Previsión para la primavera 2024 de Meteored: ¿serán meses con lluvias muy abundantes?, ¿también junto al Mediterráneo?
La primavera climatológica, uno de los períodos más lluviosos del año en buena parte del país, arranca en unas horas. ¿Llegarán las lluvias tan necesarias en la costa mediterránea o seguirá agudizándose la sequía en estas regiones?
El invierno climatológico toca a su fin, aunque en estos últimos días curiosamente hemos tenido la situación más invernal de la temporada. Esto se ha notado especialmente en las cordilleras del norte peninsular, donde tras unos meses dramáticos se han acumulado más de 100 centímetros de nieve nueva más la que caerá en las próximas jornadas.
La primavera astronómica comenzará el próximo 20 de marzo, pero climatológicamente lo hará el día 1 de marzo. Este mes, junto con abril y mayo, forma parte de un trimestre en el que las temperaturas y las precipitaciones presentan ciertos patrones comunes climáticos. En Climatología se considera que la primavera abarca estos tres meses, finalizando el 30 de mayo.
¿Qué temperaturas suele haber?
La primavera es el período de transición entre el invierno y el verano, y lo normal es que la atmósfera se muestre muy dinámica, donde son frecuentes los cambios bruscos de tiempo.
En lo que respecta a las temperaturas, en el trimestre comprendido entre marzo y mayo los valores medios más suaves de la península ibérica los encontramos en el litoral mediterráneo y valle del Guadalquivir, situándose entre los 16-18 ºC, alcanzando por aquí valores estivales ya en el mes de mayo.
En la primera mitad del trimestre todavía se producen irrupciones de aire polar o ártico, que pueden devolver por unos días el ambiente invernal, aunque lo que estamos viendo en los últimos años es que las primaveras son cada vez más cálidas, incluso con episodios de temperaturas extremas (como en mayo de 2022 o en abril y mayo de 2023). La primavera se está difuminando ante veranos que son cada vez más largos.
Las temperaturas más bajas se concentran en las Mesetas y en las cordilleras, sobre todo en la alta montaña, donde es habitual bajar de 0 ºC hasta bien entrada la primavera. Con el paso de las semanas, las heladas se van restringiendo a las cotas más elevadas, al igual que la nieve. Se va notando que los días ya son mucho más largos y las nieblas tardan menos en disiparse al calentar más el sol.
Las lluvias primaverales son de gran importancia para afrontar el verano
En lo que respecta a las precipitaciones, es un período de gran importancia para buena parte del país. El trimestre marzo-mayo es una época especialmente lluviosa en muchas comarcas del centro y de la mitad este peninsular, algo que refleja el refranero (en abril, aguas mil).
Las medias pluviométricas arrojan cifras superiores a los 400 l/m² en puntos de Galicia y del Cantábrico oriental, frente a los 50 l/m² (o menos) del extremo sureste y en aquellos sectores de Canarias situados a sotavento del alisio.
En las primeras semanas de la primavera los frentes asociados a las borrascas atlánticas todavía tienen un gran peso en la pluviometría, pero con el paso de las semanas van ganando terreno las ondulaciones del chorro polar, que se traducen en descuelgues de vaguadas o danas en nuestras latitudes. Así las precipitaciones frontales dejan paso a las convectivas, más irregulares. Las tormentas pueden ser ya muy intensas en mayo, cuando calienta bastante el sol.
¿Se prevén episodios de calor extremo o algún período anormalmente frío?
De acuerdo con nuestro modelo de referencia, el escenario más probable a día de hoy para el próximo trimestre, en lo que respecta a las temperaturas, es que se mantengan por encima de la media, algo que se ha vuelto habitual este siglo, con picos muy destacables de calor en plena primavera en los últimos años. No obstante, recordemos por otra parte que es una época bastante complicada para hacer previsiones a largo plazo.
Como ya explicamos esta semana en Meteored, en marzo es probable que las temperaturas se sitúen por encima de lo "normal" para las fechas, con unas anomalías más pronunciadas en la costa mediterránea, noreste, vertiente cantábrica y en ambos archipiélagos, donde estarían entre 1 y 2 ºC más altas respecto a los valores medios. Serían algo más moderadas en el oeste.
La situación no cambiaría demasiado en lo que respecta a las temperaturas en abril, con temperaturas que se situarían entre 1-2 ºC por encima de los registros medios en la mitad este, Baleares y Canarias. Las previsiones más actuales indican que estas anomalías podrían generalizarse en mayo en todo el país, siendo más destacables en las Béticas, sur de Castilla-La Mancha y en el interior del noreste.
¿Llegarán las necesarias lluvias a la costa mediterránea?
Aunque es evidente la mejoría de la situación de los embalses de España en estos últimos días, también ha sido muy dispar: la situación sigue siendo preocupante en las cuencas del sur y este, por lo que las lluvias de primavera resultarán claves para afrontar el verano sin grandes restricciones u otras medidas dramáticas e impopulares.
Las previsiones que manejamos en Meteored desgraciadamente no son muy optimistas para la costa mediterránea, donde la sequía es muy preocupante en varias regiones. Como ya explicamos recientemente, probablemente marzo será un mes en el que parece que predominarán las situaciones atlánticas, con precipitaciones que se situarían por encima de la media en el interior, oeste, buena parte del norte y Canarias, sin apreciarse anomalías significativas en el este.
En abril las lluvias podrían ser más abundantes de lo habitual en el cuadrante noroccidental y en el entorno del Sistema Central, mientras que en el resto no hay una tendencia clara, aunque podrían ser más escasas de lo normal en el noreste de Cataluña.
Los mapas muestran a día de hoy que las precipitaciones estarían por debajo de la media en mayo en el noreste, Pirineos, las Béticas y en otros puntos del interior y del norte, sin apreciarse importantes anomalías respecto al promedio de la época en el resto.
No es lo mismo una tendencia a largo plazo que una previsión
Conviene recordar que aquí hablamos de tendencias y no son una predicción como tal, sobre todo en lo que respecta a las precipitaciones, que son muy irregulares en primavera.
Un sólo temporal de levante o una DANA en el Mediterráneo puede cambiar el balance pluviométrico de la estación en el este, pero hace falta bastante más para acabar con el déficit de lluvia, que en algunos sitios se arrastra desde hace años.