Un otoño húmedo en muchas regiones de España, la actual apuesta del modelo europeo: ¿remitirá la sequía?
El otoño climatológico llega con una DANA que dejará lluvias intensas en algunas zonas de España. ¿Se esperan precipitaciones abundantes en los próximos meses? ¿Serán suficientes para acabar con la sequía? Te lo contamos aquí.
El otoño climatológico comienza en España con una situación de lluvias casi generales y localmente intensas asociadas al descuelgue de una DANA en el suroeste peninsular. Así se rompe la monotonía y sequía típica del verano en gran parte del país, donde la sequía que ya se arrastraba se ha ido agudizando, obligando a imponer duras restricciones en varias comunidades.
El otoño es una de las estaciones más lluviosas del año en la mayoría de las regiones, además de ser la época de transición hacia el invierno. Nos ofrece un amplio repertorio de episodios de inestabilidad: desde las fuertes tormentas típicas de septiembre pasando por el descuelgue de DANAS o "gotas frías" y la llegada de las primeras borrascas atlánticas profundas, especialmente al final del período.
Una sequía de larga duración que es preocupante en varias regiones
Los próximos meses serán de gran importancia para dar la vuelta a la situación de sequía en la que están inmersas algunas comunidades. De acuerdo con el Índice de Precipitación Evapotranspiración Estandarizada, en el último año la situación más preocupante la encontramos en Cataluña, centro y oeste de Andalucía, buena parte de Castilla-La Mancha, sector central y occidental de la Cordillera Cantábrica, Alto Ebro y las islas occidentales de Canaria.
En varios lugares de España la sequía se prolonga ya durante varios años, por lo que un mes húmedo no solucionaría el problema: sería necesario encadenar varios temporales potentes a lo largo de los próximos meses. Por otra parte, en las cuencas del Ebro, Guadiana y Guadalquivir la sequía hidrológica es bastante significativa. ¿Traerá el otoño las ansiadas lluvias generales y abundantes?
Un otoño que podría ser bastante suave en España y Europa
De acuerdo con las predicciones de nuestro modelo de cabecera, el otoño climatológico, que comprende los meses de septiembre, octubre y noviembre, será muy probablemente más cálido de lo normal en toda España, aunque con la incertidumbre es mayor para el extremo suroccidental peninsular. Esta situación también se produciría en la cuenca mediterránea y en Europa occidental.
Aunque estas predicciones tienen un valor predictivo bajo, a día de hoy se atisban anomalías térmicas más significativas en el noreste peninsular, Pirineos, valle del Ebro, Cantábrico oriental y buena parte de la Meseta Norte. En cambio, serían poco significativas en el entorno del golfo de Cádiz y cabo de San Vicente. Parece que sería un otoño bastante suave en el continente europeo.
¿Se esperan lluvias abundantes o se agudizará la sequía?
En primer lugar, hay que resaltar que las predicciones de lluvia a tan largo plazo resultan poco fiables en una época en la que son habituales tormentas y aguaceros muy intensos o torrenciales, pero de distribución muy irregular. Pero las tendencias generales nos pueden ayudar a intuir por donde puede ir los tiros en las siguientes semanas.
A día de hoy, parece probable que el otoño sería más húmedo de lo habitual en buena parte de España, con anomalías más pronunciadas en el este, Baleares, mitad norte y el oeste de Canarias. De cumplirse el actual escenario que barajan los modelos, la sequía se agravaría bastante en algunas regiones donde la situación ya es preocupante, como Andalucía o Castilla-La Mancha, y en otras, por ejemplo Cataluña, podría aliviarla o paliarla.
¿Cómo podría influir el Niño en el tiempo de este otoño?
Los modelos muestran que en los próximos meses las borrascas y los descuelgues podrían circular más al sur de lo normal debido a la ausencia o debilitamiento del anticiclón de las Azores, mientras que las altas presiones se reforzarían en Escandinavia. Esta situación se traduciría en un tiempo templado y lluvioso en nuestras latitudes.
Estas circulaciones se suelen asociar a la fase de El Niño, pero realmente su señal llega muy debilitada a nuestro país, siendo prácticamente inapreciable en el Mediterráneo. Sin embargo, en las próximas semanas habrá que ver qué papel juegan las altas temperaturas de mares y océanos y los sistemas tropicales del Atlántico, que podrían causar importantes alteraciones en la circulación atmosférica en nuestras latitudes.