TPW: lengua de alto contenido de agua precipitable
Pero además, esta interacción se ha caracterizado por la entrada de una lengua de aire muy húmedo prefrontal y frontal (posible río atmosférico), propiamente dicho.
La CAPE
En las imágenes de vapor de agua del 8 de agosto de 2019 de 00 y 03 UTC se han superpuestos los campos de geopotencial de 300 hPa y la CAPE dada por el modelo HRES-ECMWF, donde se muestra al frente “frío” muy inestable con altos valores de CAPE. De nuevo aparece la conexión tropical-polar inducida por el sistema de bajas presiones.
Los ingredientes para precipitaciones intensas de origen convectivo pre y frontal están garantizadas en la fachada atlántica del noroeste y zonas marítimas.
La borrasca atlántica profunda ha sufrido un proceso de seclusión cálida, como se aprecia en los campos de temperatura y temperatura potencial en 850 hPa (no mostrados aquí). Los diagramas de fase de la borrasca muestran su paso de baja de núcleo frío a núcleo cálido típico de las seclusiones cálidas, junto a otros factores: