Llega la NAO+ y con ella un vuelco en el tiempo: el modelo europeo ya advierte cómo afectará a España
La circulación del oeste se restablece en el Atlántico norte y Europa con consecuencias en todo el continente. Esta situación contrasta significativamente con la de las últimas semanas.
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Hasta la semana pasada el patrón de circulación presente en Europa no estaba muy definido, quedaban remanentes de un gran bloqueo que poco a poco se iba debilitando, dando lugar a cambios constantes y movimientos erráticos de los centros de acción (anticiclones y borrascas principales). Normalmente, los patrones de bloqueo frenan casi por completo la circulación de sistemas de bajas presiones y los obligan a moverse por latitudes menos habituales.
Al favorecer el desplazamiento de bajas por zonas poco habituales, también es frecuente que las masas de aire migren lejos de su latitud de origen, por lo que los patrones de bloqueo a menudo están relacionados con la intrusión de grandes masas de aire frío.
La Oscilación del Atlántico Norte (NAO, por sus siglas en inglés) se obtiene analizando la diferencia de anomalías de presión al nivel del mar entre Azores e Islandia. Que predominen las borrascas en una u otra zona tiene consecuencias reconocibles en Europa. Una NAO+ supone que las borrascas circularán por latitudes altas, más cerca de Islandia y así de los países nórdicos.
Sin embargo, no siempre ocurre así y en algunos casos ese aire frío puede quedar retenido por la propia dorsal que mantiene el anticiclón de bloqueo, impidiendo una circulación fuerte por el sur de la misma. Esto es lo que ha sucedido en las últimas semanas, en las que, lejos de llegar aire frío, las masas de aire que nos han afectado han resultado ser relativamente templadas.
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El patrón de circulación previsto para los próximos días es muy diferente y también más habitual. La NAO+ viene determinada por un fuerte gradiente de presión entre las Azores e Islandia, siendo mucho menor en esta última, lo que garantiza un flujo fuerte de componente oeste y la llegada de borrascas al oeste y norte de Europa. Sin embargo, con este régimen también es difícil que las borrascas bajen lo suficiente de latitud como para que su zona de influencia abarque de forma generalizada la Península Ibérica.
Una vaguada al este y nuevos frentes atlánticos llegarán a España
El comienzo de la próxima semana ya se verá marcado por esta circulación dominante del oeste provocada por este patrón de NAO. Solo los restos de la vaguada que se descolgará este fin de semana sobre la Península se irán desplazando hacia el este, inestabilizando la atmósfera en el entorno del litoral mediterráneo y las Baleares, con probables chubascos que serán más probables durante el martes y primeras horas del miércoles.
Las temperaturas se recuperarán tras el descenso de este próximo fin de semana y las precipitaciones seguirán afectando a amplias zonas de la vertiente atlántica, pudiendo ser moderadas y persistentes en el extremo noroccidental y zonas montañosas del centro y norte.
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Esta situación podría repetirse a medida que avance la semana, con frentes que no serán especialmente activos pero que, al igual que el que nos visita este viernes, seguirán alcanzándonos desde el oeste y dejando precipitaciones moderadas, más probables en zonas del oeste y norte.
Temperaturas variables y nieve en zonas de montaña
Ni que decir tiene que, con un flujo de oeste marcado, las masas de aire frío quedarán lejos de nosotros. Sin embargo, las temperaturas no serán especialmente elevadas debido a que los mares y océanos se encuentran en su mínimo térmico anual y no hay irrupciones previstas del sur que puedan arrastrar masas de aire cálido hasta nuestra región. Tras el paso de algunos frentes, las temperaturas recuperarán valores más típicos del invierno con heladas en zonas de montaña.
En las cordilleras la nieve no se acumulará en grandes cantidades, aunque continuará nevando en las cumbres y, de forma mucho más ocasional, en cotas medias, pudiendo desplomarse la cota de nieve hasta los 1000 metros en zonas del norte durante el paso de los frentes. Sin embargo, los ciclos de deshielo serán frecuentes por debajo de los 2000 metros, por lo que habrá que ascender por encima de esta cota para encontrar un manto de nieve uniforme que sobreviva a las intrusiones de aire más cálido.