La segunda quincena prepara una 'marzada': mucho frío y quizás nieve
El mes de marzo tiene un carácter variable, que nos puede cambiar las temperaturas agradables por otras invernales en cuestión de unas horas. En una semana podría producirse uno de estos vuelcos en la situación meteorológica. Una 'marzada'.
Tras un mes de febrero con situaciones cambiantes, predominando las de componente sur en la primera decena de marzo que han propiciado unas temperaturas diurnas superiores a las normales, si se cumple lo que ahora nos muestran los modelos la semana próxima, coincidiendo aproximadamente con el día San José, que será festivo en la Comunidad de Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Navarra, Región de Murcia y la Ciudad autónoma de Melilla, en vísperas del inicio astronómico de la primavera (el día 20 a las 10h 37m hora peninsular y balear) podría tener lugar una “marzada”.
Esta palabra no está recogida en ningún diccionario, pero define de algún modo los arrebatos invernales, con tiempo muy cambiante, que de vez en cuando suceden en marzo. Sí que tiene protagonismo en un buen puñado refranes. He aquí algunos:
“Marzo, marzadas: aire frio y granizadas”.
“A nadie puede extrañar que en marzo vuelva a tronar".
“Cuando marzo vuelve el rabo queda frío para rato”.
“Marzo, marceador, llueve por la tarde y por la mañana hace sol”
“Cuando marzo marcea, abril abrilea”.
“En marzo marcea, frío, viento y granizadas”.
“Marzo marcea y el gato rabea”.
“Marzo marcero, peor que su padre febrero”.
“De marzo no te fíes que es traidor, tan pronto frío como calor”.
A la vista de estos refranes creo que queda claro: las marzadas expresan la vuelta súbita a situaciones propias del invierno, cuando ya nos encontramos en primavera, con un desplome en las temperaturas, lluvias quizás significativas, vientos fuertes, heladas o, incluso, nevadas, entre otros fenómenos meteorológicos adversos, que pueden dar al traste con plantas florecientes. Esto es lo que podría suceder en el transcurso de la semana próxima.
Pero para que se dé (si llega a confirmarse) esa irrupción en la Península de una masa de aire gélida procedente de altas latitudes a través del Continente, con el mencionado drástico cambio del tiempo en España, habrá que esperar una semana. De momento, se van a alcanzar máximas de más de 20 ºC en las regiones mediterráneas y en el resto del sur de la Península y no tan altas, pero relativamente suaves, en gran parte de la mitad norte.
Durante el fin de semana, se registrarán heladas nocturnas en las cordilleras y en distintas zonas del interior peninsular, y se alternarán los días soleados en todas las regiones con otros en los que el paso de algún frente de escasa actividad producirá precipitaciones, en general débiles, en la mitad septentrional, principalmente en la vertiente cantábrica. Allí en ocasiones, sin ir más lejos hoy, soplarán vientos fuertes de poniente que también afectarán a las zonas marítimas.