El mar Mediterráneo roza los 30 ºC, ¿se prevé un gran episodio de lluvias torrenciales en España?
La temperatura del Mediterráneo ya alcanza los 30 ºC en algunos puntos de España, y como es habitual por estas fechas, empiezan a aparecer las primeras noticias que avisan de probables lluvias torrenciales.
Estamos en la recta final de la canícula, y como suele ser habitual por estas fechas, empiezan a surgir las primeras noticias que avisan de las altísimas temperaturas que registra el mar Mediterráneo y su aparente relación con episodios de lluvias torrenciales de consecuencias catastróficas en otoño. Y esto en absoluto es así.
El Mediterráneo está registrando temperaturas de récord para estas fechas
En las últimas semanas, los sucesivos episodios o picos de temperaturas muy altas que afectan a nuestro país han acaparado los titulares. Sin embargo, este verano no se está hablando de la situación preocupante que se viene observando en las aguas del Mediterráneo: de acuerdo con los datos del CEAM, jamás había estado tan cálido por estas fechas desde que hay registros.
Y es que en el golfo de Génova y el mar Tirreno la temperatura superficial del mar presenta anomalías muy importantes, situándose entre 4 y 5 ºC por encima de la media. En nuestras aguas se observan anomalías similares en el entorno del cabo de Gata, mientras que en el resto del Mediterráneo español la temperatura del mar se encuentra entre 2 y 3 ºC más altas respecto al promedio.
Según los últimos datos de Puertos del Estado, la boya de Dragonera, al oeste de Mallorca, ya ha marcado picos de más de 29 ºC en las últimas horas. Y se han medido registros cercanos a este valor en las boyas de Valencia, cabo de Gata, Tarragona y resto de Baleares. El mareógrafo de Pollença del SOCIB ya ha registrado picos de más de 30 ºC. Y con el calor intenso de estos días, la temperatura del agua seguirá escalando.
Y todavía hay margen para que el Mediterráneo siga calentándose, salvo un giro radical en la situación meteorológica. Resulta preocupante esta tropicalización que se está produciendo en los últimos años en el "mare nostrum", algo que tiene una serie de impactos tanto en la meteorología y en el clima como en la flora o fauna.
"Las altas temperaturas del mar aseguran una gran DANA en otoño", dicen
Esta es una de las ideas más extendidas entre la población y los medios de comunicación, y en absoluto es así. Como hemos explicado en Meteored, el mar por sí solo no puede generar episodios de este calibre, por muy caliente que esté. Evidentemente, con un Mediterráneo caldeado existe un mayor potencial para que las precipitaciones puedan ser muy intensas, siempre y cuando se den una serie de factores a la vez, algo que no pasa todos los otoños.
Y la inestabilidad atmosférica es crucial. En el Mediterráneo suelen estar asociadas a descuelgues de vaguadas y gotas frías/danas (aunque los últimos responsables de las lluvias torrenciales suelen ser los sistemas convectivos o tormentas muy organizadas). También aprovechamos para recordar que una DANA en absoluto es sinónimo de lluvias torrenciales.
La temperatura del Mediterráneo es un factor a tener muy en cuenta, ya que un colchón de humedad y calor puede potenciar las precipitaciones, pero no resulta determinante. También resulta de gran importancia la compleja orografía de la vertiente mediterránea española, la presencia de un flujo marítimo bien marcado, e incluso la calima.
En 2003, 2015, 201, 2022 o 2023 (entre otros) el Mediterráneo alcanzó temperaturas muy altas y en esos años se temía la llegada de una gran gota fría o DANA. ¿Y qué pasó en otoño más allá de las trombas o tormentas intensas y locales típicas de esta estación en la vertiente mediterránea? Prácticamente nada. De hecho, el otoño pasado fue uno de los otoños más secos desde que hay registros en varias regiones mediterráneas, a pesar del "caldo mediterráneo".
Entonces, ¿habrá lluvias torrenciales en las próximas semanas?
Aunque las previsiones estacionales muestran que el escenario más probable a día de hoy es que el otoño resulte más seco respecto a la media en algunas regiones de España, en el Mediterráneo resulta difícil hacer previsiones de este tipo, porque un sólo episodio de lluvias torrenciales puede provocar un giro del balance pluviométrico de una estación, e incluso de un año en aquellos casos más extremos.
Por otra parte, habrá que vigilar a otros actores que de forma indirecta pueden condicionar la circulación atmosférica en nuestras latitudes en estas próximas semanas. Por un lado, los modelos prevén un aumento de la actividad en el Atlántico tropical, y por otro que nos encontramos en una fase neutra del ENSO. En otras palabras, la incertidumbre es total.
Lo que sí que estamos notando ya por esta alta temperatura del Mediterráneo es un aumento de noches tropicales, especialmente en áreas litorales, incrementándose la sensación de bochorno por la altísima humedad relativa. También las brisas suelen perder intensidad y eficiencia, debido al menor gradiente térmico entre el continente y el mar por estas fechas.