La fecha en la que estallarán los huracanes en el Atlántico según el modelo de cabecera de Meteored

Los meteorólogos están atónitos ante la calma de estas últimas semanas en el Atlántico tropical. Sin embargo, nuestro modelo de referencia prevé que la situación podría cambiar bastante a partir de este día.

La sorprendente calma que se está produciendo en el Atlántico tropical estas semanas podría tener los días contados.

Han transcurrido más de tres semanas desde que se formara el huracán Ernesto, pero el comportamiento de la actual temporada de huracanes tiene perplejos a los meteorólogos, ya que la gran mayoría de las previsiones apuntaban a estas semanas serían muy activas en el Atlántico, cosa que de momento no ha sucedido.

La última vez que el Atlántico no tuvo formaciones de tormentas con nombre entre el 13 de agosto y principios de septiembre fue en 1968, por lo que estamos ante una situación muy anómala. Y eso que la temporada empezó con la gran sorpresa de Beryl, el huracán de categoría 5 de formación más temprana registrado en el Atlántico.

¿Por qué está el Atlántico tropical tan tranquilo? Los meteorólogos están muy sorprendidos

A pesar de unas condiciones a priori favorables, como la alta temperatura de la superficie del Atlántico y de una cizalladura más baja de lo habitual, algo que sucede cuando estamos en una fase de transición hacia La Niña, la situación de estas últimas semanas ha sorprendido a los expertos, que esperaban un panorama muy diferente a estas alturas de la presente temporada.

Ed Piotrowski, meteorólogo de WPDE ABC15, ha explicado que podría resultar clave la presencia de aguas relativamente frías cerca del ecuador, empujando el tren de ondas tropicales hacia el norte en estas últimas semanas, por lo que las ondas que han salido de África lo han hecho sobre aguas mucho más fría y en una atmósfera cargada de polvo, lo que impide el desarrollo de sistemas tropicales más organizados

Las actuales trayectorias de estas ondas atraen más aire seco hacia el corazón del corredor de huracanes, sofocando su actividad. Por otra parte, esto favorece que en el desierto del Sahara se registren precipitaciones abundantes, como ya está sucediendo estos días. Otro factor a tener en cuenta es que el aire en altura ha sido más cálido de lo normal, lo que ha provocado una mayor estabilidad atmosférica, dificultando la formación de tormentas eléctricas.

Los meteorólogos creen que esto último puede ser un efecto del cambio climático o incluso estar relacionado con la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'Apai, que en 2022 inyectó 150 millones de toneladas métricas de vapor de agua a la estratosfera.

Finalmente, no hay que olvidar la influencia de la Oscilación Madden-Julian (OMJ), una onda atmosférica que se genera en los trópicos y que viaja alrededor del mundo durante un período de 30 a 60 días. Esta onda global incluye fases de precipitación intensificada y reprimida o inhibidora, y precisamente gran parte del Atlántico se encuentra en esta última, asociada a movimientos subsidentes del aire.

A partir de esta fecha la actividad podría ir a más

No obstante, nuestro modelo de referencia prevé que a partir de mediados de septiembre las aguas del Atlántico permanecerán cálidas, mientras que la cizalladura del viento disminuirá, las ondas tropicales africanas circularán más al sur y el aire en altura se enfriará, lo que provocará más inestabilidad, por lo que las condiciones serán más favorables para que estas ondas puedan ganar organización, dando lugar a ciclones tropicales.

Energía ciclónica acumulada (ACE) prevista por el ECMWF en la primera parte de octubre, donde destaca la situación del Atlántico.

Si analizamos la última actualización del modelo, este indica que la "energía ciclónica acumulada (ACE)" —que refleja el número, fuerza y duración de todas las tormentas tropicales— se prevé por encima del promedio, con un valor de 1,4 a partir del 30 de septiembre. Esto sugiere una alta probabilidad de actividad ciclónica en la primera quincena de octubre. Sin embargo, se situaría por debajo de la media aproximadamente hasta el 23 de septiembre.

Cuando en el Atlántico tropical hay bastante actividad, sus efectos sobre la circulación atmosférica en latitudes medias también se dejan sentir en España, algo que suele ser habitual en la primera parte del otoño.

De momento, el CNH vigila una onda tropical sobre la península de Yucatán que está produciendo lluvias desorganizadas y tormentas eléctricas sobre Guatemala, el sureste de México y las aguas adyacentes del suroeste del golfo de México. Se espera que las condiciones sean favorables para que siga desarrollándose.

Las previsiones señalan que una depresión tropical podría formarse durante la primera o segunda parte de la próxima semana, mientras que el sistema se moverá lentamente hacia el noroeste sobre el suroeste del golfo de México. Habrá que seguirlo, pero de ser así ya estará de camino Francine.