La estratosfera acaba de calentarse súbitamente sobre el Ártico y España podría notar los efectos en 10 días

La estratosfera se está calentando sobre el Ártico y es posible que se produzca un calentamiento súbito estratosférico de forma inminente. ¿Qué consecuencias puede tener este fenómeno en el tiempo previsto a medio plazo en España?

Algunos modelos meteorológicos sugieren que un calentamiento súbito podría estar en curso en el hemisferio norte. De momento, la media de escenarios muestra una subida de 10 ºC, pero el ascenso debe ser de al menos 25 ºC en el plazo de una semana para considerarse un calentamiento súbito estratosférico (CSE).

A continuación, analizamos cuál es la posible relación entre un CSE y el tiempo en España durante las próximas semanas.

¿Qué es un calentamiento súbito estratosférico?

Un CSE (Calentamiento Súbito Estratosférico) se produce cuando una porción de la estratosfera se calienta de forma rápida, con ascensos que pueden llegar a 50 ºC en pocos días. La estratosfera es la segunda capa de la atmósfera terrestre, extendiéndose desde los 10-20 kilómetros de altura respecto de la superficie terrestre hasta más de 50 km. Los CSEs son habituales en invierno y pueden dar lugar a importantes cambios en la dinámica atmosférica en la troposfera.

La manera en que el CSE interviene en el tiempo en superficie es debido a una reacción en cadena. El primer eslabón consiste en una modificación de la circulación asociada al vórtice polar, días o semanas después de producirse el CSE.

¿Y el vórtice polar?

El vórtice polar es una especie de un cinturón de fuertes vientos que se forma por encima del polo en la estratosfera, a unos 15-20 kilómetros de altura. Se trata pues de un enorme remolino ciclónico con vientos muy intensos soplando de oeste a este.

Contrariamente a la creencia popular, cuanto más intenso sea el vórtice, menos se notan los efectos del frío en superficie. Un vórtice polar fuerte implica que el aire frío queda confinado por una especie de barrera invisible, sin poder trasladarse hacia el sur.

En cambio, con un vórtice polar débil el aire frío contenido en el Ártico puede rebosar hacia el sur, dando lugar a intensas olas de frío en latitudes medias y altas. El vórtice polar vendría a ser las compuertas de una presa, donde el agua es el aire frío acumulado en el ártico.

Para que estas irrupciones muy frías se materialicen, el vórtice polar debe debilitarse y propagarse verticalmente hacia la troposfera. Esto no siempre ocurre puesto que el vórtice polar ocurre lejos de la superficie, a mucha altura.

Las posibles consecuencias a corto y medio plazo

Cuando se produce el CSE, los vientos en el vórtice polar se debilitan o pueden incluso invertirse, pasando a soplar de este a oeste; e incluso en algunos casos, el vórtice polar se divide en dos y cambia de posición. Esto puede dar lugar a irrupciones de aire polar o ártico hacia latitudes más bajas. La actividad de borrascas puede verse intensificada y traer lluvias y vientos intensos a algunas zonas del hemisferio norte.

Pese a ello, un CSE no implica necesariamente que los cambios vayan a propagarse hacia la troposfera. Aun produciéndose el debilitamiento mencionado del vórtice, las consecuencias no necesariamente han de notarse en España, el aire frío puede ir a parar a EEUU o Asia.

En cualquier caso, el CSE abre la posibilidad a nuevos cambios en el panorama atmosférico, implicando quizás una continuación a medio plazo (unos 10 días) del tiempo lluvioso en España o episodios invernales tardíos.