Tiempo en la segunda quincena de julio: ¿otra ola de calor?
En general estas próximas dos semanas se van a caracterizar por la estabilidad, solo interrumpida en el extremo norte peninsular, con algo de nubosidad y algunos chubascos importantes en las montañas.
“Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo; y si el tiempo es inoportuno, hasta el cuarenta de junio”, y si el día 6 alcanzábamos los 41.6 ºC en Almería aeropuerto, batiendo el récord de máxima absoluta del año que duraba desde 1981, el día 8 en puntos de la meseta norte la mínima se quedaba en tan solo 6 ºC y se producían precipitaciones muy fuertes en la provincia de Navarra, alcanzando los 100 l/m2.
Astronomía quincenal
Acabamos de pasar el solsticio de verano, recordemos que este día corresponde al de más horas de luz del año, aproximadamente 15 horas en nuestra latitud. Por tanto, la noche sigue siendo muy corta y el calor acumulado durante el día no tiene tiempo de disiparse.
Referido a los datos astronómicos para esta segunda quincena de julio, ya perdemos casi 2 minutos al día en las horas de sol, llegando a las 14 horas 20 minutos y el Sol va descendiendo, aunque sea poco, solo 3º, alcanzando los 68º 10’ a final de mes. Está claro que con tan pocas horas de noche, una altura del Sol aún tan elevada y con la inercia de calor que tenemos, las opciones de entradas frías quedan prácticamente eliminadas. El calor sí será noticia.
Aunque raras, muy violentas son por julio las tormentas
El paso en niveles altos de una pequeña vaguada por el extremo norte peninsular provocará que hoy haya un aumento de la inestabilidad, con un 60% de probabilidades de chubascos y tormentas en el cuadrante nordeste, que podrán ser localmente fuertes en Pirineos, Sistema Ibérico y zonas próximas. También existe el riesgo, aunque más bajo, de que aparezcan fenómenos tormentosos en otras zonas interiores del este peninsular. Las nubes dominarán los cielos del área cantábrica, con alguna lluvia débil. En el resto de las regiones predominarán los claros sobre las nubes, excepto en el norte de Canarias, donde son posibles lluvias débiles. Las temperaturas diurnas descenderán en buena parte de la Península, excepto en el área mediterránea, donde permanecerán sin cambios, igual que en ambos archipiélagos.
Mañana en Pirineos y en el nordeste de Cataluña se registrarán precipitaciones, localmente fuertes en el Pirineo catalán. En el resto del país el cielo permanecerá poco nuboso o despejado, con nubes de evolución diurna en zonas del interior peninsular que, con un 40% de probabilidades, podrían dejar algún chubasco en el sur del Sistema Ibérico. La nubosidad será abundante en el norte de las islas Canarias de mayor relieve, con alguna lluvia débil. Las temperaturas presentarán pocos cambios.
Para los días del 19 al 23, con más de un 70% de probabilidades, se mantendrá el tiempo estable en casi todas las regiones. Solo la primera jornada tendrá algo más de nubosidad de desarrollo en el interior peninsular con algún chubasco en las cordilleras Cantábrica y Pirenaica. Caerán cuatro gotas en el norte del archipiélago canario. Las temperaturas se mantendrán elevadas en todo el país, salvo en las zonas anteriormente citadas debido a la nubosidad.
En julio beber y sudar, y en vano el fresco buscar
Aunque con una incertidumbre creciente, todo parece indicar que los últimos siete días de este mes serán principalmente de estabilidad generalizada, solo interrumpida brevemente por el roce de algún frente frío o DANA por el extremo septentrional a mitad del período, que provocará algo más de nubosidad.
Con un 60% de probabilidades, los modelos prevén estos últimos días del mes una nueva entrada cálida que provocará temperaturas muy altas en todo el interior peninsular, preferentemente en la mitad sur, siendo claramente superiores a lo normal para la época del año en que nos encontramos. Una posible ola de calor que debemos seguir.
Con una probabilidad menor, a mitad del período se pueden desarrollar nubes de evolución en los sistemas montañosos del norte, con algún chubasco y tormenta, que localmente podrían ser fuertes en el Sistema Ibérico y en los Pirineos.