¿Será devastadora para el Caribe la próxima temporada de huracanes?
Es difícil el pronóstico sobre la cantidad e intensidad de los huracanes en el actual periodo de pleno apogeo de calentamiento global como consecuencia del cambio climático, dada la situación de vulnerabilidad planteada por el extremo calentamiento del océano Atlántico, en especial el Atlántico Norte y su incidencia en la intensidad de los huracanes en la Región del Caribe
¿Será devastadora para el Caribe la próxima temporada de huracanes?
Es difícil el pronóstico sobre la cantidad e intensidad de los huracanes en el actual periodo de pleno apogeo de calentamiento global como consecuencia del cambio climático ,dada la situación de vulnerabilidad planteada por el extremo calentamiento del océano Atlántico, en especial el Atlántico Norte y su incidencia en la intensidad de los huracanes en la Región del Caribe.
Considerando las evidencias científicas que vinculan la intensidad de los huracanes con el cambio climático, una reflexión nos lleva a una interrogante: ¿Será devastadora para el Caribe la próxima temporada de huracanes?
A propósito de iniciarse la temporada de huracanes la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) informó el pasado 24 de mayo una temporada de huracanes por encima del promedio, con 14 a 21 tormentas tropicales con nombre y la posibilidad de que se fortalezcan y formen huracanes entre 6 y 10, de los cuales de 3 a 6 serán de categoría 3 o superiores. Una temporada de huracanes promedio tiene 14 tormentas con nombre, 7 huracanes y 3 mayores.
A principios de abril, la Universidad Estatal de Colorado publicó cifras que coincidían exactamente con las previsiones de la NOAA, 19 tormentas con nombre y nueve huracanes, de los cuales cuatro serían mayores.
Las temporadas 2020 y 2021 agotaron la lista de nombres de huracanes y batieron récords, después de años consecutivos de usar todos los nombres de huracanes y recurrir al alfabeto griego, la Organización Meteorológica Mundial dejo de usar el alfabeto griego e hizo una lista posterior de nombres que se usarían si se agotaran todos los nombres ya definidos.
Es difícil el pronóstico sobre la cantidad e intensidad de los huracanes en el actual periodo de pleno apogeo de calentamiento global como consecuencia del cambio climático. Según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)publicado el pasado 9 mayo ,hay un 50 % de probabilidades de que uno de los próximos cinco años la temperatura media anual del planeta supere transitoriamente en 1,5 °C los niveles preindustriales, el límite inferior del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Las probabilidades de que el calentamiento global superara esa marca eran casi nulas en 2015, para el período comprendido entre 2017 y 2021 se calcularon en un 10 %, para el período de 2022 a 2026 ese porcentaje llega hasta casi el 50 %.
Según la publicación Global Annual to Decadal Climate Update (Boletín sobre el clima mundial anual a decenal), la probabilidad de que la media quinquenal del período 2022-2026 sea superior a la media de los últimos cinco años (2017-2021) es del 93 %. La referida publicación es elaborada por expertos climatólogos apoyados en los mejores sistemas de predicción del mundo. De acuerdo a la citada publicación mientras no cesen las emisiones de gases de efecto invernadero, las temperaturas seguirán aumentando y los océanos seguirán calentándose y volviéndose más ácidos, el hielo marino y los glaciares seguirán derritiéndose, el nivel del mar seguirá subiendo y las condiciones meteorológicas serán cada vez más extremas.
Las evidencias científicas señalan que las temperaturas inusualmente cálidas de la superficie del Atlántico han ayudado a aumentar la actividad de las tormentas. Es muy probable que "el cambio climático causado por los humanos contribuyó a un océano Atlántico anormalmente cálido", dijo James P. Kossin, científico climático de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Atmospheric Research Scientist National Oceanic and Atmospheric Administration –NOAA-).
El calentamiento global aumenta la cantidad de vapor de agua que puede contener la atmósfera, cada grado Celsius de calentamiento permite que el aire contenga un 7 por ciento más de agua, la presencia de agua más cálida ayuda a alimentar a los huracanes, el cambio climático está ampliando la zona en la que estos pueden formarse.
Una investigación de James P. Kossin publicada el 06/2018 por la revista Nature (A global slowdown of tropical-cyclone translation speed) demuestra que los ciclones tropicales (incluidos los huracanes y los tifones) recorren el planeta a un ritmo más lento que en el que lo hacían hace décadas, lo que prolonga y amplifica su efecto devastador.
Hay una “migración de los ciclones tropicales que los aleja de los trópicos y los acerca a los subtrópicos y las latitudes medias”, comentó Kossin. Eso podría significar que más tormentas tropicales toquen tierra en latitudes más altas, como en Estados Unidos o Japón.
Kerry Andrew Emanuel profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (Massachusetts Institute of Technology) de Cambridge, Massachusetts y Miembro Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos(NAS) en una investigación publicada el 29 de agosto de 2017 basado en modelos climáticos y de huracanes, descubrió que las tormentas tropicales que se intensifican con rapidez (las que aumentan la velocidad de sus vientos 112 km/h o más en las 24 horas previas a tocar tierra) fueron escasas en el período comprendido entre 1976 y 2005. Emanuel calculó que en promedio, la probabilidad de que ocurrieran en esos años era de una vez por siglo y descubrió que a finales del siglo XXI, esas tormentas podrían formarse una vez cada cinco o diez años.
Un año extremadamente cálido, con una intensa temporada de huracanes podría ser una nefasta combinación climática que afectaría calidad de vida de las personas que habitan desde la Región del Caribe hasta la Región Sur de Norteamérica.
Erik Quiroga
Ambientalista, promotor de la creación del “Día Mundial de la Capa de Ozono”, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (Resolución 49/114 del 23/01/95) promovido el 16 de septiembre.