Análisis de las lluvias devastadoras y mortíferas del huracán Helene junto con un "evento de lluvias predecesoras", PRE
Los meteorólogos han analizado las precipitaciones e inundaciones devastadoras y mortíferas del huracán Helene sobre zonas del sureste de los EE.UU. continentales y han encontrado que además se generaron por la interacción de un eficaz "evento de lluvias predecesoras" y el propio huracán.
El huracán Helene se intensificó a medida que se acercaba al Big Bend de Florida en el otoño de 2024 y finalmente tocó tierra como un huracán de categoría 4 a las 11:10 p. m., hora del Este, el 27 de septiembre. Incluso cuando su centro todavía estaba sobre el Golfo de México, el huracán había comenzado a producir resultados devastadores en tierra.
Interacción del huracán y un evento de lluvias predecesoras, PRE
Un "evento de lluvia predecesora", PRE por sus siglas en inglés, y luego el sistema de huracán principal trajeron fuertes precipitaciones al sur de los Apalaches a partir del 25 de septiembre. Como resultado, se produjeron inundaciones mortales y destructivas en el este de Tennessee, el oeste de Virginia y Carolina del Norte, entre otras áreas.
El experto Tomer Burg mostraba la presencia del PRE en los datos de radar junto con las llegada de las bandas de precipitación asociadas a Helene:
El mapa de arriba muestra la acumulación de lluvia durante el período de tres días que finalizó a las 7:59 p. m., hora del este (23:59 hora universal) del 27 de septiembre de 2024. Estos datos son estimaciones obtenidas mediante teledetección que provienen de IMERG (Integrated Multi-Satellite Retrievals for GPM), un producto de la misión GPM (Global Precipitation Measurement), y pueden diferir de las mediciones terrestres. Por ejemplo, los datos de IMERG se promedian en cada píxel, lo que significa que las mediciones de pluviómetros dentro de un píxel determinado pueden ser significativamente más altas o más bajas que el promedio.
Abundantes precipitaciones e inundaciones mortales
En Asheville, Carolina del Norte, cayeron un total de 350,52 litros/m2 de lluvia del 25 al 27 de septiembre, según los registros del Servicio Meteorológico Nacional, NWS.
El huracán inundó vecindarios, dañó caminos, provocó deslizamientos de tierra, dejó sin electricidad y servicio celular, y obligó a muchos residentes a evacuar a refugios temporales. Se observaron crestas de inundación récord en varios ríos del estado. Las inundaciones fueron generalizadas en los Apalaches del sur; los totales preliminares de lluvia se acercaron o superaron las 250 l/ m2 en partes de Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia.
En la costa de Florida, las lluvias más intensas se concentraron al oeste del centro del huracán, en la ciudad de Apalachicola y sus alrededores. En el caso de los huracanes en el Golfo, las lluvias intensas suelen producirse al este del centro de la tormenta tropical, donde la rotación en sentido contrario a las agujas del reloj hace que entre la mayor cantidad de humedad de la masa de agua. En el caso de Helene, un límite frontal sobre el Panhandle de Florida interactuó con la circulación para concentrar los totales más altos al oeste del centro, señaló Steve Lang, meteorólogo investigador del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.
Sin embargo, las zonas de la costa de Florida que recibieron menos lluvias no se salvaron de las inundaciones. Varias ciudades y pueblos de la Costa del Golfo, incluidos Cedar Key y Tampa, se vieron afectados por la marejada ciclónica.
Imagen de NASA Earth Observatory de Lauren Dauphin, con datos IMERG de la Misión de Precipitación Global (GPM) de la NASA/GSFC. Historia de Lindsey Doermann.