20 años después del gran terremoto mortal de Turquía
El 17 de agosto de 1999 un terremoto sacudió Turquía de magnitud 7,4 que azotó Izmit, a unos 100 kilómetros al este de Estambul, matando al menos a 17.400 personas, incluidas 1.000 en la capital económica del país
Veinte años después de un devastador terremoto que afectó el noroeste de Turquía, los habitantes de Estambul viven con el conocimiento de que otro "Big One" es inevitable, y que su ciudad de 16 millones no está preparada.
La pregunta para los sismólogos no es si otro terremoto golpeará a Estambul, que se encuentra a lo largo de la volátil placa tectónica del norte de Anatolia. La única pregunta es cuándo.
Según los expertos, tal terremoto destruiría miles de edificios, dejando un número "aterrador" de muertos y paralizando el centro económico y turístico de Turquía.
La antigua capital del imperio otomano ha sufrido muchos terremotos a lo largo de su larga historia. En 1509, la ciudad sufrió un fuerte terremoto tanto que las autoridades otomanas se refirieron al incidente como "el pequeño apocalipsis".
Desde entonces, se ha creado una unidad de respuesta rápida, la Autoridad de Manejo de Desastres y Emergencias, se han construido hospitales a prueba de terremotos y se han instalado sistemas para cortar las líneas de gas.
Pero los expertos dicen que el principal problema es que Estambul tiene decenas de miles de edificios mal construidos, destruidos durante el auge de la construcción de las últimas décadas con poca supervisión regulatoria.
El terremoto de 1999 mostró cuántos edificios se habían construido utilizando cemento poco fiable hecho con arena inadecuada dragada del mar.
Aunque las regulaciones se han vuelto más estrictas en los últimos 20 años, el colapso de un edificio residencial en Estambul este febrero de 2019, en el que murieron 20 personas, renovó los temores sobre la solidez de la infraestructura de la ciudad.
Se han realizado esfuerzos para reconstruir edificios "en riesgo" de manera más sólida, pero Suna dijo que se necesita una movilización mucho mayor para alcanzar niveles básicos de protección contra terremotos.
El nuevo alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, ha prometido acelerar un plan, incluidos los esfuerzos para proporcionar más espacios verdes, notoriamente inexistentes en la ciudad, que se pueden utilizar para reunir a los sobrevivientes.
En teoría, se supone que cada vecindario tiene un punto de reunión para este propósito, pero muchos se han perdido bajo nuevos estacionamientos y centros comerciales.
Sin cambios rápidos, Estambul corre el riesgo de verse sumido en un "verdadero caos" por un terremoto grave, advirtió Recep Salci, jefe de la Asociación de Búsqueda y Rescate no gubernamental, que fue el primero en responder en 1999.