Una ciclogénesis explosiva asoma para el día de la Inmaculada
Los modelos de predicción llevan avisando varios días del tiempo variable que podría tener este puente de diciembre. Habrá dos envites de aire polar y hoy presentan una novedad respecto al segundo: podría dar lugar a una ciclogénesis explosiva.
El chorro polar está muy ondulado desde hace semanas y está trayendo a Europa una concatenación de vaguadas con aire muy frío, en general de procedencia polar. Entre ellas se despliegan las dorsales que provocan un ambiente templado pero pasajero, que nos hacen confiar en que las bufandas y los guantes ya no son tan precisos, mientras otra de esas ondas se está elongando camino de la península ibérica y las islas para devolvernos al chaquetón.
Estos interludios son el germen de las borrascas, que se deslizan por la zona delantera de las vaguadas hasta se retuercen, desplegando grandes frentes fríos con lluvias y nevadas acompañadas por viento a menudo intenso. Un claro ejemplo de ello fue la reciente borrasca Arwen que dejó un temporal extraordinario en las islas británicas y aquí también importante, pero de refilón. Entre hoy y el domingo habrá dos más, ciertamente con un impacto menor, aunque la que reclama atención es la tercera prevista de cara al día de la Inmaculada. Podría aparecer a través de una ciclogénesis explosiva.
Los británicos son los que más deben seguir la pista a esa borrasca con visos de “bomba meteorológica”. Allí aún se están reponiendo de los estragos causados por Arwen. Más de un millón de hogares se quedaron sin electricidad y cerca de 150.000 permanecieron noqueados durante todo el fin de semana, desde el apagón del viernes. Todo esto en medio de un ambiente gélido que dejó nevadas en cotas poco habituales y un vendaval con rachas de hasta 160 kilómetros por hora. Las olas llegaron a los 11 metros en el fiordo escocés de Forth.
Sorprende su rápida profundización
Hoy varios modelos de predicción muestran otra borrasca de gran impacto sacudiendo el archipiélago británico y quizás países del oeste de Europa el próximo martes. La principal diferencia respecto a Arwen sería la velocidad en su formación. A lo largo del domingo comenzará a asomar frente a la costa nororiental de Estados Unidos y en la madrugada del lunes tendrá una presión mínima de 1012 hPa, aún bastante ramplona. A partir de ese instante aumenta la incertidumbre. En la actual salida, nuestro modelo de referencia esa misma mañana del lunes otorga ya a la borrasca en su centro 1000 hPa, y por la noche 960 hPa. Eso supondría un descenso de 52 hPa en menos de un día. Algo excepcional.
Un ciclón tiene una génesis explosiva -de ahí el nombre- cuando muestra un descenso de presión superior a los 20 hPa en 24 horas en latitudes medias, y también valen los submúltiplos, es decir, 10 hPa en doce horas por ejemplo. De confirmarse la aparición súbita de esa borrasca no haría falta ponérselo fácil con los umbrales. Ahora debemos esperar para ver si finalmente esta previsión va confirmándose, aunque no parece un escenario descabellado. Entre las diferentes opciones que baraja el modelo europeo la disposición que gana enteros es esta, con la borrasca al oeste de las islas británicas. Hay otras menos extremas y algunas que apenas la profundizan, pero son minoritarias.
Se notaría en las islas británicas, ¿también en España?
Hablar de zonas de incidencia es mucho pedir a estas alturas, pero podemos aventurarnos un poco a riesgo de fallar. De confirmarse lo que ahora muestra el modelo europeo, el viento muy intenso y las lluvias o nevadas se notarían no solo en el archipiélago británico, también en gran parte de la fachada atlántica europea, incluyendo el noroeste peninsular en el día de la Inmaculada. Llegue o no a consumarse este escenario, sí parece claro que aquí el puente tendrá dos envites polares: uno el domingo y otro el miércoles. Habrá que meter en la maleta bastante ropa de abrigo.