Nos espera una semana de cambios. ¿Es posible una blanca Navidad?
En los próximos días la situación meteorológica actual evolucionará a otra mucho más estable. Sin embargo, no tardarán en llegar nuevos cambios: los modelos no muestran ninguna situación de estabilidad duradera. ¿Todavía es posible una blanca Navidad?
El progresivo debilitamiento de la borrasca Efraín empieza a notarse en la Península: los barómetros suben, las lluvias remiten, las temperaturas bajan al cesar el flujo de aire marítimo subtropical que arrastraba y poco a poco la nubosidad irá dando paso a cielos cada vez más despejados aunque con algunas nieblas. Durante varios días tendremos una situación estable y anticiclónica en la península ibérica, aunque habrá excepciones.
La dorsal anticiclónica que se asentará sobre el centro y oeste de Europa, no impedirá, sin embargo, que algunos frentes rocen el noroeste peninsular. El más destacable llegará el lunes, dejando precipitaciones en el oeste que pueden ser fuertes en Galicia y Sistema Central occidental, además vendrán acompañadas de viento del suroeste fuerte en zonas expuestas. El martes el frente avanzará sobre la península debilitándose rápidamente y dejando tan solo nubosidad y alguna precipitación débil en el interior y mitad este.
A partir del miércoles, sin embargo, volveremos a una situación estable similar a la que tendremos este fin de semana, con nubosidad escasa, grandes amplitudes térmicas diurnas y algunas nieblas en los valles. Más adelante la dispersión aumenta, los modelos muestran una gran incertidumbre y dejan de ser útiles para elaborar una predicción fiable.
Tenemos que recurrir, por tanto, a las herramientas de predicción a largo plazo, que son mucho más generales pero que ya muestran un escenario bastante probable de cara a Navidad, confirmando lo que ya mostraban estos últimos días.
Las Navidades comenzarán lluviosas, pero no blancas
Según el patrón de circulación que muestra el modelo europeo, nuestro modelo de referencia, durante el fin de semana del 25 de diciembre y la semana posterior se esperan novedades importantes: el chorro polar seguirá muy ondulado, permitiendo el desplazamiento de masas de aire lejos de sus latitudes de origen.
Se desarrollará un área de altas presiones en el Mediterráneo y Europa oriental, mientras que hacia el Atlántico se gestará un área favorable para el desarrollo de bajas presiones al situarse una gran masa de aire frío entre la Península y Azores.
Cabe esperar, por tanto, que los frentes atlánticos y las bajas presiones vuelvan a cobrar protagonismo en la península; las lluvias volverían a ser frecuentes en la mitad occidental con gran probabilidad de extenderse a buena parte del interior y mitad este si las bajas presiones se acercan lo suficiente. Eso sí, mientras esas bajas presiones se sitúen al oeste, impulsarán vientos del sur y suroeste húmedos pero templados. La nieve, por tanto, sólo aparecerá ocasionalmente en zonas de montaña.
Primeras tendencias para el comienzo de 2023
Más adelante, este escenario se pierde protagonismo y los modelos nos muestran un fin de año y comienzo de 2023 con una situación muy impredecible, sin anomalías destacables ni en la Península ni en Canarias, y por tanto abierta a un nuevo cambio de escenario.
No podemos saber la evolución de la situación para estos días, aunque ya no será posible descartar que la nieve haga acto de presencia en algunas zonas, puesto que se interrumpirá o al menos no parecerá tan probable la llegada de masas de aire cálido desde el sur y suroeste.