Inminente cambio radical de tiempo en España: llega una dorsal de récord, ¿cómo nos afectará?
El chorro polar y el flujo de borrascas cambiarán su dirección bajo la influencia de una gran dorsal anticiclónica de récord que emergerá sobre Europa durante los próximos días.
En las últimas horas ha sido noticia el paso de la borrasca Juan, que está dejando importantes precipitaciones en forma de lluvia y nieve en puntos del interior, además de fuertes rachas de viento. Se trata de una baja que se suma a la lista de borrascas de gran impacto a la que también pertenecieron Irene e Hipólito en días anteriores. Este flujo de borrascas, no obstante, tocará a su fin este misma semana y podría tardar en volver a establecerse.
Durante los próximos días se producirá un importante cambio de patrón a escala sinóptica en Europa. Las bajas presiones se intensificarán al sur de Groenlandia, el chorro polar ascenderá de latitud y se desarrollará una gran dorsal anticiclónica que abarcará el extremo oriental del Atlántico y buena parte del continente europeo. La diferencia de presión entre Islandia y las Azores volverá a incrementarse generando un patrón de NAO positivo y, por tanto, propenso a dar lugar situaciones de circulación zonal a altas latitudes.
Con esta situación, cabe esperar que las altas presiones se impongan en la península ibérica con sustento cálido en altura y por un tiempo prolongado, desviándose las bajas presiones por el norte del continente. No es descartable además que esta dorsal a largo plazo continúe extendiéndose hacia el norte, extendiendo su área de influencia a buena parte del continente europeo y dando lugar a un patrón de bloqueo ya hacia el final del mes.
¿Por qué es una dorsal anómala para las fechas? ¿Cuáles serán sus efectos?
La dorsal anticiclónica en cuestión es extremadamente fuerte, tanto es así que su geopotencial, es decir, la altitud a la que se encuentra el nivel de 500 hPa, puede alcanzar valores de récord en extensas zonas del suroeste de Europa de acuerdo con las previsiones de nuestro modelo de referencia. Estos valores se situarán entre los 5940 y los 6000 metros de altitud, lo que implica superar el máximo absoluto del mes de enero en zonas de la península ibérica, en algunos casos en más de 50 metros.
Un geopotencial tan alto implica una atmósfera dilatada y muy templada. De hecho, la altitud de la isoterma de 0 ºC alcanzará en algunos momentos los 4000 metros, un valor propio del mes de julio. Lo único que nos librará de temperaturas estivales será la escasa radiación solar, que en enero continúa siendo muy baja y permitirá que se desarrollen zonas de inversión térmica persistentes, con máximas suaves y mínimas algo más típicas, pudiendo producirse algunas heladas en las zonas más frías.
¿Nos despedimos de la nieve hasta febrero?
Respecto a la duración de este escenario que plantean los modelos meteorológicos, todo apunta a que persistirá lo que resta de mes de enero. Debemos recordar que un sistema meteorológico tan grande, lento y estable es fácil de predecir.
Por ahora lo más significativo de la dorsal es la tendencia a elongarse hacia el norte de cara a los últimos días del mes, lo que a la larga podría desembocar de nuevo en un escenario inestable al aproximarse bajas por su flanco sur. En cualquier caso, estaríamos hablando ya la recta final de enero o incluso del mes de febrero y por tanto no es posible precisar cuándo ni cómo finalizará este episodio de estabilidad.
Cabe destacar que en puntos de la vertiente atlántica contribuirá a finalizar el episodio de precipitaciones y deshielos que ha provocado el aumento del caudal de algunos ríos a niveles de alerta, mientras que en la vertiente mediterránea acentuará más el periodo de sequía en el que está inmersa toda la cuenca.